Un tribunal de Pakistán condenó este martes a diez años de cárcel al ex primer ministro Imran Khan y a su excanciller, Mahmood Qureshi, en un caso abierto contra ellos por dar a conocer en público un documento diplomático clasificado, algo que hicieron para denunciar una conspiración extranjera para sacarlos del poder.

Tras el veredicto, el líder partido Pakistan Tehrik-e-Insaf (PTI) al que pertenece Khan, expresó su apoyo a los dos condenados y sostuvo que ambos defendieron al país. “Una burla total y el desprecio de la ley no hará que olvidemos nuestra principal responsabilidad para lograr justicia para Imran y Qureshi”, indicó el vocero del partido, Ahmed Janjua. Y agregó que el equipo legal de Khan impugnará la decisión y esperan que se suspenda la sentencia debido a fallos procesales, ya que el Tribunal Superior de Islamabad suspendió el juicio en dos ocasiones. Además “se le negó el acceso al equipo legal y la decisión se tomó de forma apresurada”.

El secretario general del PTI, Omar Ayub Khan, pidió a sus seguidores mantener la calma y no hacer nada que rompa la postura tradicional de lucha pacífica. “Apelaremos esta decisión ante el Supremo y continuaremos nuestra batalla”, subrayó. “Debemos preservar y canalizar estas energías para el día de votación, el 8 de febrero, para garantizar que los candidatos nominados por Imran Khan vuelvan a las asambleas con una mayoría aplastante”, añadió.

El caso “Ciphergate”

El caso por el que el otrora estrella del cricket Khan fue condenado es conocido como “Ciphergate” y deriva de la decisión de él de presentar en marzo de 2022 un documento durante un acto público, afirmando que era un cable diplomático de un país extranjero que había conspirado para sacarle del poder.

A pesar de que el ex premier no indicó de qué país se trataba, días después acusó a EE.UU. de intentar derrocarlo y especificó que el cable estaba relacionado con una reunión entre el embajador de Pakistán en Washington, Asad Majid Khan, y el subsecretario de Estado para Asuntos de Centro y Sur de Asia, Donald Lu. Tras ello, Islamabad anunció que presentaría una queja ante EE.UU. por lo que describió como una interferencia evidente en los asuntos de Pakistán, aunque Shehbaz Sharif, quien reemplazó a Khan tras la moción de censura en su contra en abril de 2022, afirmó que no había pruebas de una conspiración.

Pese a tener un amplio respaldo popular y que su partido aspira a hacerse con la victoria en las urnas, Khan quedó inhabilitado para presentarse a las elecciones generales de la semana que viene debido a que en agosto pasado fue sentenciado a tres años de cárcel por no declarar el dinero obtenido de la venta de obsequios estatales que recibió durante su mandato entre 2018 y 2022.

Además enfrenta un centenar de casos en su contra que, según Khan, tienen motivaciones políticas para mantenerlo fuera de la carrera electoral: acusa al establishment militar –que le ayudó a llegar al poder en 2018, así como también a Sharif– de mover los hilos en la cuestión. En noviembre de 2022, meses después de ser destituido como premier, Khan recibió una herida de bala en un intento de magnicidio durante una movilización para reclamar la no intervención extranjera en los asuntos internos de Pakistán.

Atentado en un mitin del PTI

Al mismo día de la sentencia, al menos cuatro personas murieron y cinco resultaron heridas en un atentado con bomba en la provincia de Baluchistán, en el sur de Pakistán, durante un mitin del partido del PTI. “Condenamos enérgicamente este desgarrador incidente y exigimos que se preste atención a reprimir a los terroristas, en lugar de a los trabajadores del PTI”, señaló la formación política en redes sociales. “Este tipo de ataques a la actividad electoral pacífica del PTI antes de las elecciones sirve para difundir el miedo al pueblo y al PTI”, agregó.

Más tarde el PTI difundió un comunicado más extenso en el que cataloga lo ocurrido como “un fracaso criminal de los gobiernos provincial y federal supervisores”. “Las instituciones responsables del orden público están involucradas en la peor ingeniería política mediante la pura anarquía, mientras los delincuentes juegan libremente con las vidas de los ciudadanos. Este tipo de ataque equivale a asustar al pueblo y al PTI y crear una atmósfera de fraude electoral”.



Fuente-Página/12