El presidente de la Repblica Popular China Xi Jinping Foto AFP
El presidente de la República Popular China, Xi Jinping. Foto: AFP

Actualmente, el mundo está experimentando una situación cambiante sin precedentes en una centuria. Frente a las múltiples crisis como la ralentización del crecimiento económico global, la agravación de las tensiones geopolíticas y la ocurrencia frecuente de los desastres naturales, la gente se pregunta ¿qué mundo queremos construir y cómo construirlo?

En la Conferencia Central sobre el Trabajo de Asuntos Exteriores de China recientemente celebrada en Beijing, el Presidente Xi Jinping expuso una vez más el sistema científico de la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad, brindando propuestas chinas para contestar las preguntas arriba mencionadas.

¿En qué consiste la comunidad de futuro compartido de la humanidad? Este concepto que se planteó por primera vez en 2013 por el presidente Xi Jinping sostiene que el futuro y el destino de cada nación y cada país están estrechamente vinculados, y tiene por objetivo reunir los esfuerzos de toda la humanidad por convertir la Tierra, donde nacemos y crecemos, en una gran familia armoniosa, hacer realidad sus aspiraciones a una vida mejor y construir un mundo abierto, inclusivo, limpio y hermoso de paz duradera, seguridad universal y prosperidad común.

¿Cómo se construye la comunidad de futuro compartido de la humanidad? Para alcanzar dicha meta, el camino es promover una gobernanza global marcada por consultas extensivas, contribución conjunta y beneficios compartidos, el principio rector es aplicar los valores comunes de la humanidad, el fundamento básico radica en la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales, la orientación estratégica proviene de la implementación de la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa para la Civilización Global, y la plataforma de acción es la construcción conjunta de la Franja y la Ruta de alta calidad.

En este mundo de turbulencias y transformaciones, especialmente frente al repunte de la política de la fuerza y la mentalidad de la Guerra Fría y las contracorrientes del unilateralismo y el proteccionismo, la unidad y la cooperación son la única solución para superar entre todos las dificultades coyunturales. Como ha indicado el Presidente Xi Jinping en la misma Conferencia, hemos de abogar por un mundo multipolar igualitario y ordenado y una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva.

El mundo multipolar igualitario y ordenado significa que cada país, al desempeñar su papel y aportar su contribución, tiene respetadas sus demandas de interés legítimas. Aquí la palabra “igualitario” supone que todos los países, independientemente de su tamaño, son tratados como iguales, el hegemonismo y la política de la fuerza son rechazados, y la democracia es promovida efectivamente en las relaciones internacionales. Los asuntos internacionales deben ser abordados por todos los países mediante la negociación, en vez de ser decididos por aquellos con el puño más fuerte. Y la palabra “ordenado” destaca que los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas deben ser observados por todos, las normas básicas universalmente reconocidas que rigen las relaciones internacionales deben ser defendidas por todos, y el verdadero multilateralismo debe ser practicado.

La globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva significa que en el camino hacia el desarrollo y la prosperidad globales, ningún país ni nadie debe quedarse atrás. Con “universalmente beneficioso”, China destaca la importancia de satisfacer las necesidades comunes de todos los países, especialmente los países en desarrollo, y abordar adecuadamente los desequilibrios de desarrollo entre los países y dentro de ellos. La palabra “inclusivo” implica apoyar a todos los países a seguir los caminos de desarrollo acordes con sus respectivas realidades nacionales, rechazar todo tipo de unilateralismo y proteccionismo, así como criterios y reglas discriminatorios y exclusivos, promover firmemente la liberalización y la facilitación del comercio y las inversiones, y superar los problemas estructurales que obstaculizan el sano desarrollo de la economía mundial.

Estas ideas son importantes para mejorar la gobernanza global,y justamente son lo que están practicando China y la Argentina.

La canciller argentina Diana Mondino junto al embajador chino Wang Wei Foto XDianaMondino
La canciller argentina Diana Mondino junto al embajador chino Wang Wei. Foto X@DianaMondino

En más de medio siglo desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, China y la Argentina siempre se han tratado con respeto mutuo, y en pie de igualdad, y los lazos bilaterales han logrado fructíferos resultados tangibles.

En lo político, China y la Argentina se han apoyado firme y recíprocamente el uno al otro en las cuestiones tocantes a los intereses fundamentales. China respalda invariablemente la legítima reivindicación de soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas, mientras que los sucesivos gobiernos argentinos se han adherido al principio de una sola China. A nivel internacional, ambos países defienden por igual la equidad y la justicia internacionales, promueven la multipolarización y se coordinan estrechamente en los foros multilaterales como la ONU y el G20, salvaguardando los intereses comunes de los países en desarrollo.

En lo económico, durante muchos años consecutivos, China ha sido uno de los principales socios comerciales y el mayor mercado de exportación para la Argentina. En el marco de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, ambos países han puesto en pleno juego las ventajas complementarias. El Parque Solar Cauchari, construido por China y la Argentina, es la central fotovoltaica de mayor altitud y mayor capacidad instalada de toda Sudamérica, que reduce anualmente 325 mil toneladas de emisiones de dióxido de carbono, abastece de energía limpia a cerca de 250 mil hogares locales, y crea más de 1.500 empleos directos y casi 15 mil indirectos.

Al entrar en 2024, año que coincide con el décimo aniversario de la Asociación Estratégica Integral China-Argentina, tenemos plena confianza de que con los esfuerzos de ambos gobiernos y pueblos, vamos a dar continuidad a la amistad tradicional, ampliar la cooperación mutuamente beneficiosa y promover el desarrollo duradero y estable de la Asociación Estratégica Integral China-Argentina en beneficio de ambos pueblos.

*Wang Wei es el embajador de la República Popular China en la Argentina





Fuente Telam