La Copa Davis es un torneo diferente. Para la Argentina, que este año celebra el centenario desde su debut en la competencia de tenis por equipos más relevante -fue derrota 4 a 1 ante Suiza en Ginebra, en 1923-, suele representar un peso extra: el clima, la atmósfera, la presión, la gente y la localía, por caso, conforman un cóctel que convierten los partidos por la ensaladera en sucesos de desarrollo incierto.
Este fin de semana el equipo argentino jugará ante Lituania, en el polvo de ladrillo del Buenos Aires Lawn Tennis Club por los playoffs del Grupo Mundial I, una instancia que le otorgará al ganador un lugar en los Qualifiers 2024, en la que en marzo pasado sufriera un golpazo ante Finlandia (perdió 3 a 1 en un incómodo choque sobre cancha dura bajo techo).
Los conducidos por el capitán Guillermo Coria actuarán, esta vez, en una eliminatoria que no tendrá riesgo aparente, con la oportunidad clara de volver a la ronda preliminar para aspirar a las Finales. Los tres singlistas locales están ubicados entre los mejores 35 del mundo: Francisco Cerúndolo (21°) abrirá el duelo este sábado desde las 12 ante el junior Vilius Gaubas (476°), de 18 años y vasto recorrido este año en canchas lentas (jugó 15 torneos; ganó dos ITF y perdió una final); Sebastián Báez (28°) hará lo propio a continuación contra Ricardas Berankis, de 33 años y 231° (ex 50°), el líder visitante; y el debutante Tomás Etcheverry (35°) será la alternativa para los individuales.
Los dos doblistas argentinos, como si fuera poco, se colocan entre los diez mejores del ranking de la especialidad: Andrés Molteni (9°) y Máximo González (10°), cuartos en la carrera al Masters de fin de año, quienes se medirán el domingo en el primer turno ante la dupla rival conformada por Tadas Babelis y Edas Butvilas. Argentina, en pocas palabras, resultará muy superior con su mejor formación disponible.
El foco, entonces, no será primordialmente deportivo: el enigma sobre el futuro de Coria como capitán sobrevuela en los pasillos del BALTC, una cuestión que conlleva, con lógica, una fuerte carga política. La clara intención del Mago es seguir un año más en la silla, aunque no dependerá sólo de su deseo. La dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) mantiene el tema latente pero tiene los ojos puestos, además, en lo que sucederá a nivel mundial: las elecciones ejecutivas en la Federación Internacional de Tenis (ITF). El choque contra los lituanos acoge una fuerte carga política.
Coria, trasfondo y alternativas
Coria sabe que estaría ante su última serie como capitán, una etapa que comenzó con un cómodo debut de local en marzo de 2022 ante República Checa y que exhibió, meses después, ciertas falencias en la conducción del plantel en la fase de grupos del año pasado en Bologna: hubo roces internos, cruces en el vestuario, reproches por el armado de la formación y hasta la negativa de un doblista a jugar con el resultado puesto. Debió interceder el propio Agustín Calleri, presidente de la AAT, cuando no es común que los dirigentes se involucren en asuntos de jugadores y cuerpo técnico.
En aquel momento la cúpula tenía decidido el fin de La Legión, la mejor camada de tenistas de la Argentina, luego de la desinteresada capitanía de Gastón Gaudio y los desbarajustes en el manejo de Coria: ya no querían otro capitán de alto perfil de cara a 2024. Con el presente un poco más aplacado, sin embargo, las alternativas serían más amplias.
“Yo también soy dirigente. La verdad es que no hablé (con los directivos) y la intención nuestra es seguir un año más. Igual estoy enfocado en ganar acá y después hablaremos”, sostuvo esta semana el Mago. Durante la gestión de Calleri, en efecto, ocupó dos cargos políticos en la estructura de la AAT: desde la asunción, en mayo de 2018, fue el Secretario de Interior y ahora conserva un puesto como vocal titular en la comisión directiva.
En una elocuente muestra de peso propio también expresó: “Por más que los dirigentes quieran o yo quiera también es importante preguntarles a los jugadores cómo se sienten. Porque si los jugadores no están a gusto conmigo obviamente daré un paso al costado, pero la idea es seguir un proceso”.
El futuro de Coria no está sentenciado pero es incierto. En las entrañas de la AAT ya recibieron, en este sentido, varias autopostulaciones para conducir el equipo desde el próximo año. Según supo Página/12 uno de los candidatos es Fabián Blengino, de muy buena relación con Calleri. Entrenador de extensa trayectoria, fue coach del actual presidente y también trabajó con el propio Coria camino a la final de Roland Garros 2004. Este año, por caso, acompañó a Guido Pella en su regreso final al circuito.
También hubo otros dos entrenadores de menor perfil mediático que se comunicaron con los dirigentes para ofrecer sus servicios, aunque la puerta podría abrirse para otro legionario. Con más tranquilidad, lejos del “revuelo” posterior a los problemas internos en Bologna, en el ecosistema que rodea a la Copa Davis empezó a rumorear el nombre de Juan Ignacio Chela, el ex 15° del mundo que tiene un buen vínculo con Mariano Zabaleta -vicepresidente de la AAT y miembro de la mesa de decisiones de la Davis-, entrena a Juan Manuel Cerúndolo (91°) y que esta semana dejó de trabajar luego de siete años con Diego Schwartzman.
Bisagra al futuro: las elecciones en ITF
Este martes Agustín Calleri viajará a Cancún, México, para formar parte de una asamblea general clave en la Federación Internacional de Tenis: las elecciones ejecutivas del próximo domingo 24 de septiembre. El estadounidense David Haggerty, actual presidente y principal impulsor del histórico cambio de formato de la Copa Davis en 2018, pretende revalidar su mandato frente a Dietloff von Arnim, titular de la Federación Alemana de Tenis y candidato opositor. Su postulación viene acompañada por Giorgio di Palermo, un ex tour manager de la ATP que, en caso de ganar, se transformaría en el CEO de la ITF.
“Creo que el liderazgo en el tenis tiene que cambiar. Debemos hacerlo mejor y creo que podemos. Mi objetivo es garantizar que la ITF rinda cuentas de nuestras decisiones y que nuestros torneos, en todos los niveles de juego, sean seguros desde el punto de vista financiero”, había manifestado el alemán de 63 años, cuya meta es convertirse en el conductor del órgano internacional para el mandato 2024-2028.
La Copa Davis resulta el epicentro de atención en esta disputa política. Tras la salida de Kosmos, la empresa de Gerard Piqué que había llevado adelante la modificación de la mano de Haggerty, el futuro del formato de la ensaladera es una incógnita. En aquella “revolución inocua”, que pretendía sostener el cambio por un cuarto de siglo pero al cabo se derrumbó después de un lustro, la Argentina tuvo un papel preponderante: en la asamblea de Orlando, en agosto de 2018, la AAT, con la presencia del vicepresidente Zabaleta, otorgó su voto a favor del cambio de formato -necesitaba dos tercios y sacó 71,43 por ciento-.
¿Por qué la Argentina ostenta peso propio entre las federaciones miembro? El sufragio nacional es de segundo orden calificado: aporta nueve votos, sólo por debajo de los doce que tienen Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Australia -los cuatro países organizadores de los Grand Slams- y Alemania. Por eso, también, la posición argentina resultará preponderante en la elección presidencial.
Así lo hizo saber, de manera concreta, el círculo del propio Dietloff von Arnim: desde su armado político ya se comunicaron con los dirigentes argentinos de alto rango para intentar conseguir el voto. Al interior de la AAT, no onstante, aseguran que las propuestas no quedan del todo concretas y que, en todo caso, conocerán los detalles con mayor cercanía temporal al viaje rumbo a Cancún. La Davis, por lo pronto, esconde una trastienda mucho más profunda que un mero esultado deportivo.
pamalfitano@pagina12.com.ar