El sector industrial considera que la situación económica del país está peor que hace un año, aunque muestra optimismo en que habrá “cierta mejora” durante 2024. La mayoría de las empresas tuvieron caídas de producción y ventas en julio, pero mantienen el empleo. Los mayores problemas para el desarrollo de la actividad industrial se encuentran en el retraso para la aprobación de las SIRA y la incertidumbre cambiaria. 

“En un entorno de deterioro de los indicadores, las empresas consideraron que la situación económica está peor que hace un año”, asegura la la Unión Industrial Argentina (UIA) en base a la encuesta que realiza mensualmente a más de 500 empresas de distintos sectores. 

Esta observación se arroja tanto en las percepciones sobre la propia empresa (aproximadamente un 50 por ciento dice estar peor que hace un año), como en las del sector de actividad (64 por ciento indicó estar peor) y más especialmente en las de la situación económica del país (un 92 por ciento señalaron que está peor). 

“Si bien en el corto plazo se advierte un deterioro de las condiciones para la industria, a futuro se registra cierta mejora en las perspectivas para el próximo año”, aseguró la entidad. Es que empezaron a ser más las empresas con percepciones positivas por sobre aquellas con percepciones negativas. La mejora se ve tanto en la situación del país como en la situación de las empresas y los sectores de actividad.

Producción, ventas y empleo

Durante julio volvieron a predominar las firmas que proyectan caída de la producción por sobre aquellas con subas. Fue el cuarto relevamiento consecutivo con esta tendencia. El relevamiento identificó que el 36 por ciento de las empresas encuestadas registraron una caída en la
producción, mientras que sólo el 21 por ciento de ellas indicaron un incremento durante dicho período. La situación es inversa a la del mismo
período del año pasado, donde un 23 por ciento de empresas había reducido la producción y un 32 por ciento la había incrementado. Al analizar por
subsector de la industria, las caídas predominaron en casi todas las ramas, a excepción del sector automotor y la industria de metales
comunes, que fueron los sectores que traccionaron al alza la industria en el primer semestre. 

Las ventas en el mercado interno mostraron una tendencia similar a la producción, con un predominio de las empresas con caídas (45 por ciento)
en las ventas respecto de las que mostraron subas (21 por ciento).
En el caso de las exportaciones, un 37 por ciento de las empresas registraron caídas en sus ventas externas frente a sólo un 13 por ciento con subas.
Tanto en las ventas internas como externas, en la gran mayoría de los sectores predominaron las empresas con caídas de sus ventas por
sobre aquellas con subas. 

En contraste con la producción y las ventas, el empleo fue el único indicador con un desempeño más favorable. Las empresas con subas en el empleo (15 por ciento) superaron a aquellas con caída (14 por ciento). “Al analizar el dato por sector, las subas
del empleo se corresponden con ciertas empresas puntuales que han tenido proyectos de inversión con ampliación de la capacidad
productiva, más allá de la coyuntura económica actual. Por ejemplo, en ramas como textil, confección y calzado, la industria química, la
industria de minerales no metálicos. Más allá de este dato, el empleo es un indicador más estable donde predominan ampliamente las
empresas con estabilidad en el empleo (70 por ciento) por sobre aquellas con variaciones”, explica la UIA.

Diagnóstico

Al explicar los principales problemas que tienen día a día, las empresas reportaron el impacto del impuesto PAIS sobre los precios de insumos y bienes finales, así como crecientes dificultades en la gestión de Siras y Sirase para la importación de bienes y servicios necesarios para la producción.

Las empresas reportaron más inconvenientes tanto en la aprobación como en el tiempo de aprobación de las SIRA con respecto al relevamiento de abril. El 71 por ciento indicó dificultades en la aprobación de solicitudes – en abril habían sido 58 por ciento-. En tanto los tiempos de aprobación de las SIRA empeoraron para el 80 por ciento de las empresas. En el mismo sentido, se advirtieron crecientes dificultades en la gestión de la importación de servicios. 

“Tras el decreto 377/2023 que estableció el impuesto PAÍS del 7,5 por ciento para las importaciones de bienes, la gran mayoría de las empresas estimaba un elevado traslado a precios tanto de los insumos como de los bienes finales. Para más del 40 por ciento de las empresas, el impacto en los precios era de un aumento mayor al 7,5 por ciento mientras que más del 35 por ciento esperaba un aumento de al menos 5 por ciento. El relevamiento se realizó previo al salto cambiario del 14-ago, por lo que no está contemplado el impacto adicional de dicho aumento. Con posterioridad al cierre de la encuesta, la incertidumbre cambiaria se acentuó, en el marco de la suba del tipo de cambio y de la tasa de interés. Persiste un clima de elevada incertidumbre para la producción, con dificultades en torno a la disponibilidad de insumos, la suba de costos y la situación de la demanda y la gestión de liquidez de las empresas”, aseguró la UIA.



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