Seguro conocés a alguien que te recomendó un lugar que te lleva frutas y verduras orgánicas directo de la huerta a tu casa. O una granja donde comprar pollo orgánico y huevos “de gallinas felices”. Y probablemente te hayas puesto a pensar si sos vos el que está equivocado y estás haciendo algo mal con tu alimentación.

Por eso hoy vamos a abordar este interrogante: ¿es mejor comer alimentos orgánicos?

Es una realidad, hoy todos queremos ser saludables. Y eso no está mal, al contrario (claro que sin caer en la obsesión del saludismo). En esa búsqueda por cuidarnos, el interés por la alimentación orgánica ha crecido significativamente en los últimos años.

Qué es un alimento orgánico

Lo que define a un alimento orgánico es que todo el proceso de producción, almacenamiento, distribución y comercialización se realiza sin agregados, sin químicos ni aditivos.

Además, implica que hay un cuidado de los recursos, como el agua utilizada para producir ese alimento y/o del suelo. Y también un cuidado de los animales.

La característica más difundida, sin embargo, es que en los productos certificados como orgánicos no está permitido el uso de agroquímicos.

¿Es sencillo producir un alimento orgánico? La respuesta es fácil: no, la verdad que no. Obtener el certificado en Argentina y en el mundo de alimento orgánico es bastante complicado.

Por eso, si quisiéramos alimentar a toda nuestra población con productos orgánicos no habría forma de responder a la demanda.

Nutrientes, antioxidantes y precio

Ahora, la pregunta que más te interesa: ¿es mejor comer orgánico? Para empezar a responderla, analicemos varias cosas por separado.

¿Qué pasa con los nutrientes? Mucha gente cree que lo orgánico tiene más nutrientes, es decir, más calidad nutricional que el producto regular. Pero no, no es así. Un producto orgánico y uno regular son iguales en cantidad de nutrientes (hidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales).

¿En qué puede haber diferencias respecto de nutrientes? En dos cosas. Una es la cantidad de antioxidantes, de fitoquímicos. Todo alimento producido de manera orgánica tiene mayor cantidad de antioxidantes. Y no te lo voy a negar, es una interesante diferencia.

Por otro lado, cuando elegimos animales de pastura, por ejemplo, en las vacas alimentadas a pasto frente a las de feed lot (con maíz u otro cereal) el contenido de Omega-3 es mayor.

¿Y eso qué ventaja tiene? El Omega-3 es una grasa muy saludable en muchos sentidos, pero básicamente a nivel vascular, corazón y cerebro.

En resumen, entonces en cuanto a nutrientes no hay mucha diferencia, solo en fitoquímicos y Omega-3.

Pasemos a un tema sensible: el precio. Los productos orgánicos son un 50% más caros. Y en una Argentina en la que la alimentación demanda buena parte del presupuesto familiar, ese no es un dato menor.

¿Y los agroquímicos? En este punto sí encontramos una enorme diferencia, pero no tanto como vos creés. Sabemos que para certificar un alimento como orgánico no se puede usar ningún agroquímico, solo abono natural.

¿Pero qué ocurre en la vida real? El agroquímico del campo vecino vuela por el aire. Es decir que, por lo menos en Argentina, es muy difícil que un producto orgánico esté absolutamente exento de agroquímicos. No porque hayan sido usados en ese campo, sino porque hay riesgo de contaminación.

¿Qué pasa con el sabor? ¿Sabe mejor un orgánico? No, esto es lo que nos hacen creer. Sabe mejor a veces una especie que otra, una especie antigua u original, pero no porque sea orgánicamente producido.

Así que para llegar a una conclusión, ¿vale la pena comer orgánicos? Sí, tiene algunas ventajas. ¿Estás mejor nutrido con productos orgánicos? No, la verdad que no. Tenés mejores antioxidantes, pero también podés obtenerlos por otros medios.

Entonces, si podés comprarlo y querés invertir en eso, hacelo. Pero, como siempre les digo, me parece importante no obsesionarnos con el saludismo.

Es que hemos llegado a un extremo en el que hay gente que piensa que si no es orgánico es malo y no lo puede consumir. ¿Sabés qué? Lo ideal es enemigo de lo posible. En la vida siempre la expectativa y la realidad están distantes y cuanto más distantes están, peor creés que estás haciendo las cosas.

Así que de ahora en adelante, cuando vayas a comprar orgánico pensá si te conviene y podés pagarlo. Si la respuesta es no, quedate absolutamente tranquilo: el resto de los productos te permiten llevar una alimentación equilibrada, completa y saludable a vos y tu familia.

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Fuente-Clarin