2. Los costos son altos
Ante la oferta de tratamientos láser a precios bajísimos, huye. Es una práctica que requiere manos expertas y maquinaria sofisticada. Los costos varían según la cantidad de vello a eliminar y la duración de las sesiones. Espere gastar desde 100 euros en adelante por sesión, pero para saber exactamente necesita una consulta en un centro especializado.
3. En los días previos al tratamiento, evitar broncearse o afeitarse.
No llegues a tu cita con la piel afeitada, porque tu médico necesitará un mapa visual para localizar los folículos. En los dos días anteriores evita exponerte al sol, de lo contrario tu piel podría quemarse o sensibilizarse.
4. Después del láser, evita el sol, cremas químicas, calor intenso y ropa ajustada.
En los días posteriores a la depilación, debes darle tiempo a tu piel para que se recupere, evitando estresarla con el calor, el sudor, los químicos irritantes contenidos en cremas y perfumes y el cloro de las piscinas. Asegúrese de dejar respirar el área tratada, trate de permanecer en ambientes con temperatura controlada, use ropa holgada y suave y use agua tibia o fría con detergentes de ducha suaves. Utilice protector solar, especialmente en las zonas tratadas. Dado que la piel está sensibilizada, la exposición al sol corre el riesgo de dañarla y provocar daños como imperfecciones y pérdida de elasticidad.
5. El tono de piel marca una gran diferencia
Quizás no sepas que el color de tu piel y cabello influye en la facilidad y resultado del tratamiento. Alto contraste, piel clara y cabello oscuro, es más fácil de tratar, mientras que cabello claro y piel clara, o cabello oscuro y piel oscura, presentan dificultades, el protocolo es diferente y más delicado. En este caso se necesita un médico, una esteticista no es suficiente. De hecho, cuanto menor sea el contraste piel/pelo, mayor será la posibilidad de daño. El láser actúa sobre el pigmento, y para evitar que se deposite superficialmente, quemando la piel, confía en un médico especializado que te trate de forma específica y profesional, para tener también un mejor resultado.
6. Hoy en día los láseres son menos dolorosos.
Hay que prepararse para soportar una cierta cantidad de dolor, incluso bastante intenso, pero hoy el tratamiento es más tolerable que en el pasado. Se aplican cremas anestésicas para sentir menos dolor, pero al trabajar internamente al bulbo piloso, digamos que el dolor nunca será cero.
7. Parte del cabello volverá a crecer.
Finalmente está hecho, tienes la piel de tus sueños, estás suave como un delfín. Sin embargo, tenga en cuenta que algunos pelos volverán a crecer o crecerán otros nuevos donde antes no los había. En realidad no se llama depilación permanente, sino de larga duración. Este problema se puede solucionar con ajustes, después de uno o dos años, y todas esas sesiones iniciales ya no serán necesarias. Pero eso no es un hecho, si tienes suerte, es posible que nunca vuelvan a crecer.
8. Existen opciones de bricolaje, pero es mejor evitarlas
Aunque no son equiparables a los tratamientos profesionales, existen máquinas para utilizar en casa, los famosos aparatos de luz pulsada. La creencia general es que son delicados, esto no es cierto. Lo más grave es la falta de advertencias para las personas de piel más oscura (ver punto 5): podrían acabar con cicatrices o imperfecciones. Personas con este tipo de piel, con imperfecciones, lunares o decoloración, no deben utilizarlos en absoluto.