El papa Francisco afirmó este domingo que “por el momento” no piensa renunciar y aseveró que la dimisión “es una posibilidad abierta” para todos los pontífices.
“La renuncia no es ni un pensamiento, ni una preocupación ni un deseo”, sostuvo el pontífice argentino, de 87 años, en una entrevista en la televisión italiana.
Según el pontífice, la renuncia “es una posibilidad abierta para todos los Papas” como hizo su predecesor Benedicto XVI en 2013.
“Pero por el momento no está al centro de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mis inquietudes. Mientras me sienta con capacidad de servir voy adelante”, enfatizó Jorge Bergoglio en declaraciones al programa Che Tempo che Fa.
En la entrevista, el Papa se refirió también a los conflictos abiertos en el mundo y sostuvo que “hay algo de aparente autodestrucción, es difícil hacer la paz. no sé porqué”.
“Hay algo autodestructivo adentro” de la humanidad, dijo el Papa, aunque destacó que exista esperanza.
“La esperanza es la fuerza que nos lleva adelante, no desilusiona nunca. Somos nosotros que fabricamos tantas desilusiones. Todos los días me comunico con la parroquia de Gaza, y me dicen las cosas que pasan”, indicó sobre el conflicto bélico entre Israel y el grupo Hamas iniciado en una nueva fase el 7 de octubre.
“Terrible guerra: cuántos árabes muertos ahí y cuántos israelíes. Dos pueblos llamados a ser hermanos destruyéndose el uno al otro. Esto es la guerra”, desarrolló luego el Papa.
En términos generales, “la guerra comenzó al inicio del relato bíblico, con Caín y Abel, la enemistad, el crimen, la guerra”, propuso sobre el conflicto entre hermanos que relatan las escrituras.
“Luego siempre hubo guerras en la historia. Es una opción egoísta. La guerra tiene el gesto de tomar para uno, mientras la paz tiene el gesto de dar la mano. Detrás de las guerras está el comercio de las armas y siempre son para destruir, hay que mirar las imágenes de la Franja de Gaza, de Crimea o de Ucrania. Destruye”, enfatizó.
Al referirse a otro conflicto abierto, la invasión rusa a Ucrania iniciada en febrero de 2022, recordó que “hace dos miércoles vino una delegación de niños de Ucrania, con los padres”.
“Ellos vieron algo de la guerra, y le digo que ninguno sonreía. Les daba chocolates y no sonreían, se habían olvidado de sonreir y eso es criminal, es lo que hace la guerra”, lamentó y resaltó que “los niños son los grandes explotados y descartados”.
“Les quitamos el futuro a los niños y luego cuando llegan a los 22 años y van a la cárcel decimos lo que hacen… pero fuimos nosotros que los descartamos como sociedad”, analizó antes de sostener que “con los niños no se juega, son el futuro”.
A nivel eclesiástico, el Papa defendió su llamado a una Iglesia “para todos”.
“La Iglesia tiene esta dimensión cordial, del corazón: todos a casa, todos adentro. El problema es cuando nosotros hacemos la selección, él no la hace, dice todos adentro”, desarrolló.
Al ser consultado sobre la reciente decisión de un organismo vaticano de avalar las bendiciones a parejas irregulares, incluidas las del mismo sexo, el Papa defendió la declaración y planteó frente a las críticas al documento que “cuando no se aceptan las decisiones, en su mayoría, es porque no se conocen”.
“El señor bendice a todos los que son capaces de ser bautizados, es decir toda persona. Debemos tomarlos de la mano, no condenarlos del inicio. Esto es un trabajo para la Iglesia, muy importante”, explicó en esa dirección.
“En 54 años como sacerdote, una sola vez negué el perdón, por la hipocresía de la persona, siempre he perdonado todo”, recordó luego Bergoglio.
Además, en términos de la Curia y de su pontificado, afirmó que “la reforma más urgente es la de los corazones para todos los cristianos”.
“Las estructuras se actualizan, pero el corazón se debe reformar todos los días. Cosas que iban bien en el siglo pasado ahora ya no. No son cosas absolutas, sino relativas al momento histórico”, planteó.