El ministro de Economía, Luis Caputo, junto al asesor presidencial Federico Sturzenegger, recibieron este jueves a los jefes de las entidades empresarias y del campo en la Casa Rosada, con la idea de aceitar el vínculo y reforzar el apoyo de estos sectores a la Ley Ómnibus que discute el Congreso y al DNU 70.

Si bien en líneas generales las principales entidades empresariales apoyan al Gobierno, hay puntos sensibles de la agenda, entre los cuales se destacan las retenciones a la industria y el campo. “Le planteamos al ministro la fuerte preocupación por el aumento de las retenciones, ya que consideramos que castiga la exportación de valor agregado argentino. Es central excluir a las PyMES de los derechos de exportación, que son las más afectadas y podrían derivar en una reducción de la producción, empleo y las exportaciones”, señaló al finalizar el encuentro el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja.

El titular de Hacienda y Sturzenegger estuvieron acompañados por el secretario de Comunicación y Prensa, Eduardo Serenellini; su par de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y la Bioeconomía, Juan Pazo; de Trabajo, Omar Yasin; y el asesor Shunko Rojas. Por el lado del sector privado, asistieron representantes de la CAME, la CAC, la UIA y las entidades de la Mesa de Enlace, entre otras organizaciones.

Pazo defendió la gestión del Gobierno, dijo que “se eliminaron las licencias de exportación, los cupos y las SIRAs” y se refirió a la intención oficial de ir a fondo con la desregulación de la economía. También se mencionó la reforma laboral implementada por el DNU y frenada por la Justicia, como señal en favor de los reclamos clásicos del establishment. Así, los funcionarios buscan que los empresarios salgan a respaldar con mayor énfasis al Gobierno con el proyecto de Ley Ómnibus y en el debate por el DNU. “Estas medidas permitirán que en el mediano y largo plazo crezcan exponencialmente todos los sectores y se genere empleo genuino”, dice el oficialismo.

Los debates

El principal planteo de la UIA estuvo centrado en el impacto del aumento de retenciones para el sector industrial exportador, que llegan al 15 por ciento. La presión fiscal, por efecto de estos nuevos derechos sobre las exportaciones de los bienes industriales y alimentos y bebidas, se incrementarían en promedio más de 11 puntos porcentuales. Este impacto es directo en el valor FOB dólar de las ventas externas, que erosionará rápidamente la competitividad ganada por el nuevo tipo de cambio oficial”, advirtieron a Caputo desde la UIA.

En tanto, el coordinador General del Consejo Agroindustrial Argentino, José Martins, apoyó al Gobierno pero consideró que la suba de retenciones va “a ralentizar la oportunidad que tenemos de crecer en el sector”. El Gobierno redujo el abanico de actividades afectadas por la suba de retenciones, pero “hay otras que no, que el Gobierno ha dicho que van a quedar –como es el caso de los cereales, subproductos de soja y carnes–, no creo que haya por parte del Poder Ejecutivo voluntad de cambiarlas, porque ellos sostienen que es lo que va a ayudar a alcanzar el déficit fiscal cero”, dijo.

Por su parte, el presidente de Federación Agraria (FAA), Carlos Achetoni, indicó lo siguiente: “Nosotros le dijimos que desde hace 21 años venimos aportando y que lo que están haciendo va en contra de lo que prometieron en la campaña“. En una línea similar, la secretaria y coordinadora de la Comisión de Acción Legislativa de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Eloísa Frederking, manifestó que “las retenciones son una mala política que atenta contra el crecimiento y desarrollo del sector”.

En tanto, desde la CAME le pidieron a Caputo “una diferenciación de tasas para las pymes en el caso de los intereses resarcitorios que cobra la AFIP, ya que no pueden pagar lo mismo que las grandes empresas”, y advirtieron sobre el impacto negativo de los cambios que introduce el DNU en las tarjetas de crédito.



Fuente-Página/12