La guerrilla del ELN y la principal disidencia de las Farc incumplen las treguas pactadas en los diálogos de paz con una ola de violencia en el oeste de Colombia, denunciaron este martes mediadores y autoridades.

La Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica se sumaron al rechazo del gobierno, que calificó el lunes de “deslealtad” la arremetida de las organizaciones en la región del Pacífico que obliga a miles de campesinos a confinarse.

La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en negociaciones con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro en Cuba, anunció el viernes un “paro armado indefinido” en el departamento del Chocó -de mayoría afro-, pese al cese al fuego bilateral que rige desde agosto.

“Ya no sabemos nosotros, desde nuestro rol de acompañamiento (de la Iglesia católica), qué hacer porque realmente sentimos que hay una burla, que no hay una palabra firme“, alertó a Blu Radio este martes el obispo de Istmina (Chocó), Mario de Jesús Álvarez.

“Deslealtad”

“Es una deslealtad con los acuerdos” del sexto ciclo de negociaciones en La Habana, en el que se prorrogó la tregua hasta agosto, aseguró el sacerdote, quien denunció un clima “de mucha zozobra y mucha angustia” entre pobladores.

En la misma línea, el comisionado de paz, Otty Patiño, cuestionó la voluntad de paz del ELN y al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC con la que el gobierno dialoga desde octubre. 

Aunque se pactó una tregua hasta julio, el EMC realiza acciones armadas en Cauca, Valle del Cauca y Nariño. “El cese al fuego no es un permiso para la comisión de delitos y menos aún contra la población”, aseveró Patiño. 

En contraste, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dijo el lunes que “el reporte es que hay tranquilidad” en el Chocó, si bien pidió a las comunidades no desplazarse. El Ejército afirmó que denunciará al ELN ante el mecanismo de monitoreo del cese al fuego de la ONU, pero que la situación estaba controlada.

“Es una tranquilidad a presión porque hay un grupo inmenso de personas que están confinadas y otro grupo de desplazados, ¿cómo decir tranquilidad si no se pueden mover?”, cuestionó monseñor Álvarez.

Petro, el primer izquierdista en el poder en el país, apuesta por una salida final dialogada a seis décadas de conflicto, luego del histórico acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). 

El país vive un conflicto armado impulsado por el narcotráfico que en más de medio siglo ha dejado 9,5 millones de víctimas.



Fuente-Página/12