Todos tenemos sueños, deseos, proyectos. El camino que tomamos para intentar cumplirlos es diferente, personal. Hay quienes “intencionan” y se sientan a esperar que el universo haga su trabajo, quienes solo ven obstáculos y aquellos que diseñan un plan para ir en busca de eso que anhelan.
“Estarías parado en una posición muy maníaca si creyeras que no van a surgir problemas en esa búsqueda: los problemas van a surgir. Frente a ellos, se pueden tomar dos actitudes: dejarte vencer o encontrar la manera de superarlos“, plantea el psicólogo Flavio Calvo sobre las diferentes posiciones existenciales que adoptamos en momentos en que las cosas se complican.
El terapeuta dice que cuando hablamos de problemas tenemos que distinguir entre dos grandes grupos: los previsibles y los imprevisibles. “Si una dificultad nos sorprende, en ese momento habrá que trazar una estrategia para sobreponerse.”
Pero ante los problemas que podeemos prever, “sería un error no buscar las soluciones previas”, afirma. “Es por esta razón que al trazar un plan de acción es conveniente pensar todas las alternativas que podrían surgir.” O al menos la mayoría. Y en esto, sostiene, vale ser negativo.
¿Cuán viable es nuestro plan? ¿Cuán posible es ponerlo en marcha?, son algunas de las preguntas que deberíamos hacernos, según Calvo.
“Una vez que se tiene en claro la viabilidad, también es bueno divergir, es decir, pensar los diferentes escenarios que podrían presentarse. Conviene ser -solo por un momento-, la persona más negativa del mundo, para que nada escape de las posibilidades”, sugiere.
Y en ese menú de potenciales problemas debemos incluirnos, sostiene. “Muchas veces es uno mismo quien, al adoptar una actitud tóxica, se convierte en el obstáculo para alcanzar la meta: aferrarse a lo conocido, adoptar un rol de víctima, guiarse por celos o envidia, concentrarse más en lo que otros hacen, son conductas que pueden autoboicotearnos; por lo que es muy beneficioso a la hora de evaluar, reconocer cuáles son las emociones y motivaciones para dar cada paso”, recomienda el psicólogo.
Posiciones existenciales
En ese sentido, el autoconocimiento puede ayudar a entender cómo solemos plantarnos ante los desafíos. Solemos adoptar diferentes “posiciones existenciales”, sostiene Calvo, que nos permiten interpretar el mundo que nos rodea según diferentes lentes.
“Erick Berne, por medio del análisis transaccional, lo explica de esta manera: la posición existencial es la forma en que las personas se aprecian a sí mismas en correspondencia con los demás. Es decir, el ser humano inevitablemente mide las cosas por comparación, y en esta comparación cae él mismo, comprendiéndose superior, inferior, o semejante a aquellos que lo rodean. De acuerdo con cómo cada persona se comprenda a sí misma y a los demás va a ser su posición existencial”, apunta Calvo.
Y dice que nuestra posición existencial va a influir en la forma de encontrarle la vuelta a los problemas.
“Para definir la posición existencial, es necesario tener en cuenta tres áreas en las que las personas se ubican a sí mismas y a los demás. Un área sobrevalorada, donde se dispone todo lo bueno y optimista; un área realista, donde se comprende que pueden suceder cosas tanto positivas como negativas; y un área desvalorizada, donde se sitúa todo lo negativo y pesimista. Depende de cómo te veas a vos mismo en estas tres áreas, y cómo veas a los demás, va a ser tu posición”, explica Calvo.
A continuación, describe cinco posiciones que pueden encuadrarse en esas áreas:
Posición maníaca: Estás bien y los demás también. Quienes se ubican a sí mismos y a los demás en una posición sobrevalorada creen que no van a tener problemas, que “todo va a salir bien”, por lo cual no tienen en cuenta posibles problemas, y no planean de antemano. Suelen caer en negaciones cuando las dificultades aparecen.
Posición nihilista: Vos no estás bien y los demás tampoco. Todos son problemas, para qué prever si de todas maneras todo va a salir mal.
Posición paranoide: Vos estás bien y los demás no. Si estás ubicado en esta posición, creés que los demás no saben lo que vos sí, no entienden lo que vos entendés, por eso no van a comprender tus planes, y no van a tener nada bueno para aportar.
¡Cuidado! Quienes están ubicados en esta posición no escuchan la opinión de los otros. Y los demás tienen cosas para aportar que te pueden ser útiles: no te olvides que pueden ayudarte a pensar en posibles problemas o que pueden ser tu red de contactos. Tu idea puede ser maravillosa, pero no subestimes los aportes de otros, que pueden potenciarte.
Posición desvalorizada: Vos estás mal y el resto bien. Si estás ubicado en esta posición creés que los demás siempre tienen mejores ideas, son más inteligentes, las cosas les salen mejor. Si sos de quienes se ubican en esta posición, posiblemente tengas poca autoconfianza y tengas miedo a desarrollar este proyecto o de alcanzar aquello que deseás.
Posición realista: Quienes se ubican en esta posición comprenden que a veces se está bien y a veces se está mal, al igual que el resto. Esta posición es la que nos permite tener criterio de realidad, nada te va a salir sorprendentemente bien y sin complicaciones. Tampoco tenés que creer que ese sueño o meta que deseás lograr es imposible de alcanzar: atravesarás diferentes instancias, con más o menos motivación. Pero es importante aprender a planificar y saber cómo abordar de antemano las situaciones que puedan surgir. Y si son imprevistas, recurrir a la creatividad para poder resolverlas.
¿Y vos, con cuál te identificás?
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