El mejor amigo de Salvador Altamura, el abogado de Quilmes desaparecido y asesinado en julio de 2020, fue condenado este miércoles a prisión perpetua como autor de un crimen que se dio por probado pese a que nunca apareció su cadáver.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes condenó a Rubén Darío Dening a la pena máxima del Código Penal, como autor de un “homicidio agravado criminis causae”, es decir, para ocultar otro delito y lograr la impunidad, y de la misma manera por el “robo agravado” ocurrido también en la casa de la víctima.
Dening había sido capturado vestido con una campera de Altamura y con más de 300.000 pesos y 31.000 dólares, mientras intentaba fugarse en una bicicleta a la provincia de Entre Ríos.
Registrado previamente por unas cámaras de seguridad conduciendo la moto de su amigo, que luego descartó en las adyacencias de la Villa Itatí de Bernal, el hombre de 55 años fue reconocido además por más de siete testigos como el sujeto a bordo del rodado.
Durante el debate, el imputado aceptó declarar y trató de vincular el caso de Altamura con el comisario mayor Francisco Centurión, detenido por la desaparición de otro joven, Lucas Escalante, quien es buscado desde el 9 de diciembre pasado. Así también intentó conectar la desaparición de su amigo a problemas financieros y señaló que Altamura tenía “deudas” y que en los últimos días “estaba con miedo y se quería ir”.
Consultado sobre por qué se fugó cuando lo imputaron, Dening sostuvo que tenía miedo y que, en realidad, la plata que le secuestraron cuando finalmente lo capturaron eran “ahorros propios”.
En la última audiencia, el acusado tuvo la oportunidad de pronunciar sus palabras finales ante el tribunal, al cual le remarcó ser “inocente de todos los cargos” que se le imputan.
La condena coincidió con lo que solicitó en su alegato el fiscal del juicio, Andrés Nieva Woodgate, y el tribunal informó que los fundamentos se darán a conocer el próximo lunes 27 de noviembre a las 14 horas.
Lo particular del caso es la definición de la sentencia sin haber encontrado el cuerpo de la víctima, aunque de todas formas hay precedentes en la Argentina. Los desaparecidos en la dictadura cívico-militar o el caso de Miguel Bru, estudiante de periodismo de La Plata detenido por policías de la Bonaerense y cuyo cuerpo jamás fue hallado, son ejemplos de crímenes donde los cuerpos de las víctimas no aparecieron, pero igualmente se logró una condena.
Dening, como ya había anticipado en la audiencia anterior, no estuvo presente en la lectura del veredicto y decidió ser notificado de la decisión de los jueces en su celda del penal de Olmos del Servicio Penitenciario Bonaerense.
La jornada comenzó minutos antes de las 14, cuando en la puerta de los tribunales quilmeños llegaron los familiares de Altamura con flores blancas y carteles que fueron fijando en la fachada de la sede judicial.
“Darío Dening, ¿Dónde lo tiraste con tus cómplices?”, decían los carteles, acompañados de una imagen de Altamura con la frase “Verdad y Justicia” y un número de teléfono para que el que tenga información pueda aportar a la causa, que continúa su trámite hasta saber dónde están los restos del abogado.
Más de una docena de familiares y amigos de Altamura ingresaron, luego, a la sala de audiencias y escucharon atentamente la condena que culminó con todos ellos abrazados y con lágrimas en los ojos.
“Es un comienzo, ya lo vamos a encontrar”, se le escuchó decir a uno de los abogados que representaban a la familia Altamura.
“No podemos estar contentos, pero aliviados de la presión por la que pasamos estos tres años, y especialmente el último mes. Lo que queremos saber es dónde está mi hijo. Ha sido un proceso muy angustiante, pero esperemos con esto tener un poco de paz ahora”, afirmó la madre de la víctima, Norma Wanbold, en la puerta de los tribunales.
“Espero que en algún momento (Dening) quiera hablar y nos diga dónde está Salvador. No son muchas las esperanzas que guardo, pero deseo que podamos saber dónde está para que tenga la despedida que se merece, de la familia, amigos y sobre todo de su hija”, agregó.
El juicio por el crimen de Salvador comenzó el pasado 17 de octubre en una audiencia en la que el padre de la víctima reconoció ante el tribunal a Dening como la persona que en las cámaras se seguridad quedó registrada cuando conducía la moto de Altamura. Luego se escucharon los alegatos del fiscal, la querella y los defensores.
El fiscal de juicio consideró “fehacientemente acreditado” que el imputado mató a Altamura para robarle dinero que guardaba en su departamento, por lo que solicitó que sea condenado a prisión perpetua, tal como lo hicieron los abogados querellantes Braian Vidal, su ayudante Matías Saloña, y Ana María Pecone.
Por su parte, los defensores Matías Aquino y Nicolás Agustín Payarola Hernayes señalaron que “los hechos no están probados” y que se “construyó” una imputación falsa contra Dening, por lo que pidieron su absolución y su inmediata excarcelación.
La víctima fue vista por última vez el 13 de julio de 2020, a las 17.08, en las inmediaciones o en el galpón situado en la calle Rodríguez Peña 1210 de la localidad de Bernal, partido de Quilmes, junto al acusado Dening.
En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Santoro sostuvo que Dening “a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura”.
Para la fiscalía, luego de asesinar a su amigo, el acusado tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, ubicado en la calle 25 de Mayo 217, en pleno centro de Quilmes, donde “se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros”, propiedad del abogado.
La fiscal Santoro desdobló la causa, ya que continúa con la investigación para hallar los restos de Altamura y, desde abril del 2022, el Ministerio de Seguridad bonaerense ofrece una recompensa de entre 2.500.000 y 5.000.000 de pesos para toda persona que aporte información fehaciente para encontrar el cuerpo del abogado.