El jefe de la diplomacia de EE.UU., Antony Blinken, llegó este lunes a Arabia Saudita para una nueva gira por Medio Oriente en busca de una tregua en la guerra entre Israel y Hamas, pero Benjamin Netanyahu rechaza las exigencias del grupo palestino, mientras se mantienen combates intensos en el sur de la Franja de Gaza. 

El primer ministro israelí dijo que la guerra en Gaza no terminará hasta la muerte de los dirigentes de Hamas, lo que advirtió que “llevará meses, no años”. El enclave palestino está sumido en una grave crisis humanitaria por el asedio israelí.

Reunión con el príncipe saudita

En su quinta gira en la región desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, Blinken aterrizó en la capital saudita, Riad, y se espera que visite Israel, Egipto y Qatar. El secretario de Estado de EE.UU. se reunió con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, con quien revisó los esfuerzos realizados para alcanzar la “seguridad y la estabilidad” en Medio Oriente frente a las tensiones crecientes en la región.

Antes de viajar, el enviado del gobierno del presidente Joe Biden había señalado la necesidad de “abordar urgentemente las necesidades humanitarias de Gaza”, donde grupos de ayuda alertaron sobre el devastador impacto de los cuatro meses de guerra en el territorio asediado. La ciudad de Rafah, en el extremo sur del territorio y en la frontera con Egipto, es una “olla a presión de desesperación” según la ONU. Recibe más de la mitad de los 2,4 millones de habitantes del enclave palestino forzados a desplazarse.

El gobierno de Gaza reportó “ataques aéreos y de artillería” alrededor de tres hospitales de Jan Yunis, la principal ciudad del sur de la Franja, rodeados por las fuerzas israelíes. El Ejército israelí indicó que llevó a cabo “ataques dirigidos” en las zonas centrales y del norte de la Franja, y que había matado a “decenas de terroristas que tendían emboscadas” a los soldados en Jan Yunis. Varios testigos informaron que por la mañana del lunes podían oírse bombardeos de artillería en Rafah y Jan Yunis.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que el líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinuar, va “de escondite en escondite” y “no puede comunicarse” con su entorno. “Los dirigentes de Hamas, con Yahya Sinuar a la cabeza, están huyendo. Sinuar va de escondite en escondite, es incapaz de comunicarse con su entorno”, indicó Gallant por TV, afirmando que el líder islamista ya no está al mando de sus fuerzas porque se ocupa de “su supervivencia personal”.

Sin acuerdo por los rehenes

Benjamin Netanyahu aseguró este lunes que una victoria de Israel en Gaza daría un “golpe fatal” al movimiento palestino y a otros grupos proiraníes en la región, como el Hezbollah libanés y los rebeldes hutíes de Yemen. Durante una reunión de representantes de su partido, el primer ministro dijo que “Hamas tiene exigencias que no aceptaremos” y agregó que los términos de un eventual acuerdo “deben ser similares a los del acuerdo anterior”, que permitió una tregua en noviembre.

Nuestro objetivo es una victoria completa sobre Hamas. Mataremos a los dirigentes de Hamas, por lo que debemos seguir actuando en todas las zonas de la Franja de Gaza. La guerra no debe terminar antes de esa fecha. Nos llevará tiempo, meses, (pero) no años”. A la reunión de la coalición Likud no pudieron asistir miembros de las familias de las 136 personas que siguen secuestradas en la Franja de Gaza.

Blinken tiene previsto abordar una propuesta de tregua esbozada en enero por las autoridades de Estados Unidos, Israel, Egipto y Qatar, reunidas en París. Los mismos países mediaron para la concreción de la tregua entre las partes a fines de noviembre y por la que intercambiaron un centenar de rehenes israelíes por más de 200 presos palestinos de cárceles de Israel.

La presión diplomática se volvió más urgente ante el repunte de ataques de grupos apoyados por Irán en solidaridad con Hamas, que motivaron contraataques estadounidenses en Irak, Siria y Yemen. La tregua propuesta impondría una pausa en los combates por seis semanas, para que Hamas libere a rehenes a cambio de prisioneros palestinos, según una fuente del grupo islamista.

Israel prometió “aniquilar” a Hamas y lanzó una ofensiva militar que ya mató al menos a 27.478 personas en Gaza, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según el ministerio de Salud del territorio. Los gazatíes enfrentan condiciones humanitarias extremas, y la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la Unrwa, afirmó en la red social X que “el acceso al agua potable y el saneamiento es muy limitado en medio de los bombardeos incesantes”.

Polémica con la ONU

La Unrwa está en medio de una polémica luego de que 12 de sus empleados fueran acusados de participar en los ataques del 7 de octubre. Numerosos países, incluido EE.UU. suspendieron su financiamiento tras la denuncia. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, anunció el lunes la creación de un panel independiente para evaluar si la organización “está haciendo todo lo posible para asegurar la neutralidad”.

El grupo de trabajo, que iniciará sus labores el 14 de febrero próximo, evaluará si la Unrwa está “haciendo lo que está en sus manos para responder a las denuncias de infracciones graves”, según Guterres. Un informe se espera para fines de abril, según el secretario general, quien dijo que la “cooperación de las autoridades israelíes será fundamental para el éxito de la investigación”.

La agencia proporciona servicios básicos a los palestinos y alertó que podría verse obligada a cesar sus operaciones en todo Medio Oriente a finales de febrero porque trece países suspendieron sus donaciones. Este lunes la Unrwa acusó al Ejército israelí de un bombardeo contra un convoy humanitario que se dirigía al norte de Gaza. “NO PODEMOS entregar ayuda humanitaria bajo fuego. El acceso humanitario seguro y sostenible es URGENTEMENTE necesario en todos lados, incluido el norte de Gaza”, dijo la agencia de la ONU en su cuenta de X.

El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, dijo que su gobierno tiene pruebas que vinculan a la agencia con el “terrorismo”. “Presentaremos todas las pruebas que destaquen los vínculos de la Unrwa con el terrorismo y sus efectos nocivos para la estabilidad regional”, escribió Katz en la red social X. Sin embargo España anunció una ayuda de emergencia de 3,5 millones de euros (3,76 millones de dólares) “para el mantenimiento de sus actividades en el corto plazo”, dijo el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.

La Unrwa tiene 13 mil empleados en Gaza, casi todos palestinos. Los refugiados palestinos son actualmente unos seis millones y viven en campamentos urbanizados en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania y en Jordania, Líbano y Siria. Los refugiados son una de las cuestiones centrales del conflicto entre palestinos e israelíes.





Fuente-Página/12