Joe Biden y Xi Jinping Foto AFP
Joe Biden y Xi Jinping / Foto: AFP.

 
La reunión que mantuvieron esta semana los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, fue positiva en cuanto a que mostró “la buena voluntad de encauzar el diálogo” y la búsqueda de “construir una dinámica pacífica” en medio de tantos conflictos en el mundo, aunque no brindará una solución definitiva a las constantes fricciones entre ambas potencias, coincidieron analistas consultados por Télam.

Ambos mandatarios se vieron el miércoles cerca de la ciudad californiana de San Francisco, en su primer cara a cara en un año que tuvo lugar en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), grupo que convoca a líderes de 21 países que tienen costa en el Océano Pacífico.

Biden señaló que las discusiones que mantuvo con su homólogo fueron “productivas” y uno de los logros presentados fue el acuerdo para restablecer las comunicaciones militares cortadas el año pasado por Beijing como señal de protesta por la visita de la entonces presidenta de la Cámara baja del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, a Taiwán, isla que el gigante asiático reconoce bajo su soberanía.

“Se esperaba que la reunión mostrara la buena voluntad de ambas partes para encauzar el diálogo. Con este acercamiento se da un mensaje al sistema internacional que las relaciones se vuelven a encauzar luego de todas las controversias”, manifestó a esta agencia Raquel León de la Rosa, directora del Observatorio de la Política China, con sede en España.

Convenios bilaterales

Respecto al restablecimiento de las comunicaciones militares, destacó que es un gesto sobre un tema que genera una de “las mayores preocupaciones y especulaciones” de ambos ante “la constante tensión que existe en el estrecho de Taiwán y el mar del Sur de China”.

Los mandatarios alcanzaron también un convenio en la lucha contra el fentanilo: China aceptó tomar medidas para disminuir la producción de ingredientes que se utilizan para fabricar el poderoso opioide sintético que genera una crisis sanitaria y de muertes en Estados Unidos.

“Quiero decirle a todos que China empatiza profundamente con el pueblo estadounidense, especialmente los jóvenes, por el sufrimiento que el fentanilo les causó”, dijo Xi en un encuentro con empresarios posterior a la cita de alto nivel.

“Ya se comentaba dentro del Gobierno chino la posibilidad de generar algún tipo de acuerdo que dejara a ambas partes con un buen diálogo sobre esta temática, que genera mucha presión sobre Biden”, manifestó León de la Rosa, doctora en Relaciones Transpacíficas y profesora en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

La especialista mexicana recordó que la oposición republicana, sobre todo en el Senado, donde tiene mayoría, presiona por medidas no solo a China, sino también a México, país al que acusan de no combatir el tráfico de fentanilo que ingresa a Estados Unidos.

Ante estos acuerdos, el profesor de Estudios Asiáticos de la universidad estadounidense Hobart and William Smith, Jinghao Zhou, indicó que la cumbre “podría aportar una relativa estabilidad a las relaciones entre Estados Unidos y China durante un breve período”, aunque cuestionó que finalmente se hayan logrado “progresos reales”, tal como anunció Biden.

Es que, en su opinión, no hay garantías de que los convenios firmados se cumplan y además prevé que “la retórica empleada por ambas potencias se intensifique aún más”.

“Mantener un alto nivel de retórica es ventajoso para ambos líderes. Movilizar el sentimiento antiamericano es beneficioso para Xi a la hora de unificar China y consolidar su culto personal al poder. Del mismo modo, Biden ganaría adeptos para su campaña de reelección si pudiera demostrar su determinación de competir con China y reclamar el siglo XXI como un siglo estadounidense”, apuntó a esta agencia el autor de varios libros sobre el gigante asiático y su relación con Washington.

La cercanía con las elecciones presidenciales en Estados Unidos no es una cuestión menor, ya que eliminar las sanciones que pesan sobre empresas chinas impuestas por Washington en nombre de la seguridad nacional, o tomar cualquier medida que afecte los intereses estadounidenses en el marco de la guerra comercial, puede perjudicar a un Biden que aspira a su reelección.

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Más si se cumple lo pronosticado por los sondeos, que indican que deberá competir contra Donald Trump, que durante su presidencia confrontó directamente con China en varios frentes: aumentó aranceles, culpó al país asiático por la pandemia de coronavirus e intentó prohibir la aplicación TikTok, entre otras cuestiones.

Pese a esto, León de la Rosa destacó que el encuentro Biden-Xi demostró que ambos “quieren construir una dinámica pacífica” a sabiendas de que “cualquier tipo de acción mal ejecutada puede llevar a algún tipo de conflicto internacional donde se vean involucrados y que esto genere otro tipo de tensión y choque de bloques que ninguno quiere”.

“Esto no quiere decir que se hayan abolido todos los conflictos. En los espacios donde compiten seguirá habiendo roces, o temáticas donde no colaboren y se generen puntos de choque, pero sin llegar a una escala más compleja que remita a otro tipo de acciones”, explicó.

Una de esas cuestiones donde ninguno movió su posicionamiento es Taiwán.

En ese marco, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China informó que Xi pidió a Biden que “deje de armar a Taiwán y que respalde la reunificación pacífica de China”. “China conseguirá la reunificación y esto es imparable”, aseguró.

Biden, por su parte, le pidió a su homólogo chino “respetar el proceso electoral en Taiwán”, al hablar de los comicios que tendrán lugar en enero.

Otra muestra que los roces seguirán existiendo la dio el propio Biden, que tras el encuentro dijo que Xi “es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país comunista”.

La respuesta de la Cancillería china no tardó en llegar: “Este tipo de discurso es extremadamente erróneo y es una manipulación política irresponsable”.





Fuente Telam