Las medidas económicas de ajuste ortodoxo de Javier Milei generaron fuertes críticas por parte de distintos foros y observatorios de política. Advierten que los anuncios buscan instalar la idea que se venía una hiperinflación para poder justificar el programa de fuerte impacto distributivo. Aseguran que el golpe para los sectores de ingresos fijos será brutal.
“El discurso económico del Gobierno está lejos de contener un análisis serio. Sólo es propaganda para justificar el ajuste, que ya está ejecutando, supuestamente para evitar la hiperinflación”, menciona un informe del Foro de Economía y Trabajo.
“Si bien la macroeconomía tiene numerosos y graves desequilibrios, el diagnóstico de Milei exagera la herencia hasta el ridículo. El caso más emblemático es la denominada ‘hiperinflación plantada’ de 15 mil por ciento anual, que compara arbitrariamente los indicadores monetarios actuales con los del Rodrigazo y la hiperinflación de 1989”, advierte el Observatorio Ocepp.
En el documento del Foro de Economía y Trabajo se analizan en detalles las medidas anunciadas los últimos días. “El ministro de Economía, Luis Caputo, instrumentó una devaluación del 100 por ciento que consolida la inflación, así como la transferencia de ingresos hacia el sector financiero y los formadores de precios”, dice.
“Estamos frente a un ajuste económico que excede lo fiscal y, por ende, afecta al conjunto de los sectores populares, con independencia de que se ocupen en el sector privado o público. El plan hunde a la economía por el efecto combinado de alzas desproporcionadas de precios y tarifas, que destruyen el bolsillo popular, con el corte del gasto público de efecto multiplicador”, agrega.
También indica que “Milei, tras asociarse electoralmente con Macri, justifica estas decisiones en la ‘pesada herencia’ recibida solo del gobierno saliente. Obvia el quebranto del precedente gobierno macrista con su brutal endeudamiento, caída de los salarios y jubilaciones, cierre de miles de PyMES, pérdida de puestos de trabajo”.
Dicho Foro concluye que “el gobierno saliente –-a pesar de la pandemia, la inflación derivada de la guerra y la sequía– tuvo grados de recuperación de la actividad y el empleo, abatidos, eso sí, por el inflacionario acuerdo con el FMI, las prácticas especulativas de grandes sectores empresarios, la voracidad de los formadores de precios y la mala administración de las divisas por el Banco Central”.
Por su parte, el informe del Observatorio Ocepp resalta que las medidas de ajuste ortodoxas del gobierno de Milei son figuritas repetidas de otros momentos de la historia, al igual que la idea de que la génesis del problema es el déficit fiscal. “Los anuncios no constituyen un plan de estabilización, sino apenas una política de ajuste y devaluación clásica con consecuencias sociales dramáticas”, precisa.
Agrega que los resultados esperados por el gobierno son simples de enumerar: “Plan A: que la caída de los ingresos de las personas y de la actividad derrumbe rápidamente la inflación a partir de enero o febrero, similar a lo que ocurrió entre abril y mayo de 1976. Plan B: Llegar a marzo con caída fuerte del salario real; menor déficit fiscal y lo más importante, algún nivel de acumulación de reservas. En esas condiciones, iniciar plan de estabilización”.