Los cinco nuevos policías detenidos por el encubrimiento del crimen de un joven de 21 años durante una persecución policial en la localidad bonaerense de Isidro Casanova, y por cuyo homicidio hay otros ocho efectivos apresados, se negaron a declarar esta y permanecerán con prisión preventiva, mientras los investigadores aguardan los resultados de peritajes pendientes, informaron fuentes judiciales.
Se trata de los oficiales Brisa Pérez y Agustina Lomma, y los sargentos Alfredo Alderete, Daniel Loira y Norma Vegas, quienes se negaron a declarar este mediodía ante el fiscal Carlos Arribas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza.
Según precisaron las fuentes a Télam, los cinco efectivos fueron acusados del “encubrimiento agravado” del crimen de Lucas Acosta, el joven de 21 años asesinado de un disparo en el tórax el jueves último por la mañana tras una persecución con la policía en la mencionada localidad del partido de La Matanza.
Por el crimen se encuentra detenido el sargento Federico Gabriel Schianini, imputado del delito de “homicidio agravado”, ya que se lo consideró el autor material del disparo que le provocó la muerte a la víctima.
Mientras que el comisario inspector Albino Martínez, jefe del Comando de Patrullas Centro; los sargentos Brian Sebastián Martínez y Brian Sebastián Buera; los oficiales Alexander Natanael Suárez y José Daniel Sequeira; y las sargentos Nurie Elizabeth Ottone y Verónica Cristina Fernández; fueron indagados como acusados del “encubrimiento agravado”.
En tanto, el fiscal Arribas solicitó ayer la libertad las sargentos Cecilia Celeste Carballo, Rocío Micaela González y Débora Giselle Reales; el oficial Lázaro Samuel Ledesma y el teniente primero Lucas Lorenzo Pereyra, luego de determinar que, en principio, no participaron de la maniobra.
Si bien quedaron en libertad, continúan siendo investigados los 18 policías, que además fueron desafectados de la fuerza de seguridad por orden de la Auditoria General de Asuntos Internos (AGAI) del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Los investigadores precisaron que si bien se cree que no habrá más detenciones por el momento, el fiscal Arribas continúa analizando cámaras de seguridad de la zona, las geolocalizaciones de los patrulleros y las modulaciones.
La información que brindó una cámara de seguridad peritada
Los investigadores judiciales creen que, de acuerdo al análisis de al menos una cámara de seguridad particular ubicada en las inmediaciones que captó la secuencia, los policías asesinaron al presunto ladrón y le plantaron un arma de fuego, por lo que la hipótesis es que uno de los uniformados lo mató y otros lo encubrieron.
“El arma era una réplica de plástico que funciona a gas. En apariencia es la de una 9 milímetros o una calibre 11.25”, detalló un pesquisa.
A raíz de ello, se ordenaron las aprehensiones de los policías involucrados, que se llevaron a cabo el viernes pasado, y se los trasladó a la Estación de Policía de La Matanza y a la Comisaría de Villa Luzuriaga; mientras que las mujeres fueron llevadas a la Subcomisaría de 20 de junio.
El hecho que terminó con el asesinato de Lucas Acosta
Todo comenzó en la madrugada del jueves último, cuando efectivos policiales quisieron identificar al ocupante de una camioneta Ford Ecosport de color blanca, patente NVM110, quien al advertir la presencia de los miembros de la fuerza ingresó al barrio Puerta de Hierro y luego fue perdido de vista.
Horas después, alrededor de las 7.30, el rodado fue divisado en la esquina de Guatemala y avenida Crovara, en la localidad de San Justo, por lo que volvieron a intentar identificar a sus ocupantes, quienes emprendieron la huida.
En ese marco, se dispuso un operativo cerrojo y un patrullero del Comando Patrulla Centro, en el cual se desplazaban Schianini y Suárez le cerró el paso ya en el barrio San Alberto de Isidro Casanova, provocando que chocaran de frente contra el móvil.
Según la versión inicial de los efectivos, el joven que manejaba les apuntó con un arma de fuego, por lo que se le impartió la voz de “alto policía” y luego Schianini le efectuó un disparo con su pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros reglamentaria, que impactó en el tórax de la víctima.
Tras constatar el fallecimiento de Acosta, los agentes preservaron la escena y dieron intervención al fiscal Arribas, quien dispuso que las actuaciones del caso fueran realizadas por la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y que se relevaran las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones.
En tanto, en ese momento no adoptó ningún temperamento en cuanto al sargento que mató a Acosta, hasta tanto no pudiera visualizar las imágenes y se llevara a cabo la autopsia al cuerpo de la víctima.
Por otro lado, luego se constató que la numeración del chasis de la camioneta estaba adulterada y que el verdadero dominio del vehículo tenía pedido de secuestro activo por el delito de “robo automotor”, con fecha 21 de octubre último, a requerimiento de la comisaría de La Tablada.