La justicia italiana emite este lunes su veredicto en el juicio a más de 300 presuntos miembros de la poderosa mafia ‘Ndrangheta, que prácticamente tiene el monopolio del tráfico de cocaína en Europa.
En total, la fiscalía reclama casi 5.000 años de prisión contra 322 acusados, entre los que hay padrinos de la mafia calabresa, subordinados y cómplices suyos, como funcionarios, políticos electos e incluso policías de alto rango.
De todas las mafias italianas, la ‘Ndrangheta es la más rica y poderosa, por delante de Cosa Nostra (Sicilia) y de la Camorra napolitana. Está radicada en Calabria, una región muy empobrecida situada en el extremo suroeste de la península italiana.
Presente en unos cuarenta países, ejerce en su región de origen una influencia asfixiante, infiltrándose y corrompiendo a la administración e imponiendo su férrea ley a la población.
Desde enero de 2021, tres jueces interrogaron durante miles de horas a testigos, incluidos unos cincuenta mafiosos arrepentidos que decidieron colaborar con la justicia, sobre las actividades de la familia Mancuso y sus asociados, un importante clan de la ‘Ndrangheta que controla la provincia de Vibo Valentia.
El “padrino” de Vibo Valentia, Luigi Mancuso, de 69 años, fue detenido en 2019 y está siendo juzgado en otro proceso.
“Silencio ensordecedor”
Este gran juicio, organizado en un búnker y en medio de importantes medidas de seguridad en la ciudad de Lamezia Terme, es el más importante celebrado contra la mafia en más de 30 años.
Entre los numerosos cargos de acusación se cuentan asociación mafiosa, tráfico de drogas, extorsión, usura, blanqueo de dinero sucio…
Ante la corte, los acusados describieron el funcionamiento violento de la ‘Ndrangheta, su influencia en la población local, la extorsión, la manipulación de ofertas de concurso público y de las elecciones, la compra de armas.
Revelaron secretos sobre escondrijos de armas en cementerios o ambulancias utilizadas para transportar drogas, y explicaron cómo se desviaba el agua municipal para regar plantaciones de marihuana.
Rocco Mangiardi, un empresario víctima de la mafia de 67 años, agradeció el trabajo de los jueces y los fiscales al comienzo de la audiencia el lunes, pero lamentó el “silencio ensordecedor” de los medios de comunicación italianos sobre este asunto y la ausencia de ciudadanos de a pie como él entre el público.
Multinacional del crimen
Quienes se oponen a la mafia son objeto de amenazas, cuando no eliminados. Hallan en el umbral de su puerta cachorros muertos o cabezas de cabra o incluso de delfín. Por no hablar de los autos incendiados o de los escaparates de comercios saqueados. Los hay que recibieron palizas o fueron blanco de disparos, y también otros que desaparecieron para siempre.
El hecho de que entre los acusados haya gerentes de empresa, alcaldes, funcionarios y hasta un policía de alto rango evidencia hasta qué punto la ‘Ndrangheta logró infiltrarse en la economía legal.
Uno de los acusados más conocidos es un abogado de 70 años, Giancarlo Pittelli, exdiputado y senador del partido Forza Italia de Silvio Berlusconi, que se expone a una pena de 17 años de cárcel por, supuestamente, haber actuado como intermediario entre el clan y la clase política.
Subestimada durante mucho tiempo, la ‘Ndrangheta se fue desarrollando discretamente durante décadas, mientras que las autoridades concentraban sus esfuerzos en la Cosa Nostra, la mafia siciliana protagonista de películas como “El Padrino”.
Precisamente, el primer macrojuicio de este tipo se organizó contra sus miembros en Palermo en 1986, y desembocó en la condena de 338 mafiosos.
Los expertos calculan que la ‘Ndrangheta, formada por unas 150 familias calabresas, produce una facturación de unos 50.000 millones de euros (unos 54.500 millones de dólares) a nivel mundial.
Con la ayuda de Interpol, Italia logró en los últimos años acorralar a las redes criminales, entrenando a las policías de todo el mundo a reconocer las actividades de ‘Ndrangheta en su territorio y a hacerles frente.
A pesar de su envergadura, los expertos no esperan que el juicio altere las actividades de la ‘Ndrangheta.
“No creo que una operación policial baste para destruir la ‘Ndrangheta”, estima Antonio Nicaso, que destaca otras prioridades: empleo, educación y cambio de mentalidad. “Eso es lo que se necesita para atacar a una organización criminal”.