El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, inauguró este viernes la cumbre del G77+China en La Habana con un llamado al Sur global a “alzar su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”, porque considera que “los sistemas y los marcos mundiales le están fallando” a los países en desarrollo.
Problemas mundiales
“Ahora se ven enredados en una maraña de crisis mundiales. La pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor. Los precios están disparados, la deuda es exorbitante y los desastres climáticos son cada vez más frecuentes. Los sistemas y los marcos mundiales fracasaron. La conclusión está clara: el mundo le está fallando a los países en desarrollo”, aseguró el secretario general.
Por eso, argumentó Guterres, es necesario el respaldo del G77+China a varias iniciativas que se están realizando en el seno de Naciones Unidas en materia de gobernanza global, cambio climático y desarrollo tecnológico. “Para cambiar esta situación, necesitamos medidas a nivel nacional que garanticen la buena gobernanza, movilicen recursos y den prioridad al desarrollo sostenible. Y necesitamos medidas a nivel global que respeten la titularidad nacional, con miras a construir un sistema internacional que defienda los derechos humanos y vele por el interés común”, señaló. En el ámbito del sistema multilateral, reconoció que “muchas
instituciones mundiales actuales reflejan una época pasada” y
destacó la necesidad de actualizar el Consejo de Seguridad de la ONU, el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial.
En julio, el jefe de la ONU, definió al G77+China como “la voz del Sur Global” y “el mayor grupo de países de la escena internacional”, destacando la “multiplicidad de cumbres” que están ocurriendo en diferentes regiones como un “reflejo de la creciente multipolaridad de nuestro mundo”. Guterres viene de participar en el encuentro de alto nivel de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en agosto en Johannesburgo, y de las principales economías, agrupadas en el G20, la semana pasada en Nueva Delhi.
La palabra del anfitrión
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, durante su alocución en la inauguración de la cumbre recordó la importancia del Grupo de los 77 y China en un contexto de “crisis multidimensional” en el mundo. En ese sentido, subrayó la necesidad de “cambiar las reglas del juego” en favor de los países en vías de desarrollo que, a su juicio, son las “víctimas principales del comercio, las finanzas internacionales y el intercambio desigual”, además de la brecha científica y de la crisis climática.
El mandatario del país anfitrión afirmó que el actual orden internacional es injusto y que, sin atender esos temas, no será posible “alcanzar el desarrollo sostenible al que los países del G77+China tienen derecho”. Como ejemplo, habló de las carencias con las que las delegaciones presentes se pueden encontrar en la isla debido a “seis décadas de bloqueo” norteamericano. “Carecemos de muchas cosas, pero nos sobran sentimientos de amistad, solidaridad y hermandad”, agregó Díaz-Canel.
Cuba acoge el evento “haciendo un gran esfuerzo en medio de las muy difíciles condiciones en que se encuentra hoy la economía cubana”, remarcó el canciller cubano Bruno Rodríguez en una conferencia de prensa el miércoles, al tiempo que calificó a la reunión como una “cumbre austera”. La isla, que vive su peor crisis en tres décadas, enfrenta una lenta recuperación económica tras la pandemia del coronavirus, el reforzamiento de las sanciones de Washington contra la isla y debilidades estructurales de la economía interna del país.
Desde que Cuba asumió la presidencia pro-tempore en enero, el país apeló a la unidad de sus miembros para luchar contra
“intereses mezquinos de quienes pretenden mantener inamovible el injusto
orden económico actual”. Es más, Díaz-Canel precisó el martes en su cuenta X que “desde la Cumbre de La Habana, reafirmaremos nuestro compromiso con el multilateralismo, la cooperación y el desarrollo”.
La cumbre
El G77+China, creado en 1964, es el mayor foro de concertación y diálogo en el marco de la ONU, que agrupa a toda América Latina y el Caribe -salvo México-, África, Oriente Medio y gran parte de Asia -sin Rusia-. El objetivo de la cumbre en La Habana es reforzar la cooperación entre sus 134 miembros en
lo que respecta a ciencia, tecnología e innovación. Concluirá el sábado con una nueva sesión de debate y la presentación de la declaración final.
El canciller cubano indicó que el proyecto de declaración de la cumbre es un documento “crítico que reclama una reforma profunda de la arquitectura financiera internacional, la eliminación urgente de las medidas coercitivas internacionales y el tratamiento adecuado a la creciente deuda externa a los países en desarrollo”.
Desde hace un mes, con motivo del evento, salieron trabajadores a pintar los famosos túneles submarinos que unen municipios de La Habana y restauraron el deteriorado pavimento de las principales avenidas de esta capital. Lujosos hoteles de la capital cubana, casi siempre semivacíos por el lento regreso del turismo a la isla
después la pandemia de Covid-19, retomaron su brillo con las delegaciones que ocupan estos
días sus habitaciones.