El Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (CECEN) de la UBA presentó una acción de amparo para pedir que se suspendan las obras dentro de la Reserva Ecológica Costanera Norte, que incluyen la construcción de locales gastronómicos. El proyecto del Gobierno porteño ya está en marcha desde principios de este año y ahora los y las estudiantes de la UBA, que cogestiona la reserva, buscan evitarlo al advertir que podría significar “un gravamen irreparable para la integridad ecológica” del área protegida. Del otro lado de la ciudad, en la reserva de Costanera Sur, también avanza la construcción de bares. 

“Solicitamos el dictado de la medida cautelar a fin de que se ordene la inmediata suspensión de todas las obras de construcción, actividades relacionadas y medidas que puedan alterar o afectar la biodiversidad de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria – Costanera Norte, hasta tanto se realice la necesaria Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)”, escribieron los y las estudiantes en la acción de amparo que ya presentaron formalmente y que recayó en en el Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario N°9 de la Ciudad.

El escrito de 70 páginas, acompañado de más de 1500 hojas de anexos documentales y probatorios, es el resultado de un proceso de varios meses en que los y las estudiantes se organizaron para rechazar el proyecto oficial luego de constatar la presencia de las primeras maquinarias de obras dentro de la reserva. Así conformaron la Asamblea en Defensa de la Reserva y ahora presentaron el amparo, que también acompaña la Fundación Ciudad. Los amparistas hicieron hincapié en que “nunca se suministró información fidedigna respecto a la totalidad de las obras realizadas” y que sólo consiguieron esa información luego de “una exhaustiva búsqueda particular” pese “a la enorme reticencia gubernamental“. 

En este sentido, detallaron las obras que pudieron certificar anexando las respectivas resoluciones oficiales. La que más preocupa a los y las estudiantes es la construcción de dos “áreas de servicios” que los planos y renders del proyecto de la Secretaría de Ambiente muestran como locales gastronómicos con decks, mesas, sillas y barras, uno de ellos sobre la costa del Río de la Plata. “La instalación de dos bares en la Reserva Ecológica traería aparejadas una serie de consecuencias que pueden configurar un gravamen irreparable para la integridad ecológica de la misma”, advirtieron los y las estudiantes sobre los peligros de estas construcciones. 

En el amparo se enumeran las consecuencias de los bares en el área protegida: “La contaminación de los distintos plásticos de un solo uso que se utilizan para la ingesta de alimentos la contaminación sonora que puede generar la aglomeración como también la existencia de parlantes a efectos de musicalizar la contaminación lumínica que puede afectar los procesos naturales y los traslados de las especies”, detallaron y alertaron sobre “el manejo ineficiente de los residuos, posibles derrames de sustancias químicas con potencial impacto gravoso sobre la flora y la fauna, y la inexistencia de obras de saneamiento que permitan el correcto manejo de efluentes y desechos”. 

Los y las estudiantes también indicaron que para los locales gastronómicos “no se contó con EIA, no se contó con la instancia participativa que implica la audiencia pública y resulta ser la obra que mayor riesgo representa”. Además de los locales gastronómicos, las obras incluyen bicisendas, pérgolas, sanitarios y un centro de interpretación que los y las estudiantes denuncian que se está construyendo en la “zona intangible” de la reserva. La Asamblea realizará una nueva reunión sobre el tema este viernes, mientras que prepara un festival ambiental de cine para el próximo 28 de septiembre. 

Hace unos meses el Consejo Directivo de la FCEN emitió una resolución en la que, en principio, dio cuenta de la nota official presentada al rectorado de la UBA por la Dirección Standard de Áreas de Conservación de la Secretaría de Ambiente, en la que “se solicita conformidad para la construcción de dos sectores con servicio gastronómico“. En esa resolución, el Consejo Directivo expresó su “más profunda preocupación por las obras“.

También recalcó que la Facultad no fue consultada de forma previa a la realización de las obras y advirtió “que el trabajo reciente en el humedal genera un impacto altamente negativo“. En el mismo sentido expresó que “la instalación de locales gastronómicos podría generar un impacto negativo sobre la biodiversidad y la distribución y dinámicas de las poblaciones”.

Del otro lado de la ciudad, en la Reserva Ecológica Costanera Sur, el GCBA también avanza con la construcción de dos locales gastronómicos. El “Bar Bajo Espigón”, que se construye cerca del ingreso principal de la reserva, bajo el Espigón Moreover Ultra, con una estructura de 237 metros cuadrados, y el “Bar de Playa”, ubicado en el sector central de la costa del Río de la Plata, con una estructura de 98 metros cuadrados.  

En los renders de las dos construcciones también se ven decks con mesas, sillas y barras típicas de un neighborhood gastronómico. Ante la consulta sobre los locales, fuentes del GCBA responden que se trata de “áreas de servicio” destinadas sólo a la “provisión de alimentos y bebidas“.





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