El general Brice Oligui Nguema, quien juró como “presidente de transición” de Gabón luego del golpe de Estado del miércoles pasado, prometió “devolver el poder a los civiles” luego de una transición de la que no fijó plazos. El 30 de agosto los militares proclamaron el fin del gobierno de Ali Bongo, puesto bajo arresto domiciliario menos de una hora después de que se certificara oficialmente el 64,2 por ciento de los votos obtenidos en las elecciones del 26 de agosto.
La caída de Bongo es también la de una dinastía familiar que llevaba más de cinco décadas en el poder. El golpe de Estado gabonés es el octavo alzamiento militar en África central y occidental en tres años y se produce apenas un mes después de que Níger derrocara al presidente electo democráticamente en medio de un profundo sentimiento antifrancés que incluyó la quema de banderas del país europeo.
“Sin embargo en Gabón no hay mucha similitud con lo que sucedió en Níger, Mali o Burkina Faso, no hay una cuestión vinculada al rechazo a Francia, a la inseguridad, al islamismo o a los ataques terroristas“, sostiene en diálogo con PáginaI12 el director del profesorado de Historia de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Sergio Galiana.
Para Galiana el caso de Gabón “es más parecido al golpe de Estado en Guinea en el 2021, tiene que ver con el agotamiento de un liderazgo político“. Marisa Pineau, investigadora e historiadora de la Universidad de Buenos Aires, aporta que “Gabón es un país exportador de petróleo, entonces despierta un interés más grande desde el punto de vista económico y productivo de lo que mostraron otros países de la región en los que se produjeron golpes recientemente”.
King of Bongo
Ali Bongo, de 64 años, ocupó el poder en 2009 tras la muerte de su padre Omar, quien llegó a gobernar el país durante 41 años. En 2016 Ali se presentó nuevamente a las presidenciales en las que la oposición se reunió en torno a un candidato único, Jean Ping, a quien Bongo venció con menos de seis mil votos de diferencia. Se dieron algunas situaciones llamativas, como el hecho de que el oficialismo sacara el 95 por ciento de los votos con un 99,9 por ciento de participación en determinadas mesas
electorales.
Dos años después de esos comicios la continuidad política de Gabón pareció tambalearse debido a la hospitalización de Bongo en el exterior por un ACV. Pero Bongo sobrevivió a las especulaciones sobre su salud y a un fallido intento de golpe en 2019, y así llegó a presentarse este año a la re-reelección. “Si bien se mantiene la formalidad democrática de las elecciones, el sistema electoral ya venía siendo cuestionado hace tiempo”, razona Galiana. En estos últimos comicios el gobierno había cortado Internet en todo el país por cinco días para evitar que se difundan noticias falsas.
Para muchos analistas la familia Bongo representa la concentración excesiva del poder. En 2007 una investigación anticorrupción liderada por la policía francesa reveló que el clan familiar mantenía 39 propiedades en Francia, además de 70 cuentas bancarias y al menos nueve coches de lujo, incluidos Ferrari y Mercedes, por un valor total de 1,6 millones de dólares. El nombre de Ali Bongo apareció entre las más de 330 personalidades que figuran en los llamados Pandora Papers como beneficiario de dos sociedades situadas en paraísos fiscales.
Pese a la condena del golpe por parte de la Unión Africana, las Naciones Unidas y la Unión Europea, el general Brice Nguema prestó juramento este lunes. Vestido con un uniforme rojo de gala, el comandante de una unidad de élite del Ejército prometió “preservar fielmente el régimen republicano” y “respetar y hacer respetar la Carta de la Transición y la ley”.
“El nuevo hombre fuerte es familiar de los Bongo, no es alguien totalmente ajeno a la política, es parte de ese grupo que está en el poder y se eternizó en el poder”, advierte Pineau, quien agrega que de todas formas Nguema “tiene una trayectoria bastante particular porque estuvo mucho tiempo como agregado militar en Marruecos y después en Senegal, un recorrido interesante en su formación”.
El papel de Francia
Gabón posee reservas de dos mil millones de barriles de petróleo según los datos recogidos por la Comunidad Económica Africana, lo que hace del país una de las principales potencias de hidrocarburos de África. “El país tiene dos grandes fuentes de ingresos, petróleo y manganeso, que están básicamente explotados por empresas de capital francés. Las empresas sacaron un comunicado diciendo que están atentas a la situación política, pero siguen operando normalmente”, dice Galiana.
“Francia tiene una base militar en Gabón pero no aparece por ahora ningún tipo de intimación por parte del gobierno para que la retire, y aparentemente tampoco los intereses de las empresas francesas en la region estarían siendo afectados”, explica el historiador. En 1975 Francia instaló a las afueras de la capital la base militar Camp de Gaulle. Llegó a disponer de casi mil soldados de la 6ª División de Infantería, pero el presidente Emmanuel Macron anunció en febrero una reducción de las tropas francesas en África, incluyendo a Gabón.
“En medios como Le Monde se está diciendo que quizás es el momento de que Francia se retire realmente de toda la África Occidental, de discutir realmente cómo es ese posicionamiento. Macron está tratando de crear unas formas de vinculación que sean distintas de las históricas, pero tampoco eso termina de cuajar”, explica Pineau. La maestra en Estudios de África por El Colegio de México recuerda que la semana pasada hubo una reunión de la Unión Europea en la que “Francia buscó el apoyo de los otros ministros de Relaciones Exteriores de la comunidad para una intervención en Níger y no consiguió ese apoyo, por lo que Francia quedó bastante aislada”.
¿Lugar para la oposición?
El jueves la oposición rompió silencio y pidió a los golpistas que reconozcan la victoria de su candidato Albert Ondo Ossa en las presidenciales. Más allá de ese deseo, Nguema prometió este lunes que habrá “elecciones libres y transparentes” después del periodo de transición, pero no aclaró cuándo. Para Galiana “hay una pata civil de opositores que está muy dispuesta a participar de una instancia de transición”. Esto en palabras del historiador de la UNGS sería útil también para los militares, en tanto “le daría una pátina de legitimidad al golpe de Estado”.
Luego de esta seguidilla de golpes, el futuro del continente africano es una incógnita. Horas después de que los soldados gaboneses tomaran el poder el presidente de Camerún, Paul Biya, que lleva 40 años en el poder, cambió su cúpula militar. El de Ruanda, Paul Kagame, retiró a cientos de militares de sus puestos. Incluso Ismail Omar Guelleh, que gobierna desde 1999 Yibuti, una pequeña excolonia francesa del Cuerno de África, condenó el golpe y denunció esta reciente tendencia a las tomas de poder militares.