La invitación a una cena oficial en el marco de la cumbre de líderes del G20 en Nueva Delhi, emitida por el gobierno de la India, provocó este martes una controversia política por el uso de la palabra “Bharat”, el otro término reconocido por la Constitución para referirse al país asiático. Emitida en nombre de la presidenta india Droupadi Murmu, la invitación fue interpretada en clave electoral por miembros de una coalición opositora recientemente formada de cara a las elecciones generales de 2024. Entre el 18 y el 22 de septiembre el país será sede de la cumbre del G20, a la que asistirán los líderes de las 20 principales economías del mundo, incluyendo Argentina.

“La presidenta de Bharat solicita el placer de su compañía”, dice la invitación compartida en las redes sociales por políticos de la oposición y escrita en inglés para una cena oficial el próximo sábado. Bharat es una de las dos denominaciones oficiales del país, según la Constitución india, y se remonta a los antiguos textos hindúes escritos en sánscrito. El propio primer ministro, Narendra Modi, suele hablar de India utilizando esa palabra

Muchos medios de comunicación indios informaron que el gobierno podría presentar una resolución en ese sentido durante una sesión especial del Parlamento este mes, pero el gobierno aún no reveló la agenda de la sesión que se celebrará del 18 al 22 de septiembre. Los dirigentes del oficialista Bharatiya Janata Party (BJP) respaldan el cambio de nomenclatura al sostener que el nombre India fue introducido por los colonos británicos, que gobernaron el país durante 200 años, y es un “símbolo de esclavitud”.

Voces a favor y en contra

El jefe de gobierno del estado nororiental de Assam y miembro de la fuerza oficialista, Himanta Biswa Sarma, aseguró: “República de Bharat. Feliz y contento de que nuestra civilización esté avanzando firmemente hacia ‘Amrit Kaal'”, un término que puede traducirse como la edad de oro y que es utilizado por el gobierno para describir las aspiraciones del país asiático.

Las disputas entre India y Bharat fueron ganando terreno desde que los partidos de oposición anunciaron en julio una nueva alianza, llamada Alianza Nacional Inclusiva para el Desarrollo de la India, o INDIA, para derrocar a Modi y a su partido en las elecciones nacionales de 2024. Desde entonces algunos funcionarios del partido de Modi exigieron que el país se llame Bharat en lugar de India.

“¿Tanto miedo le tiene a India?”, tuiteó el histórico Partido del Congreso (INC) de la dinastía Nehru-Gandhi. En tanto, el parlamentario del Partido del Congreso y ministro de Estado para el Desarrollo de los Recursos Humanos, Shashi Tharoor, abogó por utilizar las dos denominaciones. 

“Aunque no hay un impedimento constitucional a llamar Bharat al país, que es uno de los dos nombres oficiales de la India, espero que el gobierno no sea tan tonto como para abandonar por completo India, que tiene un valor de marca incalculable y construido durante siglos”, señaló Tharoor. Por fuera de la política el exjugador de críquet Virender Sehwag se manifestó a favor del cambio y pidió al consejo de críquet indio que empiece a estampar la palabra Bharat en los uniformes de los equipos.

La pesada herencia británica

La República de la India, de más de 1.400 millones de habitantes, es conocida también bajo el término Bharat, que se desprendió del sánscrito Bharata, que muchos historiadores creen que se remonta a los primeros textos hindúes. Según la mitología hinduista, Bharat fue un mítico emperador de la literatura clásica y el primero en conquistar todo el país, uniéndolo en una sola entidad.

El nombre India fue impuesto por la potencia colonial del Reino Unido, de la que el país asiático se independizó recién en 1947, bajo el liderazgo de Mahatma Gandhi. La Constitución formula en su primer artículo que el país se llama “India, que es Bharat.

Durante décadas los gobiernos indios de distintas tendencias intentaron borrar las huellas de la era colonial británica, rebautizando calles e incluso ciudades enteras, proceso que se intensificó desde 2014, fecha en la que Modi se convirtió en primer ministro.

En 2015 la famosa calle Aurangzeb de Nueva Delhi, que lleva el nombre de un rey mogol, fue cambiada por la calle Dr. APJ Abdul Kalam luego de las protestas de los líderes del partido de Modi. El año pasado el gobierno también cambió el nombre de una avenida de la época colonial en el corazón de Nueva Delhi que se utiliza para desfiles militares ceremoniales.

El gobierno de Modi dice que los cambios de nombre son un esfuerzo por recuperar el pasado hindú del país, pero la oposición lo acusa de seguir una agenda nacionalista destinada a formar un estado étnico hindú a partir de una India constitucionalmente laica. 

Si bien India es un país multirreligioso, el hinduismo ganó terreno en estos últimos años: para 2010, el 80,45 por ciento de la población era hindú, seguida por un 13,4 por ciento de creyentes del Islam, 2,34 por ciento adeptos al cristianismo y 1,87 por ciento de Sij, con proporciones mucho menores de seguidores del budismo, animismo, jainismo y no creyentes.

El cambio de denominación de India no es el único reciente. En junio de 2022 Naciones Unidas aceptó el cambio de nombre de Turquía a nivel internacional. Para evitar que se la confunda con la palabra “turkey” en inglés, que significa pavo, el país pasó a llamarse “Türkiye”, su nombre en turco. Países Bajos es la traducción al español de Nederland, que viene del neerlandés “Neder-landen”, que significa tierras bajas. Se llama así desde 2020, cuando el gobierno decidió eliminar el nombre Holanda, con el que se conocía anteriormente.





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