Donald Trump subió este jueves al estrado a declarar en el juicio por difamación iniciado en su contra por la escritora E. Jean Carroll, tras sus victorias en las primeras votaciones de las primarias para convertirse en el candidato presidencial republicano en los comicios de noviembre.
El expresidente, que ha asistido a varias audiencias desde que se inició el juicio el 16 de enero, regresó este jueves tras un breve receso debido a la enfermedad de uno de los jurados, con el aura de la contundente victoria obtenida en los estados de Iowa y New Hampshire en la interna del Partido Republicano.
Tras arduas y tensas negociaciones entre el juez instructor Lewis Kaplan y su abogada Alina Habba, Trump, visiblemente frustrado, se limitó a responder a tres preguntas de su defensa.
El juez le impuso que respondiera sí o no para evitar que el magnate pudiera utilizar su declaración en el banco de los testigos para atacar a Carroll, a la que tenía enfrente, como suele hacer en las redes sociales o en las conferencias de prensa.
“Quiero saber todo lo que va a decir”, ordenó el juez.
“Dice algo que considero falso”, dijo Trump al responder a una pregunta, antes de que le cortara en seco el juez.
Durante la audiencia, iniciada en la mañana, Trump, de 77 años, exclamó que “nunca he conocido a esta mujer” dirigiéndose a Carroll. “¡Baje la voz!”, le ordenó el juez.
El interrogatorio de la defensa de Carroll también fue breve y un Trump furioso sacudía la cabeza decepcionado.
“Esto no es Estados Unidos”, protestó cuando abandonaba la sala del juicio.
La escritora y periodista E. Jean Carroll, de 80 años, reclama al republicano 10 millones de dólares por haberla difamado tras la publicación de un libro y un artículo en 2019 en el que contaba que Trump la había violado en unos grandes almacenes en 1996.
En mayo pasado, un jurado halló culpable al magnate de agresión sexual y difamación y le condenó a pagarle a la excolumnista de la revista Elle 5 millones de dólares, fallo que está en apelación.
En este segundo juicio, un jurado de nueve miembros anónimos (siete hombres y dos mujeres), que responden a un número -sus nombres ni siquiera pueden ser conocidos entre ellos- tendrá que determinar si las declaraciones del entonces presidente de Estados Unidos son constitutivas de difamación.
Trump, que suele tildarla de “tarada”, aseguró entonces que la periodista “no era su tipo” y que había inventado la violación para “vender su nuevo libro”, titulado “¿Para qué necesitamos a los hombres? Una modesta propuesta”.
“Destrozó mi reputación”, dijo en el juicio la escritora.
El miércoles por la noche, en su plataforma Truth Social, Trump lanzó al menos 37 diatribas contra su denunciante. El magnate dijo que “no la había visto en su vida”, pese a que en el primer juicio, la defensa de Carroll presentó una foto en la que ambos aparecen sonrientes, con sus respectivas parejas de la época.
Este es uno de los múltiples frentes judiciales que aguardan al expresidente en plena carrera electoral, lo que tilda de “caza de brujas” para obstaculizar su anhelado regreso a la Casa Blanca.
Sobre él penden 91 acusaciones penales en varios tribunales, la mayoría relacionadas con sus intentos de mantenerse en el poder tras las elecciones de hace cuatro años que ganó el demócrata Joe Biden, cuya victoria sigue sin reconocer.