El jueves pasado terminó la Cumbre del Mercosur en Río de Janeiro donde el presidente Lula da Silva recurrió a todo su pragmatismo para liderar un encuentro marcado por el viraje a la ultraderecha en Argentina y la presencia de presidentes conservadores en Uruguay y Paraguay. En este contexto incorporaron a Bolivia como quinto miembro y firmaron un tratado con Singapur.

La relación Brasilia – Montevideo

La cintura política del líder brasileño logró que por primera vez desde 2020 –año en que asumió el presidente Luis Lacalle Pou– Uruguay firme la declaración conjunta del Mercosur. Sorprendió incluso que el uruguayo no fuese esta vez tan pesimista sobre el futuro del Mercado Común del Sur y que elogiara a Lula, con quien ha tenido malas relaciones diplomáticas. Le dijo al brasileño que valora su “gran trabajo” en la conducción de las negociaciones con la UE en los últimos seis meses –Brasil tuvo la presidencia rotativa– y valoró que sea un hombre de “palabra” al ceder a algunas viejas demandas en materia bilateral reclamadas por Uruguay.

“Creo que el Mercosur, en algún término, está modernizándose y creo que hay un proceso de modernización en las relaciones bilaterales”, valoró Lacalle Pou.

El nuevo presidente de Paraguay, Santiago Peña, tuvo su primera intervención en este tipo de cumbres y lamentó que “el Mercosur ha encontrado numerosos obstáculos en su camino a la integración verdadera”.

Lula da Silva anunció –como refutando lo anterior– el proyecto de construir cinco rutas estratégicas que conectarán las zonas remotas de Sudamérica, para lo cual consiguió financiamiento por 10.000 millones de dólares de parte de bancos de fomento regionales. Una es la ruta ‘Capricornio’ que unirá por río y carretera, el sur y centro-oeste de Brasil con Paraguay, Argentina y Chile.

“El comercio es muy complicado en el Mercosur y la integración física es una cuestión fundamental. Si efectivamente se emplea todo ese dinero, será una buena noticia”, indicó Lia Valls, miembro senior del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri).

Lula y Peña estuvieron juntos en la presentación del plan vial, mostrándose entre ellos en muy buenos términos, con risas y abrazos a pesar de sus diferencias ideológicas. Lula –un hábil y fogueado estratega en términos de diplomacia– felicitó a Peña por la reciente operación conjunta entre ambos países contra el tráfico de armas en Sudamérica.

La diplomacia ingenieril

Lula da Silva sedujo a Uruguay y Paraguay –los dos socios de esta unión aduanera creada en 1991 que ha beneficiado más a Argentina y Brasil— con propuestas de infraestructura

El Gobierno Federal de Brasil anunció durante la Cumbre del Mercosur la iniciativa “Rutas para la Integración” para constituir una red de rutas de integración y desarrollo suramericano. La idea es reducir las distancias, mejorar la logística, facilitar las conexiones y ampliar la productividad. Las obras incluyen redes de información, vías fluviales, autopistas, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y líneas de transmisión de energía eléctrica. A mucha menor escala, la iniciativa se emparenta en su estrategia a la nueva Ruta de la Seda china

Las inversiones vendrán del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Banco de Desarrollo de América Latina y del Caribe (CAF), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Banco de Desarrollo (Fonplata). “Es el mayor fondo financiero de la historia de la integración del Mercosur”, definió el presidente del BNDES, Aloizio Mercadante. “Mejorar la infraestructura permitirá engrosar cadenas productivas regionales”, completó.

La ministra del Planeamiento y Presupuesto de Brasil, Simone Tebet, presentó las cinco rutas previstas en el plan de integración de América del Sur, delimitadas después de cinco meses de consultas a los estados fronterizos. Ellas son: Isla de las Guyanas, Manta-Manaus, Cuadrante Rondón, Capricornio y Porto Alegre-Coquimbo.

Tebet destacó que las fronteras de los países sudamericanos están divididas solamente por bosques, ríos, puentes o avenidas. “Somos países hermanos, suramericanos, a pesar de tener diversas lenguas, somos un solo pueblo”, afirmó, al lado de los presidentes Lula da Silva, Santiago Peña (Paraguay) y Luis Arce (Bolivia). La iniciativa también podrá promover el financiamiento de proyectos de integración en las áreas social, ambiental e institucional. “La integración regional debe ser parte de las soluciones para enfrentar los desafíos compartidos, de la construcción de un mundo pacífico y fortalecimiento de la democracia”, resaltó la ministra.

El diferendo limítrofe entre Venezuela y Guyana fue parte de la declaración conjunta del Mercosur y el presidente de Brasil declaró: “No queremos guerras aquí en América del Sur”.

Quedan por ver cuáles serán las consecuencias en el bloque del ‘efecto Milei‘, que sucederá a Alberto Fernández como presidente de Argentina. El ultraderechista atacó muy fuerte al Mercosur en la campaña electoral y tachó de “corrupto” y “comunista” a Lula. Esto se dilucidará en la próxima reunión del Mercosur dentro de seis meses en Paraguay.



Fuente-Página/12