Más de un millar de ciudades y localidades ucranianas quedaron sin electricidad a medida que su debilitado sistema energético, castigado desde tiempo atrás por los ataques rusos, no pudo responder a la alta demanda originada por los efectos del invierno, admitieron autoridades.
Entre las regiones más afectadas se encuentran Dnipro, Mijolaiv y Odesa, mientras que otras seis sufrieron apagones menores, informó la compañía estatal de electricidad Ukrenergo.
Las autoridades alertaron que el consumo de electricidad se encuentra en uno de sus picos más altos ante el duro invierno y temperaturas que llegan a los 15º bajo cero en algunas partes del país, según recogió la agencia ucraniana de noticias Unian, citada por la agencia de noticias Europa Press.
“Este nivel de consumo sigue aumentando debido a la caída considerable de la temperatura en toda Ucrania”, señaló la compañía en un mensaje difundido a través de su cuenta de X.
Ucrania ha tenido que importar electricidad de Rumania y Eslovaquia para suplir la demanda de la población local.
La empresa energética le pidió a los ciudadanos ahorrar tanta electricidad como sea posible, y recordó que las plantas térmicas siguen aún “recuperándose” de los ataques cometidos durante el pasado invierno por parte de las tropas rusas contra las infraestructuras energéticas del país.
En tanto, la guerra continua en diferentes zonas de Ucrania pero también en territorio ruso, como la ciudad fronteriza de Belgorod, que ha recibido en los últimos días incesantes bombardeos de parte de las fuerzas de Kiev, la mayoría de los cuales pudieron ser interceptados por las defensas antiaéreas.
El Kremlin prometió que hará “todo” para frenar los ataques ucranianos en la castigada ciudad.
“Nuestro ejército continuará haciendo todo lo que está en su poder para minimizar el peligro en un primer momento y después eliminarlo completamente”, prometió el portavoz del presidente Vladimir Putin, Dmitri Peskov, reportó la agencia de noticias AFP.
También acusó a Kiev de atacar deliberadamente “a civiles” en suelo ruso con ayuda de equipamiento militar suministrado por sus aliados occidentales.
Después de la reanudación de los bombardeos masivos rusos contra su territorio, Ucrania multiplicó en los últimos días sus ataques contra esta ciudad de 335.000 habitantes a 40 kilómetros de la frontera.
Tras un bombardeo masivo ruso contra Ucrania el 29 de diciembre que dejó decenas de muertos, Belgorod sufrió un ataque con 25 víctimas mortales, el más letal de parte de Ucrania contra civiles desde el inicio del conflicto en febrero de 2022.
“Nuestro ejército continuará haciendo todo lo que está en su poder para minimizar el peligro en un primer momento y después eliminarlo completamente”Dmitri Peskov
La inquietud aumenta en la ciudad, de donde ya han sido evacuadas “alrededor de 300 personas”, según las autoridades regionales, que también retrasaron diez días el regreso a la escuela después de las fiestas hasta el 19 de enero.
A dos meses de las elecciones presidenciales que deben mantener a Vladimir Putin en el poder al menos hasta 2030, el Kremlin se esfuerza en dar la imagen de que el conflicto con Ucrania no afecta directamente la vida diaria y la seguridad de los rusos.
Sin embargo, los servicios de Inteligencia británicos afirmaron este martes que los ataques perpetrados por las Fuerzas Armadas ucranianas sobre varios objetivos de la península de Crimea la semana pasada demuestran, “una vez más” la “ineficacia” de los sistemas de defensa antiaérea de Rusia para proteger localidades e instalaciones que son teóricamente “claves”.
Los expertos británicos analizaron en concreto los ataques lanzados el 4 de enero sobre el aeródromo de Saki y sobre Sebastopol, que “probablemente” contribuyeron a limitar la cobertura que tienen los sistemas de defensa de una península que desde 2014 está controlada por Rusia.
Para Londres, “la magnitud de la respuesta rusa” a estos ataques evidencia asimismo el “nivel de éxito” de los bombardeos ucranianos, habida cuenta de que Rusia respondió con operaciones masivas sobre distintas regiones de Ucrania, según el informe compartido por el Ministerio de Defensa británico, que examina periódicamente la evolución del conflicto.