La justicia condenó este miércoles a prisión perpetua a Francisco Amador (36) por el crimen de su expareja Marianela Rago Zapata, la joven de 19 años hallada asesinada de 23 puñaladas y degollada en su departamento del barrio porteño de Balvanera en junio de 2010, y ordenó su inmediata detención.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 consideró que el acusado fue el autor del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con ensañamiento y alevosía“.
Tras la lectura de la sentencia, Amador, quien había llegado al debate oral en libertad, quedó detenido.
“Hoy volvemos a vivir”, dijo segundos después de haber escuchado el veredicto condenatorio el hermano de Marianela, Matías Rago Zapata, que fue quien en junio de 2010 encontró sin vida a la joven, en el departamento 7°A que alquilaba en la calle Tucumán 2080, en la Ciudad de Buenos Aires.
Alegato de la defensa
Horas antes, en el alegato, el abogado defensor de Amador, Luis Ricca, había pedido la absolución de su defendido, al afirmar que “no existen pruebas directas” que lo vinculen con el asesinato.
“Creo que en esta causa lo único que se probó es la violencia de género”, dijo el letrado, luego de que en las audiencias previas familiares y amigas de Marianela expusieran varias situaciones de violencia física y psicológica que la joven estudiante de periodismo sufrió por parte de su expareja, a quien conoció en la ciudad fueguina de Río Grande en 2008 y con quien, según allegados, “mantenía una relación tóxica”.
Sin embargo, “eso no significa que el acusado haya sido el autor de un homicidio. Amador pudo haber ejercido violencia de género contra Marianela, pero eso no significa que sea el homicida”, señaló el letrado.
En ese sentido, mencionó las pruebas de otras huellas dactilares y perfiles genéticos que fueron hallados en la escena del crimen en una lata de gaseosa, colilla de cigarrillos y en un cigarrillo de marihuana. “Aparece una lata de gaseosa sobre la mesa que todos los testigos de la previa manifiestan que no estaba en ese momento. Había una remera XXL, colillas de cigarrillos y un porro de marihuana. En una de esas colillas, aparece el ADN de un masculino, que no es Amador, y de Marianela”, mencionó.
También “se encontró sangre en el pantalón de Marianela, que se estableció que poseía dos perfiles genéticos de origen masculino. Ninguno de esos perfiles coincide con la de Francisco Amador. Tampoco con las colillas de cigarrillos analizadas”, indicó Ricca.
Además, señaló que “no pudo establecerse” que alguno de los cuchillos encontrados en la casa de Amador fuera el arma homicida, mientras que introdujo la hipótesis de que los asesinos de Marianela fueran dos personas en lugar de una, remarcando que dicha probabilidad no se investigó en la instrucción de la causa.
Tras el alegato, Amador tuvo la posibilidad de pronunciar sus “últimas palabras”, en las que se declaró inocente. “Señores, yo no maté a Marianela Rago. Se pudo haber comprobado que existieron los hechos de violencia, pero eso no me convierte en un asesino”, sostuvo.
El alegato de la querella y la fiscalía
El lunes pasado, tanto la fiscalía -encabezada por Sandro Abraldes- como la querella desarrollaron su respectivos alegatos, donde pidieron que el imputado sea condenado a prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con ensañamiento y alevosía”.
“La persona que asesinó a Marianela dejó un mensaje. La primera parte de este mensaje está en el cuerpo de Marianela. Sintió enojo, furia y celos; eso dicen las 23 puñaladas y el degüello que sufrió la víctima”, planteó el fiscal Abraldes.
En los alegatos, la querella y la fiscalía también pidieron que se le revoque la excarcelación al acusado y se disponga su prisión preventiva.
El pedido de detención había sido parcialmente aprobado por los magistrados, quienes ordenaron que se disponga una custodia personal para Amador, complementada por un dispositivo electrónico de monitoreo, “en virtud de que el juicio se encuentra en su etapa final” y que existe “un agravamiento de la situación procesal” del acusado.
La joven estudiante de Periodismo fue hallada sin vida el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue hasta el departamento 7mo. “A” que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080 para ver si estaba bien.
Cuando Matías llegó, la víctima yacía en el piso del living. Según la autopsia, murió degollada y con 23 puñaladas realizadas mediante una cuchilla, que desapareció del cajón de la cocina de la casa.
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