A medida que pasaba el tiempo, me encontré deseando acurrucarme en la cama con mi diario. Y, como alguien que normalmente pasa mucho tiempo dando vueltas y preocupándose antes de sumergirse de cabeza en una serie de sueños alimentados por la ansiedad (sueños que ahora me propongo plasmar por escrito, me apresuro a agregar), Me alegra informar que también me quedé dormido más rápidamente después de escribir un diario. Los sueños han demostrado ser tan erráticos como siempre, eso sí, pero espero que mantener este hábito ayude a mejorarlos con el tiempo.
Si soy completamente honesto, mi cínico interior quería que este experimento resultara un fracaso. Nunca me han gustado las rutinas elaboradas por la mañana y por la noche, especialmente cuando apestan a “lavado de bienestar”, y todos los enlaces de “haga clic para comprar” en las redes sociales de la gente me hicieron asumir que no era más que un robo de efectivo.
Fuente Traducida desde refinery29.com