El próximo martes 27 se producirá el lanzamiento en toda América Latina de Max, la nueva versión del servicio de streaming de Warner Bros. Discovery, que promete una experiencia mejorada y una ampliación en la oferta de películas, series, shows, especiales y deportes en vivo.
Más allá de despedir a su histórica sigla HBO tras medio siglo de marcar tendencia (Home Box Office fue pionera en la TV paga desde su nacimiento en 1972), se trata de solo una de las múltiples novedades y proyectos en un negocio que, luego de varios años de crecimiento exponencial (sobre todo en tiempos pandémicos), está buscando cómo reformularse y adaptarse a las nuevas necesidades de unos consumidores cada vez más exigentes y selectivos.
Si bien el negocio del streaming está dominado por gigantes como Netflix, Amazon Prime Video, Disney+ y Max, con una segunda línea conformada por otras plataformas como Paramount+, Apple TV, Peacock y Hulu, existen en distintas regiones del mundo decenas de servicios locales (como ocurre aquí con Star+, Flow, DIRECTV Go, Movistar TV o Claro Video), así como ámbitos especializados o “de nicho” (como MUBI y Qubit, por ejemplo, entre los cinéfilos).
Y la pregunta recurrente que los ejecutivos, analistas y expertos del negocio se vienen haciendo es si pueden competir, convivir y sobrevivir tantos servicios sin, como sigue ocurriendo con varios de ellos, perder decenas, cientos o incluso miles de millones de dólares cada año. Algunos creen que las absorciones o fusiones podrían ser una solución, ya que una oferta más sólida y robusta con menos dispersión de los clientes (y una limitación en los gastos, claro) los haría más rentables.
En el ámbito local no solo se viene el (re)lazamiento de Max sino también la unificación de las dos plataformas locales del grupo Disney, que sumará a lo que hoy es Disney+ todos los contenidos que actualmente aparecen en Star+ (incluida la jugosa oferta de transmisiones deportivas de ESPN). Si bien hoy ya existe una forma de suscribirse a ambos servicios denominada Combo+, Disney apunta a algo mucho más ambicioso que una mera oferta comercial: englobar todos sus títulos en un único lugar.
Pero si esta movida de Disney es “interna” (no dejan de ser diversos servicios propios), a nivel global el tradicional estudio está avanzando con otra mucho más audaz, ya que está por asociarse con Fox y Warner Bros Discovery para lanzar en los Estados Unidos una plataforma deportiva donde estén buena parte de los deportes más populares en ese territorio (el fútbol americano de la NFL, el básquet de la NBA, el béisbol de la MLB, el hockey de la NHL, el fútbol con derechos de múltiples torneos de clubes y selecciones, el automovilismo de NASCAR y la Formula 1, el golf del PGA y los torneos del Grand Slam de tenis, entre muchos otros). La caída progresiva pero ya imparable de los canales lineares, de la TV por cable y satelital hace imperiosa la reconversión también en el terreno de las transmisiones deportivas.
De hecho, hasta las televisiones públicas europeas se unieron hace poco para lanzar Eurovision Sport, un servicio de streaming gratuito centrado sobre todo en los deportes olímpicos que este mes ya está transmitiendo desde su sitio web y su aplicación para dispositivos móviles. Son más de 100 emisoras las que decidieron unir fuerzas, ya que en Europa solo uno de cada tres fans del deporte está suscripto a una plataforma paga y, así, las emisoras públicas podrán ofrecer una alternativa de calidad y sin costo alguno para quienes gustan de diversas distintas disciplinas. El lanzamiento se produce, además, en un año olímpico, ya que desde el 24 de julio y hasta el 11 de agosto se desarrollará la fiesta de París 2024.
Más allá de esos cambios ya confirmados, hay varias operaciones aún en fases preliminares de negociación, como la posible fusión entre Warner Bros Discovery (cuya valuación es de 29.000 millones de dólares) y Paramount Global (su valor de mercado es de poco más de 10.000 millones), que podría cambiar de manera contundente el panorama actual.
Según los expertos, WBD podría utilizar su poderosa distribución internacional para impulsar las franquicias de Paramount, mientras que los programas infantiles de Paramount podrían ser esenciales para nutrir ahora y a largo plazo la oferta de streaming de WBD. Si bien algunos se mostraron preocupados por una posible “canibalización” de sus suscriptores si los dos gigantes se fusionaran, la mayoría coincide en que “las dos empresas juntas valen más que la suma de sus partes”.
Mientras Netflix, que de a poco empieza a sumar transmisiones deportivas; Amazon Prime Video, que hace un tiempo compró el estudio MGM para ampliar su oferta de títulos; y Apple TV+, que viene financiando películas cada vez más ambiciosas como “Los asesinos de la luna”, de Martin Scorsese; o “Napoleón”, de Ridley Scott, se mantienen al margen de estas negociaciones (y en casi todos los casos están apostando a planes de suscripción más baratos con publicidad como alternativa para no perder abonados), el resto busca adaptarse y adecuarse a estos tiempos tan cambientes. Encontrar un lugar en el mundo del streaming no es tarea sencilla.