4 – LIFT: UN ROBO DE PRIMERA CLASE
(Lift/Estados Unidos, 2024)
Dirección: F. Gary Gray
Guion: Daniel Kunka
Duración: 104 minutos
Intérpretes: Kevin Hart, Gugu Mbatha-Raw, Úrsula Corberó, Vincent D’Onofrio, Sam Worthington y Jean Reno
Estreno en Netflix

Aunque el subtítulo agregado para el lanzamiento en mercados hispanoparlantes señale lo contrario, Lift no es una película de robos. Tampoco una de acción. El flamante largometraje de Netflix corresponde a un género que ha ido creciendo a medida que las plataformas de streaming incursionaron con más fuerza en el desarrollo de producciones propias. Un género que, a falta de un nombre oficial, podría llamarse “algorítmico”. Allí entran las películas que comparten, entre otras cuestiones, la pulsión por acumular situaciones narrativas harto conocidas por el público –tanto mejor si ocurren en distintos lugares del mundo– y vivenciadas en la pantalla por un elenco pletórico de rostros familiares, cuestión de volverlas más digeribles que un plato de arroz blanco.

Dirigida por el veterano F. Gary Gray (El negociador, Una estafa maestra, la muy buena Straight Outta Compton), Lift: Un robo de primera clase propone un relato centrado en la troupe de ladrones de arte encabezado por Cyrus (Kevin Hart) que cumple a pies juntillas con los mandatos del cine algorítmico. No son improvisados ni mucho menos, como demuestran las maniobras que realizan para concretar el que será catalogado como el primer robo de arte digital de la historia durante una subasta en Venecia, una de las tantas ciudades donde transcurre la acción y que es mostrada, como todas las otras, unas mil veces mediante planos aéreos. Mientras los ofertantes arriesgan millones, las cámaras de seguridad registran cada movimiento, ofreciéndole a la agente de la Interpol Abby (Gugu Mbatha-Raw) una vista privilegiada de cómo concretan el golpe sin que pueda evitarlo.

Lo que sí hará es presentarse, días después, ante el jefe (Sam Worthington) para escuchar sobre un terrorista (Jean Reno ganándose el pan) del que no saben su paradero, pero sí que en pocos días moverá 500 millones de dólares en oro desde Londres a Zúrich. ¿Qué debe hacer Abby? Visitar a Cyrus –que además es su ex amante, una fallida subtrama que intenta darle un rasgo de humanidad a los personajes– para pedirle que su grupo colabore en el robo del oro que viajará a bordo de un avión de pasajeros. Cyrus refunfuña, pero acepta por la sencilla razón de que, si se niega, lo espera la cárcel. Su única condición es que la señorita participe en la aventura, puntapié para el inicio de los inevitables juegos de seducción entre ambos.

Es así que el acto central de Lift tendrá a Cyrus, su banda –integrada por, entre otros, Vincent D’Onofrio y la española Úrsula Corberó– y Abby atravesando Europa mientras intentan hacerse de los lingotes. Muy lejos de la artesanía de los atracos de antaño, el de esta banda es tan digital como la pieza de arte de la secuencia introductoria. Gary Gray intenta crear algo parecido a un ritmo narrativo trepidante entreverando escenas dentro del avión con otras exteriores cuyo diseño tiene bien visibles las huellas de su origen informático. Lo que muestran esas escenas tampoco es gran cosa. Al contrario, la dinámica del robo recuerda a las peripecias imposibles de Rápidos y furiosos, aunque cualquier entrega de la saga fierrera respira más libertad que esta película presa de los algoritmos.



Fuente Pagina12