Desde siempre la salud de los papas ha sido un tema que, siendo crucial para la Iglesia Católica, trasciende también los límites de esa institución. En tiempos modernos y por el alcance que la difusión de noticias ha tenido debido a los desarrollos tecnológicos cualquier anuncio en torno al tema adquiere relevancia internacional. En particular y debido que Francisco se convirtió en una personalidad con alcance e influencia en el escenario internacional, la salud del Papa ocupa, preocupa y es tema en el Vaticano y en todo el mundo.
Por ese motivo hay muchos ojos y oídos atentos a la evolución de la salud de Jorge Bergoglio. Pero también y como lógico resultado del hermetismo informativo con el que suele manejarse -en este y en otros temas- la Iglesia Católica y el Vaticano en particular, se multiplican los rumores y trascendidos.
La Oficina de Prensa del Vaticano informó esta semana sobre una “leve gripe” que afecta la salud del Papa, minimizando la trascendencia del dato. Pero el Papa, que está próximo a cumplir 87 años y desde muchos años antes de acceder al pontificado sufre de una enfermedad pulmonar, suspendió luego las audiencias y no volvió a aparecer en público. El sábado anterior la Oficina de Prensa vaticana se limitó a informar que “las audiencias del Santo Padre previstas para esta mañana han sido canceladas debido a un caso leve de gripe”. El domingo Francisco decidió no rezar el tradicional Angelus desde la ventana del Palacio Apostólico frente a la plaza de San Pedro y delegó la lectura del texto en uno de sus colaboradores. “Hoy no puedo hablar desde la ventana porque tengo este problema de inflamación en los pulmones”, admitió el propio Bergoglio.
Pocas horas más tarde y después de que se había difundido la agenda de Francisco en su traslado a Dubai para participar en la cumbre sobre ambiente (Cop28), las mismas fuentes anunciaron la cancelación del viaje cuya iniciación estaba prevista para el 1 de diciembre. El parte oficial habló entonces de “estado gripal e inflamación de las vías respiratorias”.
El martes, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, utilizó un encuentro con periodistas durante un evento en la Cámara de Diputados de Italia, para comentar que “el Papa está en vías de curación, solo que no quería exponerse a riesgos, esto según la indicación dada por los médicos.
“Creo que ha hecho esta elección para evitar un empeoramiento y poder recuperarse lo antes posible”, explicó Parolin a los periodistas.
La “leve gripe” de Francisco le estaba impidiendo participar de un acontecimiento mundial que él mismo ha considerado de enorme importancia. La cuestión ambiental está en el centro de las preocupaciones de Bergoglio, a tal punto que Francisco decidió, en octubre pasado y teniendo la vista la Cop28 publicar una actualización se su encíclica “Laudato si” (2015) en la que propone un modelo de ecología integral. Este año, en su nuevo texto denominado “Laudato Deum” , Francisco sostuvo que “el inmenso crecimiento tecnológico no ha ido acompañado de un desarrollo del ser humano en cuanto a responsabilidad, valores y conciencia”.
Este es tenor del discurso que Francisco quería pronunciar en Dubai el 2 de diciembre, en persona y ante los representantes de las potencias mundiales y utilizando todo el peso de su autoridad ganada en el tema y ejerciendo el poder simbólico acumulado en sus años de pontificado.
El periodista italiano Marco Politi, un importante analista de los asuntos políticos del Vaticano, escribió en Il Fatto Quotidiano del 29 de noviembre que “la ‘gripe de Francisco’ no es nada bueno. El pontífice no irá a Dubai. Los médicos se lo prohibieron. Francisco estaba muy interesado en estar presente y hablar en la conferencia climática Cop28. Una conferencia crucial, convocada para abordar la cuestión mundial de los gases de efecto invernadero, verificando la posibilidad de contener el calentamiento global a 1,5 grados”.
En los diez años que lleva al frente de la Iglesia Católica en todo el mundo, Jorge Bergoglio no canceló ningún viaje al extranjero que ya había sido anunciado. Si ocurrió que en el 2021 los problemas de movilidad le impidieron desplazarse hasta Florencia, dentro de Italia. Y ese mismo año pospuso, también por razones de salud, un viaje Sudán y la República Democrática del Congo, pero esa visita terminó concretándose finalmente en 2023.
Las noticias sobre la salud de Francisco encienden en Argentina todas las alarmas ante la posibilidad –hasta el momento no confirmada- y las expectativas de que Francisco visite el país en 2024.