La producción vitícola en la vendimia 2024 sería mayor a la anterior, considerada como la más baja de las últimas décadas, pese a los daños provocados por las heladas tardías y el viento Zonda, coincidieron distintos productores de todo el país.
“Durante la primera etapa, vegetativa, tuvimos las clásicas heladas tardías que incidieron pero fueron mucho menos intensas que las de la cosecha 2023, que provocaron una merma muy grande de uva; por lo tanto, es una cosecha relativamente normal hasta ahora”, afirmó el ingeniero agrónomo de la Bodega Chakana, en Luján de Cuyo (Mendoza), Facundo Bonamaizón, ante una consulta de Télam.
Según Bonamaizón, “la principal contingencia que tuvimos en esta primavera y comienzos del verano fue el viento Zonda, con muchos eventos y muy fuertes que causaron daños en los brotes y las estructuras de los racimos, y probablemente tenga un efecto negativo en el cuaje o transformación de la flor en el fruto”.
“Pero algo bueno del Zonda es que produce muchas nevadas en la cordillera, que recargan los acuíferos subterráneos y aumentaron la disponibilidad de agua, lo contrario al año pasado”, aclaró.
Concluyó que, en términos de calor, hasta ahora es “una vendimia relativamente más fría que el año pasado, pero hay que esperar a enero, febrero y marzo, meses claves para determinar la calidad de la uva”.
Por su parte Jorge Alberto Rubio, enólogo y dueño de la Bodega Jorge Rubio de General Alvear, en el Oasis Sur mendocino, estimó que “la cosecha va a estar en el orden de los 20 y 22 millones de quintales; el año pasado, con 14 millones de quintales, fue la más baja en los últimos 60 años”.
“Hemos tenido cosechas de 26/28 millones de quintales, pero calculo que no vamos a llegar a eso porque El Zonda ha hecho mucho daño en algunas regiones”, agregó al ser consultado por Télam.
Además, aclaró que “hasta ahora no han habido grandes tormentas de piedra (granizo) en ninguno de los oasis y el resto de la provincia, y tampoco heladas, lo que hace que la cosecha sea muy buena respecto del año pasado, pero inferior a otras”, concluyó.
En tanto, el ingeniero agrónomo y enólogo de la bodega boutique Amansado, de Luján de Cuyo (Mendoza), José Luis “Pepe” Miano, afirmó a Télam que “a nivel general se podría decir que vamos transitando una cosecha muy sana y con mermas promedio que pueden estar entre el 15% al 20%”.
“El nivel técnico y tecnológico aplicado a la sanidad del viñedo permiten suponer que no habrá mayor influencia de las precipitaciones en las calidades esperadas”, añadió, al tiempo que aclaró que aún quedan entre dos y cuatro meses hasta la cosecha, por lo que las condiciones pueden modificarse, derivando en resultados diferentes a los previstos.
En lo que va de la temporada, afirmó, “venimos de una situación de heladas tardías muy marcadas durante la anterior (2022/23); lo que puede derivar en brotaciones o comportamientos fenológicos extraños del viñedo, como brotaciones heterogéneas, floraciones discontinuas, etc”, completó.
A su turno, Martín Azcona, winemaker de la bodega Familia Azcona del Valle de Pedernal (San Juan), señaló que “la afectación de los casos de heladas y el viento zonda fue mínima en la mayoría de los productores del pueblo”.
“Se observa una producción de uvas y desarrollo de racimos parecida a un año normal, incluso mayor”, resaltó, ante la consulta de Télam.
En tanto, agregó, “en la parte de arriba del valle, las heladas tardías de noviembre y los casos de viento Zonda han dejado saldos dispares, con pérdidas de 50% e incluso 70%, y otros no han sido afectados”.
“En una valoración general de todo el valle, diría que es posible que sea una cosecha parecida a la del año pasado o levemente inferior; y, a nivel de calidades, con accidentes climáticos, se verá una caída”, concluyó Azcona.