Bernardo Arévalo fue finalmente investido como nuevo presidente de Guatemala tras un tormentoso proceso de transición en el que el Ministerio Público , y algunos jueces y parlamentarios de la Legislatura que acaba de terminar intentaron impedir que asumiera el cargo.

La toma de posesión estaba programada para la tarde del domingo, pero se atrasó más de 10 horas y varios jefes de Estado, entre ellos el rey de España, Felipe VI, y el presidente de Chile, Gabriel Boric, dejaron el país sin poder presenciar la ceremonia.

Las trabas de la derecha a la asunción de Arévalo

Lo que debía ser una sucesión de pasos formales se alargó por horas y hasta puso en duda la asunción de Arévalo, en principio por desinteligencias en el parlamento en torno a si los diputados electos estaban en condiciones legales de asumir y, atado a eso, a la designación de autoridades.

El acto de asunción aparecía ya demorado cuando el Congreso interrumpió la llamada sesión solemne y la comisión que debía revisar la documentación de los diputados electos atrasaba su labor, en medio de quejas y protestas de los futuros legisladores.

Para peor, la Corte de Constitucionalidad negó el amparo provisional que había pedido el Movimiento Semilla -el partido de Arévalo- para que le permitiera constituirse como bancada pese a tener la personería jurídica suspendida, por lo que sus legisladores debían asumir como independientes. Esa imposibilidad de constituirse como bloque impedía a Semilla a aspirar a cargos en la mesa directiva del nuevo cuerpo legislativo.

Hubo un encuentro de cancilleres promovido por Costa Rica, otro encuentro impulsado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y un fuerte mensaje de la enviada de Estados Unidos, todos para presionar al parlamento.

El Congreso logró varias horas después retomar su sesión y alrededor de las 20 juraron los nuevos integrantes, que ahora debían elegir a su mesa directiva. En esa instancia la Corte de Constitucionalidad finalmente envió un mensaje al cuerpo, tras una reunión de emergencia, para que acelere los trámites y finalmente se realizó la ceremonia.

“El deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia”

“El pueblo de Guatemala ha demostrado su sabiduría, e instituciones como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral han protegido el deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia”, dijo en su primer discurso el presidente.

Arévalo de Léon recibió la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Samuel Pérez Álvarez, elegido también en el cargo este domingo, debido a que el mandatario saliente, Alejandro Giammattei, se ausentó de la ceremonia argumentando que debía entregar su puesto a más tardar antes de la medianoche del domingo y por ello envió al Congreso los símbolos institucionales por medio de su secretaria.

Arévalo de León y Pérez Álvarez son dos de los fundadores del Movimiento Semilla, el partido nacido de las manifestaciones contra la corrupción registradas en el país centroamericano durante 2015 y que culminaron con la caída del Gobierno de Otto Pérez Molina, actualmente en prisión.

“Es gracias a los jóvenes de Guatemala, que no perdieron la esperanza, que hoy puedo hablarles en este podio”, proclamó el académico y líder político, quien agradeció a los pueblos indígenas por defender la democracia de Guatemala.

La primavera de Arévalo

Arévalo ingresó al Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, donde se desarrolló la ceremonia de investidura, al son del concierto para violín y orquesta “La Primavera”, del compositor italiano Antonio Vivaldi.

El presidente recién investido prometió en su campaña la llegada de una “nueva primavera”, como la que protagonizó el Gobierno de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, entre 1946 y 1951, en una de las Administraciones de más desarrollo para el país centroamericano.

Acompañado de su esposa, Lucrecia Peinado, el presidente caminó en medio del recinto teatral entre aplausos y sonrisas, pese a las más de diez horas de retraso de la ceremonia, que finalmente se llevó a cabo en la madrugada del 15 de enero aunque la ley establece que debe realizarse el 14 de enero.

Desde que obtuvo el segundo puesto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Arévalo de León y el Movimiento Semilla fueron perseguidos por el Ministerio Público y por los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, con el objetivo de revertir su victoria en las urnas.



Fuente-Página/12