Las modalidades de las estafas virtuales se actualizan de manera constante y los ladrones se aprovechan de los más débiles o desprevenidos: recientemente, la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor de la Secretaría de Comercio alertó sobre centenares de denuncias de jubilados que habrían sido estafados mediante débitos no autorizados en sus cuentas. Si bien se trata de montos bajos, que van entre 500 y 600 pesos, se realizan en modo sistemático y en gran número, por eso es que se habla de “robo hormiga”. 

Según informaron las autoridades, una de las empresas bajo los que aparecen estos descuentos lleva el nombre de Épico SA. Más de 300 personas, en particular jubilados, acusaron a esa compañía de hacer cobros indebidos, por cifras menores que se repiten y que no fueron autorizadas por las personas a las que se les realiza el descuento.

Las empresas de servicios de cobranza, como Épico, tienen acceso a bases de datos que les permiten, mediante pedido a los bancos, realizar débitos de una multitud de cuentas bancarias.

“Por ahora hay casos individuales, estamos haciendo el relevamiento de oficio”, informaron desde Defensa del Consumidor, y encuadraron el tema en un problema mucho mayor que se da debido a la facilidad con que en la Argentina se pueden hacer débitos de las cuentas bancarias.

“Esto pasa todos los días, el sistema de descuentos a la personas es muy permeable. La posibilidad de hacer débitos es lo que permite el funcionamiento de las Fintech, por eso es tan difícil de frenar. La única manera que tienen de cobrarte es llamarte todo el tiempo por agencias de cobro o mediante el débito automático, pero esta lógica facilita el abuso”, agregaron.

Además, cuando hay denuncias individuales, en caso de prosperar, la devolución es a quien realizó la denuncia, no a los demás, que pudieron ni haberlo percibido, algo que se puede solucionar mediante acciones colectivas, algo que Defensa del Consumidor tiene en estudio.

Un agravante en la Argentina, dijeron desde Defensa del Consumidor, es que “los bancos ponen trabas al ejercicio de los dos derechos instituido por el Banco Central: el cese de débitos automáticos en cuenta cuando el cliente así lo ordena y la devolución del débito dentro de los 30 días de realizado.

Un delito que crece 

La primera denuncia sobre esta modalidad de robo es de enero de 2022, pero en el último tiempo la cantidad aumentó considerablemente. Asimismo, no se limita a la operatoria de un banco o puñado de bancos, sino que afecta tanto a jubilados con cuentas en entidades públicas como privadas.

A raíz de la reciente ola de denuncias también tomó intervención la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UfeciI), a cargo del fiscal Horacio Azzolin. 

“Todavía no tenemos determinado el perfil, estamos recolectando información. Se trata de uno de los tantos casos de denuncias de débito no autorizado, pero todavía no establecimos un patrón común”, dijo Azzolin.

Cómo denunciar este tipo de estafa

Los damnificados por débitos no autorizados pueden denunciar sus casos a la Defensoría del Pueblo, la dirección de Defensa del Consumidor o a la fiscalía zonal. Además, el BCRA recomienda que en caso de detectar “un débito en cuenta no convenido o pactado” se puede pedir la reversión (esto es, la devolución) y reclamar “ante la empresa que originó tal débito”.

“Si la empresa no responde a tu reclamo vas a poder presentarlo ante el Dirección Nacional de Defensa del Consumidor que lo derivará al organismo local correspondiente para su tratamiento. Recordá que podés solicitar la baja definitiva del débito indistintamente ante la entidad financiera o la empresa receptora de los fondos”, dice la web del Central.

Ante una estafa bancaria o realizada a través de los bancos y cuando una persona desconoce la causa de un débito, puede recurrir a los correos electrónicos del BCRA. La entidad que realizó el débito tiene 10 días hábiles para responder. Y si el reclamo no es resuelto, el afectado puede recurrir nuevamente al Central.

En la dirección de defensa del consumidor señalaron que este tipo de problemas se agravaron mucho en los últimos diez años, debido a la facilidad con que se puede acceder a bases de datos de, por ejemplo, préstamos personales, para los cuales no hay muchos controles de documentación. 



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