En el anteúltimo día de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU (COP 28), se propuso un borrador de declaración que despertó críticas de países y ecologistas por la iniciativa de “reducir del consumo y producción de combustibles fósiles” como una opción para luchar contra el cambio climático en lugar de “eliminar”. Esto prevé nuevas negociaciones en un escenario abierto donde es difícil saber qué sucederá. La enviada argentina del flamante Gobierno que llegó a Dubai sorprendió al anunciar que el país mantendrá la actual política climática.
La denuncia de varios países desarrollados y en vías de desarrollo tiene que ver con que el texto, elaborado por la presidencia de la COP28 tras días de complicadas negociaciones, se queda corto respecto a la demanda de “eliminar” progresivamente (“phase out” en inglés) esas energías, responsables del calentamiento del planeta.
El borrador de 21 páginas debe ser sometido aún a un plenario de los negociadores de casi 200 países, prevista para el martes, ya que las decisiones en las conferencias climáticas de la ONU se toman por consenso.
Diferencias entre “Reducir” y “Abandonar”
La COP de Dubai es la primera en hacer un balance de la acción climática desde el Acuerdo de París, hace casi una década. Su principal meta consiste en evitar un calentamiento global superior a los 1.5°C por sobre los niveles preindustriales antes de final de siglo, algo que se está a 0,3 grados de alcanzar. En eje central es la discusión sobre el rol que le asignan a los combustibles fósiles en las causas del cambio climático y del aumento de la temperatura.
La comunidad internacional continúa discutiendo en incontables foros y sesiones un lenguaje que permita cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. En ese sentido, “abandonar” o “reducir” el uso de los combustibles fósiles es una de las discusiones centrales de la declaración final, que los representantes de los países miembros deben presentar al finalizar la Cumbre. Los países dependientes de los combustibles fósiles, como Arabia Saudita e Irak, abogan por la segunda, menos ambiciosa, y se oponen a una decisión que hable de la necesidad de “abandonar” los combustibles fósiles.
La elección de uno de los epicentros petroleros del mundo como país anfitrión de la COP28 y la definición del presidente de la cumbre, Sultán Ahmed Al Jaber, fue criticado por organizaciones no gubernamentales ecologistas, debido a que Emiratos Árabes Unidos es el séptimo productor mundial de crudo y Jaber es el jefe de la compañía pública petrolera emiratí.
Esto contribuyó a ubicar el debate sobre los combustibles fósiles en el centro de la agenda y relegar los demás ejes que se esperaban trabajar, como la definición de una nueva meta global y la adaptación al cambio climático y todo lo que es la agenda de financiamiento, clave para los países del Sur Global.
“Es difícil saber que va a pasar, el escenario está muy abierto y hay que esperar a ver cómo evoluciona”, dijo este lunes Fermín Koop, periodista argentino especializado en Cambio Climático y Magister en Ambiente y Desarrollo.
“En principio el texto generó bastante rechazo entre los países desarrollados como de los que están en vías de desarrollo”, explicó Koop en diálogo con Página 12. El periodista advirtió sobre la fuerte intervención de “los principales países productores exportadores de petróleo, como Arabia Saudita”, en la conformación del texto de declaración y su impulso “para que en el texto haya pocas definiciones o definiciones lavadas”.
“Estamos en una carrera contra el tiempo” para encontrar un consenso, había destacado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presente en Dubai para alentar a los diplomáticos. Guterres había abogado por la mención específica de eliminación de las energías fósiles, pero aclaró que eso “no significa que todos los países deban abandonar las energías fósiles al mismo tiempo”.
Posiciones cruzadas en Latinoamérica
Las posiciones de los países latinoamericanos se cruzan y quedan en evidencia las diferentes ambiciones frente a la transición energética. En general Sudamérica se encuentra dividida en dos posiciones. La primera representada por Brasil, que hace unos días se sumó a la OPEP+, un grupo compuesto por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados productores de petróleo. Y la segunda dirigida por Colombia, que busca trazar el rumbo hacia un futuro pospetróleo y que anunció de su suscripción al Tratado de No-Proliferación de Combustibles Fósiles durante la Cumbre.
Lula da Silva fue bien reconocido por su participación en la COP27 el año pasado y, desde su regreso a la presidencia de Brasil, realizó notables progresos sobre algunas de sus promesas ambientales, particularmente en la reducción de las tasas de deforestación del país. Sin embargo este año tuvo un escenario más complejo, ya que aunque reconoció el progreso y el potencial de las energías renovables en Brasil, Lula se enfrentó al escrutinio de los activistas por la incorporación a la OPEP+.
En esa línea, la ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva, pidió este lunes “la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles” ante la plenaria de la COP28, un lenguaje parecido al del borrador de acuerdo presentado por la presidencia.
Situación de Argentina en la COP28
La situación de Argentina se encuadra en un contexto particular de cambio de Gobierno, donde el nuevo presidente, Javier Milei, declaró en reiteradas ocasiones su descreimiento y negación a la crisis climática y el ministerio de Ambiente se convierte en una subsecretaría.
Al comenzar la COP28, Koop contó que Argentina se hizo presente con “una delegación, del gobierno de Alberto Fernandez, encabezada por la Secretaria de cambio climático, Cecilia Nicolini, y la directora de Cambio Climático, Florencia Mitchel”. “Asistieron entre veinte y treinta personas del gobierno nacional, gobiernos provinciales, empresas y organizaciones de la sociedad civil”, agregó.
Mitchell había explicado que el país mantiene una posición intermedia reconociendo al gas como instrumento de transición, aumentando progresivamente la ambición climática y producción de renovables.
El periodista explicó que, con el cambio de gobierno, “había bastante incertidumbre con respecto a qué iba a pasar”, pero que finalmente, “y medio a último momento enviaron a Corina Lehmann, la nueva secretaria de Política Exterior de Cancillería, que llegó con un mensaje bastante distinto al que había transmitido Javier Milei durante la campaña y sorprendió bastante”.
“Lehmann dijo que Argentina iba a mantener el statu quo con su política climática, respetando el Acuerdo de París y respetando sus compromisos climáticos. Llamó la atención porque dio indicaciones que se mantendrían posturas similares a las existentes”, advirtió Koop.
Informe: Lucía Bernstein Alfonsín.