En la actividad de la aviación la planificación y la claridad son elementos imprescindibles para reducir al mínimo los riesgos. De eso depende que todo salga bien en el desarrollo de las operaciones vinculadas a un vuelo. Por eso detectamos con mucha claridad, desde el primer momento, que el gobierno encabezado por Javier Milei se distingue por generar una situación de confusión y desorden. Podríamos pensar que es producto de la falta de experiencia e improvisación. O quizás es parte del plan.
Por lo que podemos inferir del DNU, es la clara intención de Milei transferir los negocios rentables del Estado al sector privado, sin mayor justificativo que el saqueo de los bienes nacionales a manos de privados generando un daño incalculable al país.
En el mega DNU 2023/70 bajo el argumento de la reconstrucción de la economía se desregulan una enorme cantidad de actividades. El DNU hoy vigente avanza en temas que van desde una reforma laboral profundamente precarizadora y derogadora de derechos laborales históricamente adquiridos hasta la transformación de la actividad aerocomercial (título IX). En efecto, el DNU deroga las leyes y códigos que regulan y protegen la actividad para darle la bienvenida a los cielos abiertos.
Los Cielos Abiertos no son otra cosa que la extranjerización y competencia salvaje de la aviación comercial. Solo se busca la rentabilidad sin atender a lineamientos estratégicos de integración nacional y regional. Si el negocio funciona, no importa si se generan desconexiones de regiones completas. Subsisten únicamente los más rentables y fuertes.
Esta embestida legal y normativa sobre la actividad aerocomercial se realiza en un total vacío de responsabilidades en las áreas y empresas claves del sector. Hasta el momento no se encuentran nombradas autoridades en la subsecretaria de Transporte aéreo, la ANAC ni las empresas estatales.
La dilación en materia de nombramientos parece ser adrede. De hecho, despierta una enorme incertidumbre en el ecosistema aeronáutico. Sabemos que quieren pasar las acciones de Aerolíneas Argentinas a los trabajadores y trabajadoras, privatizar el servicio de control aéreo y desregular los servicios de rampa en un marco de política de cielos abiertos. Pero desconocen plazos, mecanismos y responsables.
En medio de esta confusión creada artificialmente la discusión se concentra en el rol estratégico de Aerolíneas Argentinas como línea de bandera y todo lo que en si misma simboliza, algo para nada menor. No obstante, el DNU no se detiene en la privatización de AEROLÍNEAS ARGENTINAS, También avanza están EANA e INTERCARGO en la mira de las privatizaciones.
INTERCARGO es la principal empresa de servicios aeroportuarios con presencia en todo el país y con excedente en sus ingresos como un potencial de expansión enorme. Por este motivo es una de las empresas más deseadas por el sector privado desde siempre.
La desregulación del sector Aerocomercial es un salto al vacío con un resultado seguro. Romper todo: cierre de empresas, pérdidas de puestos de trabajo que garantizan un servicio de conectividad soberana. Sobrevivirán los intereses económicos de los jugadores más concentrados,sin importar los costos.
Hace décadas que estos sectores económicos de la actividad vienen pidiendo estas políticas de cielos abiertos. Son actores con muchos voceros en medios de comunicación que van construyendo un relato que estigmatiza a las empresas públicas y sus trabajadores/as.
Hoy esos sectores se sienten cómodos con sus empleados en el gobierno nacional y van a ir por más. La precarización laboral es el siguiente nivel en su búsqueda insaciable de rentabilidad a toda costa, garantizada desde hoy gracias a la reforma laboral del DNU 70/2023.
Para lograr su cometido, el sector privado utiliza la pata del poder político (la casta rancia anarcolibertaria y sus socios macristas) que no pestañaron en delcarar “Servicio Esencial” a la actividad aerocomercial para garantizar que no haya huelgas ni protestas en los aeropuertos.
Este modelo precarizador y empobrecedor que intenta imponer el gobierno no es viable sin el componente de violencia e intimidación de las fuerzas de seguridad y la persecución judicial.
Sobre el punto de querer declarar la esencialidad en la aviación, la OIT ya se expidió anteriormente. La aviación civil no es un servicio esencial. Es más, la Comisión de Libertad Sindical de la Junta de Administración de la OIT confiere una importancia específica a la protección de los derechos de los trabajadores de las aerolíneas.
Los trabajadores y trabajadoras sabemos que en este contexto debemos salir a defender los derechos obtenidos y a ver valer los compromisos internacionales.
Siguiendo la idea de la confusión, pareciera que al gobierno le molestan los mecanismos democráticos al momento de gobernar. Cuando dicen que van a desregular y quieren sacar al Estado de todos los aspectos de la economía, no es que apuntan a que el Estado se mantenga neutral. Cuando un Estado desregula, en realidad regula a favor de los poderosos, les transfiere el poder al más fuerte. Y todo esto debería ser debatido en el Congreso Nacional y no imponerlo con un DNU.
Recordemos que Macri intentó sin éxito concretar este gigantesco negocio aerocomercial. Pero la revolución de los aviones se descascaró antes de comenzar a volar. Hoy vuelven a intentarlo de una forma mucho más brutal y antidemocrática.
¿Cómo pueden disimular semejante estafa al pueblo argentino?
Instalando la confusión como escenario. El objetivo es desorientar y desviar la atención sobre los detalles de esta gigantesca estafa. Lo que realmente quieren hacer es transferir la soberanía aérea junto con las rentabilidades del sector aerocomercial a sus amigos libertarios.
Aunque la confusión sea el plan, para disgusto del gobierno los trabajadores aeronáuticos no estamos desorganizados ni confundidos. Esta historia ya la conocemos porque ya la hemos enfrentado muchas veces, sabemos las batallas que debemos dar para mantener la soberanía de la Argentina y a su pueblo trabajador unido.
* Pro secretario de Politica Aerea de la Asociación del Personal Aeronáutico y Miembro de la Mesa Nacional de CTA de los Trabajadores.