El interrogante en torno a la vida extraterrestre sumó un nuevo capítulo este jueves, cuando la NASA comunicó los detalles de un informe muy esperado por la comunidad científica internacional. En conferencia de prensa y ante la presencia de Bill Nelson, el director del organismo, los expertos que desde hace meses estudian el fenómeno de manera independiente anunciaron que, por el momento, “hay pocas observaciones de alta calidad sobre los Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI, nueva denominación para los ovnis)” que ayuden a corroborar la existencia de vida más allá de la Tierra.

En el informe que compartieron puede leerse: “Actualmente existe un número limitado de observaciones de alta calidad de FANI, lo que hace imposible sacar conclusiones científicas firmes sobre su naturaleza“. Esto deja entrever que, al momento, no es posible correlacionar los avistamientos recientes con la vida extraterrestre y plantea un compromiso de la NASA para profundizar los análisis de nuevos eventos de cara al futuro. “La principal conclusión del estudio es que hay mucho más que aprender”, dijo Nelson, en una suerte de mensaje con sabor a poco.

Lejos de las expectativas, los 16 especialistas liderados por el astrofísico David Spegel no dijeron nada diferente a lo que ya era sabido. En cambio, insistieron en que “la NASA desempeñe un papel clave en el estudio de los fenómenos anómalos no identificados”. Con esto, la agencia estatal de EEUU creó un departamento especializado en el estudio de los Fenómenos Aéreos No Identificados y priorizará como fundamental un área que durante mucho tiempo pareció bambolearse entre la ciencia y la ficción. Quizás, por la propia fascinación que el tema despierta entre propios y extraños.

Así, en conferencia de prensa, los referentes indicaron que es clave detectar las “anomalías en los cielos mediante sensores múltiples y calibrados”. A partir de la recolección de información, los expertos emplearán datos meteorológicos y demás evidencia científica que pudiera surgir. Asimismo, se refirieron al rol clave que puede desempeñar tanto la inteligencia artificial y sus avances ligados al aprendizaje automático, como la sociedad en general, al tomar imágenes sobre fenómenos sugerentes a partir de sus cámaras y teléfonos celulares.

A diferencia de lo que sucedía décadas atrás, el término OVNI fue reemplazado en la jerga por el de FANI, que indica “fenómenos anómalos no identificados”. El objetivo, a partir de este cambio en la denominación, es por un lado desestigmatizar una noción que históricamente fue cargada de sentidos negativos, así como también precisar dicha noción, pues que no haya sido identificado no equivale, necesariamente, a que sea de naturaleza extraterrestre. De manera más amplia, en el presente, la NASA define a FANI como “la observación de eventos en el cielo que no pueden identificarse científicamente como un avión o un fenómeno natural conocido”.

A comienzos de 2023, para incrementar la ansiedad el Pentágono había comunicado el avistamiento de más de 650 FANI.

Antecedentes, denuncias y dudas

Más allá de lo que sucede por esta época, lo cierto es que la NASA ha tenido científicos que orientaron sus esfuerzos en la detección de vida extraterrestre desde 1960. En esta línea, encaró la búsqueda de evidencias de vida microscópica en los planetas del Sistema Solar, de vida inteligente extraterrestre usando radiotelescopios (SETI, search for extra terrestrial intelligence) y últimamente de biomarcadores en los exoplanetas.

La ambición se potenció en los últimos meses cuando David Grusch, un exoficial de inteligencia de la Fuerza Área de Estados Unidos, afirmó bajo juramento que “su país está en posesión de naves y restos biológicos no humanos”. Su sentencia, realizada ante el subcomité de Supervisión de la Cámara de Representantes de EEUU, se replicó todo en todo el mundo y motivó a la creación, por parte de la NASA, de este comité que acaba de expedirse al respecto.

Sencillamente, un testimonio como el de Grusch no podía pasar desapercibido; precisamente, porque se trata de un exmiembro de las Fuerza Aérea que durante muchos años trabajó de manera directa en la recopilación de informes de objetos voladores no identificados. Por este motivo, podría pensarse que el informe que difundió la NASA no salda las dudas con respecto a lo apuntado por Grusch y la existencia de documentos clasificados que atesora el gobierno estadounidense, cuya divulgación omite.

Las dudas con respecto a la vida en otros planetas no solo es propiedad de la NASA. El martes pasado, en el Congreso mexicano, diversos ufólogos solicitaron a los legisladores reconocer la vida extraterrestre en dicho país. Acto seguido, un evento peculiar sobrevino cuando Jaime Maussan llevó al recinto dos cuerpos de “seres no humanos” momificados. Restos que, según plantea, tienen más de un milenio. Para cerrar su extravagante presentación en el recinto, el periodista dijo: “Estamos siendo visitados por inteligencias no humanas que vienen a la Tierra desde las profundidades del universo”.

A la fecha, la ciencia ha detectado alrededor de cinco mil planetas extrasolares. Sin embargo, todavía no se ha localizado al mejor gemelo terrestre, esto es, un planeta similar a la Tierra que orbite alrededor de una estrella de tipo solar. Como desde hace siglos, saber si hay vida más allá del vecindario que constituye el Sistema Solar es un anhelo que se renueva una y otra vez.

pablo.esteban@pagina12.com.ar



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