De acuerdo con la más reciente medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), “la inflación de las y los trabajadores se ubicó en el 10,7% en agosto, acelerándose en 3,5 puntos respecto a los valores de julio”.  En este marco, destacaron que, “por primera vez desde abril de 2002, la inflación mensual alcanzó los dos dígitos en Argentina”. 

Según destaca el informe del IET, “con este registro, la inflación alcanzó el 81% en los primeros ocho meses del año. En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo) alcanzó el 121,5%. Si la inflación promediara el 10,7% mensual en los cuatro meses restantes del año, la inflación acumulada de 2023 sería de 171,8%. Si, por el contrario, la inflación siguiera el promedio de enero-agosto (7,7% mensual), la variación acumulada de 2023 sería del 143,5%”.

La aceleración inflacionaria, “estrechamente asociada” a la devaluación post PASO

Asimismo, los especialistas del IET explican el documento que “la aceleración inflacionaria de agosto estuvo estrechamente asociada al salto devaluatorio tras las PASO (22%). En una economía con fuerte inercia inflacionaria y alta volatilidad, los traspasos a precios de la devaluación tienden a ser más rápidos, y es por ello por lo que se detectaron remarcaciones inmediatas en prácticamente todos los rubros. Vale tener en cuenta que en la primera mitad del mes (antes del salto devaluatorio) la inflación estaba corriendo a una velocidad relativamente similar a la de los meses previos (entre 7 y 8%). Ello permitió atemperar la magnitud de la suba de agosto, que en parte se computará en septiembre por arrastre estadístico”.

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La canasta básica, con números similares a la hiperinflación de 1990

“Todos los capítulos de la canasta subieron por encima del 7% en agosto, algo que no se daba desde la salida de la hiperinflación de 1990”, revela el informe. Según la medición del IET, “el capítulo que más trepó es Recreación y cultura, con un 14%, impulsado por las subas en electrónica (las notebooks subieron 33% por ejemplo), cuya cotización suele estar muy atada al dólar. El segundo capítulo con mayores subas fue Transporte (13%), seguido por Salud (12,7%). Alimentos y bebidas, el de mayor peso en la canasta, subió 9,8%, impulsada por infusiones, carnes, lácteos y frutas, todos con alzas de dos dígitos. El capítulo con subas más contenidas fue Educación, con 7,4%”.

En la segunda mitad del informe se analiza cuán cierto es que la situación social actual, dado el marco inflacionario, es comparable a la de la crisis de 2001-2, como muchas veces se afirma en el discurso público. “Para ello, se analizan series históricas en variables como empleo, desocupación, salario real, pobreza y desigualdad. La conclusión es que, si bien varias de estas variables (principalmente, salario real y pobreza) han mostrado un claro deterioro en los últimos años, en ningún caso los niveles actuales son comparables a los de 2001-2”, aseguran los especialistas.



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