La respiración es también la base de meditación. “Pensamos que respirar es algo natural, pero si prestamos atención a cómo lo hacemos todos los días nos damos cuenta de que El 90% de nosotros tenemos dificultad para respirar que se detiene a la altura del pecho. Lamentablemente esto crea una serie de problemas, porque no nos permite oxigenar suficientemente nuestra sangre y por tanto el cerebro y nos resulta más difícil encontrar el estado de concentración para hacer algo. Por no hablar de los problemas posturales que pueden resultar de la mala respiración».
Acostúmbrate a tener una respiración consciente ayuda a centrar nuestra atención en lo que hacemos Y se convierte en nuestro entrenamiento, nuestro gimnasio. “La respiración se puede entrenar, 10 minutos al día son suficientes pero lo importante es que haya constancia en hacerlo. Acostumbrarse a llamar la atención sobre el cuerpo ayuda a desarrollar la capacidad de concentración, de percibir señales incluso en momentos de estrés o ansiedad particulares».
Cinco ejercicios para mejorar la respiración
Rajan luego nos enseñó cinco ejercicios diferentes que, además de acostumbrar a nuestro cuerpo a respirar de manera más consciente, pueden usarse para fines específicos.
Respiración consciente
Pones tu mano izquierda a la altura del pecho, tu mano derecha sobre tu vientre e inhalas profundamente, pudiendo sentir el movimiento solo de tu mano sobre tu vientre. Para estar acostado para estar más relajado, puedes respirar indiferente con la nariz o la boca, lo importante es trabajar el diafragma el cual, en movimiento, también realiza una acción de masaje de los órganos internos.
4-7-8 contra el insomnio
Es un ejercicio muy útil para poder superar un momento de insomnio. Tomamos una posición acostada, inhalamos cuatro veces, que no son cuatro segundos, sino un ritmo más rápido, aguantamos la respiración siete veces y exhalamos abriendo ligeramente los labios ocho veces. Contar nos ayuda a mantener nuestra mente ocupada en lo que estamos haciendo y, por lo tanto, evitar que se vaya a otro tipo de pensamientos.
El ejercicio de la mano
Este ejercicio es muy útil para lidiar con un momento de ansiedad, durante el cual podemos perder el control. Ponemos la mano izquierda abierta delante de nuestros ojos y, con el dedo índice de la mano derecha y partiendo de la muñeca, inhalamos hasta llegar a la altura del pulgar, aguantamos la respiración durante unos segundos y exhalamos bajando por el interior del pulgar y repetimos este ejercicio para cada dedo de la mano, hacia adelante y hacia atrás. Esto nos lleva a mantener nuestras mentes ocupadas en nuestra mano y nos obliga a no pensar alto. El hecho de tener la mano debajo de los ojos y vernos obligados a mirarla, nos ayuda a recuperar un estado de concentración.
Alternancia de la respiración de las fosas nasales
Cierre de la fosa nasal derecha con el pulgar de la mano derecha, inhale con la fosa nasal izquierda. Luego cierre ambas fosas nasales con el pulgar y el índice, contenga la respiración antes de dejar el dedo índice en la fosa nasal izquierda y libere el derecho con el que exhalar. Inhala con la derecha, tapa y exhala con la izquierda. Sirve para relajar la mente y te permite concentrarte porque te obliga a mantener un ritmo constante.
Con todo el cuerpo
El ejercicio que se puede realizar en posición vertical, ayuda a aliviar los momentos de tensión. Con las piernas ligeramente dobladas, inhalas inflando el vientre y levantando ambos brazos hacia arriba, luego arrojas el aire de una vez, descargando la tensión al suelo con el movimiento oscilatorio de los brazos.
Respiración y movimiento
“El yoga es una práctica que combina movimiento y respiración que se convierte en la base del mismo”, dice. Irene Traina, profesor de la Sección de yoga al atardecer de Wiji Surf Fest. “Cuando estos dos mundos se unen y se asocian, permiten que nuestro cuerpo y cerebro permanezcan en el momento presente, entrando así en lo que se llama flujo. Precisamente este flujo es lo que conduce al bienestar. Aprender a asociar una respiración con cada movimiento es el primer paso para una mayor conciencia de nuestro cuerpo».