El Tribunal Oral Federal de La Rioja dará su veredicto este lunes luego de escuchar las últimas palabras del exalférez Eduardo Britos, único imputado en la causa por crímenes de lesa humanidad contra presos políticos y por el homicidio del dirigente campesino Wenceslao Pedernera, delitos perpetrados durante el terrorismo de Estado y que a lo largo de este juicio dieron cuenta de la fuerte persecución que sufrieron los seguidores de monseñor Enrique Angelelli en esa provincia.
El exoficial de Inteligencia de Gendarmería Nacional, quien durante la última dictadura cívico militar lideró el Escuadrón 24 “Chilecito” de La Rioja y también fue jefe del Instituto de Rehabilitación Social (IRS) -una cárcel que funcionó como centro clandestino de detención- podrá hacer uso de su derecho a pronunciar sus últimas palabras este lunes a partir de las 9.30.
Britos, quien estuvo ausente en la gran mayoría de las audiencias llevadas a cabo desde el inicio de este juicio el pasado 28 de abril, se encuentra acusado de ser autor mediato en el homicidio calificado de Pedernera y por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos, allanamientos, asociación ilícita y delitos sexuales en perjuicio de 42 víctimas.
Tanto las querellas como la fiscalía pidieron durante sus alegatos la condena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta para asumir cargos así como la detención inmediata del exgendarme en una cárcel común federal.
En tanto, la defensa de Britos a cargo del abogado Nicolás Chumbita, solicitó “su absolución de todos los cargos” al argumentar que “no se cumplieron los requisitos objetivos y subjetivos de juzgamiento” del proceso oral y público, afirmación rebatida durante la instancia de réplicas por la fiscalía.
Durante la etapa de alegatos, la fiscal Federal María Virginia Miguel Carmona así como los distintos abogados querellantes, resaltaron que en La Rioja hubo un plan sistemático represivo “con el agravante de que uno de los objetivos fue la Pastoral de Monseñor Angelelli“, calificada como “subversiva al querer cumplir con los decretos del Concilio Vaticano II y desarrollar su misión evangelizadora”.
“La persecución, tortura y asesinato de diferentes personas en La Rioja, tuvo la particularidad de centrarse con encono en la figura del obispo Monseñor Angelelli y las personas relacionadas con él”, alegó Carmona y repasó los testimonios que dieron cuenta a lo largo del proceso del “clima de persecución constante” que se vivía en la provincia.Gran parte de los más de 60 testigos que brindaron testimonio frente al tribunal integrado por José Camilo Quiroga Uriburu, Mario Eduardo Martínez y José Fabián Asís, coincidieron en señalar “cómo cambió el trató” dentro del IRS -lugar donde se encontraban ilegalmente detenidos- cuando tras el golpe militar, Britos estuvo a cargo.
“Las torturas significaban bajar al infierno pero dominado por hombres con abuso de poder. Torturaban perversamente sin distinción de género ni edades y sin considerar el valor de la vida y el destino supremo de los detenidos”, señaló al respecto la fiscal.Según las actuaciones que constan en las actas, libros de visitas y de novedades del IRS, se pudo comprobar “la asiduidad” de la presencia del exgendarme en los calabozos viendo a los detenidos y que “coinciden en su totalidad con las declaraciones de los testigos”.
“Britos siempre aparece ‘al mando’, ‘a cargo’, ‘presidiendo’, ‘dirigiendo’, es decir en roles en los que tiene papeles destacados de responsabilidad con una conducta violenta y avasalladora hasta con los mismos guardia cárceles”, destacó Carmona en base a lo documentado en los libros del IRS.
Respecto del asesinato de Pedernera perpetrado en la madrugada del 25 de julio de 1976 en su domicilio, donde el colaborador del obispo Angelelli fue acribillado por un grupo de tareas frente a su mujer y tres pequeñas hijas, la fiscal y las querellas fueron contundentes al señalar que se trató de un eslabón más en la “cadena de hechos violentos” contra la obra de que llevaba a cabo el Obispado en la provincia.
“Surgió en este proceso de manera notoria que las conductas típicas que desplegó Britos además de encuadrar en los agravantes de ensañamiento y alevosía, debe responder por el agravante de odio religioso ante la serie concatenada de hechos de una persecución sistemática al Obispado de La Rioja, a las personas cercanas al Obispo Angelelli así como a sacerdotes, personas religiosas y laicos”, argumentó la querella de la familia Pedernera.
Sobre los hechos de aquella noche en la que el dirigente rural fue asesinado, el abogado querellante, Pablo Ramiro Fresneda, remarcó su estado de indefensión: “Fueron a la madrugada cuando estaba durmiendo con sus hijas menores de edad sin ninguna posibilidad de defenderse. Con la zona absolutamente liberada, personas armadas con dos autos, bajaron y le dispararon a quemarropa”.
Pedernera fallecería horas después en el hospital de Chilecito sin recibir atención médica y con su mujer e hijas incomunicadas y permanentemente vigiladas por gendarmes en una habitación contigua, como fue relatado ante el tribunal por las integrantes de la familia durante las audiencias testimoniales.
“Al declarar durante el juicio nos sacamos muy de adentro todo, eso nos ayudó a estar más aliviadas. Han pasado muchos años, tratamos de seguir con nuestras vidas pero esperamos que, si Dios quiere, el veredicto sea justo”, expresó a Télam Susana Pedernera, una de las hijas de Wenceslao.También resaltó la fortaleza de su madre, Marta “Coca” Cornejo, quien con 83 años cumplidos el pasado octubre “nunca decayó, siempre luchó y sigue luchando”, refirió Susana.
La hija de Wenceslao contó “el nerviosismo y expectativa” que le genera a ella y su familia conocer el veredicto este lunes y la certeza de que, en esta ocasión, Britos esté presente, así sea de manera virtual.”Nunca estuvo presente en las audiencias. Él goza de privilegios, está con prisión domiciliaria en su casa, con su familia. Estas personas no muestran arrepentimiento. Ojalá pueda pedir perdón a las víctimas, a sus familias y a Dios, por toda la sangre derramada”, expresó Susana.
El exgendarme pasó dos años prófugo de la justicia argentina hasta que fue extraditado desde Paraguay en 2011 para ser juzgado.
En 2013, fue condenado por delitos de lesa humanidad a 15 años de prisión como responsable del delito de imposición de tormentos contra seis presas y presos políticos.
Angelelli y Pedernera junto a los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longeville -los cuatro asesinados en menos de un mes en La Rioja durante el terrorismo de Estado- fueron declarados mártires beatos por la Iglesia Católica.