Cacería en Venecia – 6 puntos
A Haunting in Venice, Estados Unidos/Reino Unido/Italia, 2023
Dirección: Kenneth Branagh
Guión: Michael Green, sobre novela de Agatha Christie.
Duración: 103 minutos
Intérpretes: Kenneth Branagh, Tina Fey, Camille Cottin, Kellyy Reilly, Michelle Yeoh, Jamie Dornan, Riccardo Scamarcio, Jude Hill, Emma Laird.
Estreno en salas.
Poirot vuelve. El popular símbolo de la “V” con una “P” adentro, conocido por todos los argentinos, adquiere una lectura diferente con el estreno de Cacería en Venecia. Sí, el popular detective creado por la escritora Agatha Christie, Hércules Poirot, regresa por tercera vez a la pantalla de la mano del irlandés Kenneth Branagh, quien una vez más dirige e interpreta al personaje. Ya lo había hecho en Asesinato en el Expreso de Oriente (2017) y Muerte en el Nilo (2022). Una especialidad de Branagh, quien basó gran parte de su filmografía como director en la adaptación de diferentes clásicos de la literatura británica. Desde las obras de Shakespeare hasta el Frankenstein de Mary Shelley han pasado por su mano, con resultados diversos. En el balance, la trilogía sobre el detective belga, con sus altos y bajos, se ubica entre lo más logrado.
Lo mismo puede decirse de este abordaje, que vuelve a resignificar el juego de la “V” y la “P”: Poirot en Venecia. Aprovechando el ambiente gótico de la famosa ciudad flotante italiana, Branagh propone una versión más oscura del personaje a partir de una historia en la que el género detectivesco se cruza con el cuento de fantasmas. El resultado, una película que construye una atmósfera eficaz de cine de terror clásico, para contar otra aventura del infalible investigador. La excusa surge de un tópico muy vinculado al policial clásico: el espiritismo. Poirot es convocado por una vieja amiga, escritora de policiales, para desenmascarar a una medium que parece no ser una farsante. Como si se tratara de un ajuste de cuentas con Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, que durante sus últimos años se volvió devoto del espiritismo, Poirot despliega su escepticismo y defiende a rajatabla el uso de la lógica para explicar lo inexplicable.
Cacería en Venecia es la más efectiva de las tres adaptaciones de Branagh, sobre todo porque encuentra los recursos para darle forma a este híbrido entre el cine de terror y el policial. Grandes angulares para registrar los escenarios barrocos de la ciudad de las góndolas. Una iluminación y una fotografía que instalan con naturalidad un clima gótico en plena posguerra (la historia transcurre en 1947). Puestas de cámara escoradas y primerísimos planos para subrayar la posibilidad de lo ominoso o la perturbación de los personajes frente a lo que escapa de su control. La combinación de un ambiente opresivo con buenas dosis de ironía y humor inglés terminan de hacer que la receta cuaje de forma adecuada. Por supuesto, la resolución del caso tendrá algo de deus ex machina, aunque los indicios hayan sido colocados a lo largo del relato, ocultos a la vista de todos, pero que solo el protagonista será capaz de unir. Porque, claro, Poirot vence.