De las conversaciones que los artistas vienen teniendo en las últimas horas surgió la idea de hacer un abrazo a las dos instituciones culturales que cerrarían de aprobarse la ley ómnibus: el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y el Instituto Nacional del Teatro (INT). Será este sábado a las 17, partiendo del edificio del primero (Alsina 673) hacia el del segundo. Además, el colectivo Unidxs por la Cultura convocó a una asamblea a las 14 (en Belgrano 2527, sede de ATE Nacional) para “frenar el DNU y la ley ómnibus”. El secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, hizo por primera vez declaraciones al respecto. Adelantó una reunión con “todos los organismos descentralizados” para el martes.

Con distintas acciones se abre una etapa de resistencia cultural, para hacer frente a un posible ajuste que afectaría también al Incaa, el Inamu, las bibliotecas populares y la industria del libro. El presente está signado, también, por la primera tanda de despidos en Cultura (250 trabajadores que ingresaron este año). La convocatoria al abrazo no surgió de quienes se desempeñan en el INT y el FNA. “Es una autoconvocatoria. Alguien hizo un flyer, eso prendió en diferentes personas que lo estamos haciendo circular. No tiene una cabeza ni organización primaria”, comenta a Página/12 el director y dramaturgo Emilio García Wehbi, quien espera que se conforme una “multisectorial de todos los actores sociales” que están siendo “perjudicados” en este contexto.

Situación del FNA

Fabián Valle, delegado de ATE en el FNA, expresa a este medio que los trabajadores del organismo -apenas un centenar- están “preocupados” por el nivel de “desinformación” que instala el Gobierno respecto de la institución, y que por eso están empezando a “armar una campaña” para las redes. “Por otro lado vemos que desde temprano hay una respuesta de la comunidad de artistas que nos está dando la energía necesaria para encarar todo esto”, destaca.

Uno de los ejes de la “desinformación” tiene que ver con el financiamiento de este ente autárquico creado en 1958 -gobierno de Lanusse-, que se nutre del dominio público pagante (un monto que se cobra por obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor). “La plata no la pone ningún contribuyente. El propio campo de la cultura la genera”, explica Valle. Una de las artistas que defendió al FNA en sus redes fue Marta Minujín, quien gracias a él pudo instalarse en París en los sesenta. Sentenció, en un video, que le parece “terrible” la idea de cerrarlo.

Como el INT, este espacio de promoción a través de becas, préstamos y premios ya tenía un director designado -aunque no oficialmente-, Javier Torre, quien manifestó su desconcierto ante la amenaza de cierre y enseguida convocó a los trabajadores a una reunión. “Tuvo un buen gesto. Está muy preocupado y en contra del cierre. Nos asegura que no va a ejecutar despidos y que va a pagar salarios a término, pero todavía no tiene firma. Nos manifestó que mientras no le pidan la renuncia seguirá en el cargo”, contó Valle. Actualmente, el Fondo funciona “con las firmas del directorio y de la gerente de operaciones de la gestión anterior”.

Instituto Nacional del Teatro

Sin la designación oficial de Mariano Stolkiner como director ejecutivo, el INT está paralizado. Este jueves, el artista emitió un comunicado en el que rechazaba la derogación de la Ley Nacional del Teatro. Quienes ocupan cargos y los trabajadores mantuvieron una reunión con entidades de la comunidad teatral de todo el país y acordaron dar inicio a una “lucha amplia”. Además, comenzó el contacto con legisladores.

Luciano Linardi, delegado de ATE en el INT, proyecta el escenario que generaría la anulación de la norma: “Las casi 500 salas que son subsidiadas por el INT van a desaparecer, y las pocas que quedan, con la inflación y la suba de tarifas a la energía, apenas van a poder sostenerse. Los teatristan van a hacer colas y colas para llevar sus proyectos. No van a poder trabajar con el 70 por ciento del bordereau a su favor y no queremos imaginar lo que saldría una entrada de teatro independiente“. El futuro de los cerca de 170 trabajadores del organismo es incierto. Están en estado de alerta y movilización desde el 22 de noviembre. 

Qué dijo el secretario de Cultura

Cifelli admitió, en diálogo con Infobae, que “hizo mucho ruido” el apartado dedicado a la cultura en la ley ómnibus: “Son organismos descentralizados a la Secretaría de Cultura. Lo que hace Cultura es poner los directores. Después decide el gobierno nacional. Y bueno, estamos viendo qué pasa, todo esto tiene que ir al Congreso. Quizás nos termina quedando a nosotros pero no lo quiero afirmar. No sé cómo va a terminar”. Difícilmente estos dichos atenúen el ruido. 



Fuente Pagina12