“La realidad social me tiene agotada”, le dice una paciente a su psicóloga. Es que el año electoral que termina el domingo se hizo largo, maratónico, y estuvo atravesado siempre por la sorpresa. A la crisis económica se le sumó la irrupción de Javier Milei y la promesa de dinamitar todo. La angustia y la incertidumbre dominaron las consultas terapéuticas de los argentinos, una realidad que a muchos especialistas les trajo escenas de diván parecidas a las de fines de los ’90 y el 2001.
De crisis y terapias, de los 90 al presente
“En general, las crisis económicas y sociales impactan en el consultorio. Porque los argentinos tenemos incorporada la consulta psicoanalítica como una herramienta para enfrentar las crisis. En pandemia, en momentos de crisis, de grieta, actualmente, en Argentina los consultorios se llenan. Y esto tiene que ver con algo de la idiosincrasia”, comenta a Página|12 la licenciada en psicología Victoria Barrutia.
Para la especialista, “muchos psicoanalistas” consideran “la construcción del psiquismo en el marco del ámbito cultural subjetivante”. Y que por eso, en las últimas semanas, tenía la intuición de que “el consultorio iba a estar atravesado por la temática política y económica”. “Este clima de incertidumbre, de dificultad de proyección, siempre cambiante, genera un fuerte efecto intenso en el psiquismo. Y si bien los argentinos nos subjetivamos de esta manera en particular, en los últimos tiempos han sido extremos”, agrega.
Además, Barrutia, que en los años 90 trabajó de cerca con esa población a la que la sociología denominó como “nuevos pobres” —aquellos que por la políticas neoliberales fueron despojados de sus trabajos y quedaron marginados del mercado laboral—, señala que en la actualidad escucha “algo similar respecto al impacto traumático en lo social”, pero con algunos rasgos distintivos.
“Veo algo de lo traumático y la necesidad de elaborar una realidad de alto impacto. La dificultad de elaborar la intensidad que la realidad genera y la angustia de incertidumbre de dónde quedar parado. Cómo reinsertarse. En el consultorio, por ejemplo, noté que en todas las sesiones apareció la palabra incertidumbre. Apareció la angustia frente a la imposibilidad de detectar qué va a suceder. Por supuesto, eso impacta de manera distinta en cada paciente. Y aparecen recursos distintos”, dice.
De las PASO al balotaje
A esta incertidumbre que genera la crisis económica hay que sumarle los cimbronazos electorales que se dieron en las urnas. Casi nadie daba ganador a Javier Milei en las PASO, pero el candidato de La Libertad Avanza se impuso con poco margen. De igual manera, nadie pudo prever la ventaja de Massa en las elecciones generales, algo que para muchos representó un verdadero batacazo. Esto, como no podía ser de otra manera, tuvo su correlato en los consultorios.
Natalia Yasuda, docente y licenciada en psicología, asegura que en la consulta se vivió la discusión política “respecto a la ansiedad y la angustia que generaba la incertidumbre, sobre todo después de las PASO”. Para ella, “hubo una situación sorpresiva donde no se esperaba que ciertos candidatos llegaran a un porcentaje alto, y eso generó ansiedad”.
Yasuda señala además que en las elecciones generales notó “cierto alivio” en relación a cómo se dieron los resultados. “El hecho de que Sergio Massa obtuviera más votos generó expectativa de alivio y se notó un poco menos de ansiedad o de angustia, al menos”, afirma.
Ahora, a tan solo días del balotaje, la licenciada en psicología dice que “resurgió algo de la ansiedad, pero no tanto como después de las PASO”. “Yo creo que hay algo donde hay cierta, no sé si ilusión, que se puede estar generando, pero de que quizás no va a haber un cambio tan radical. Porque eso genera mucho temor. Entonces creo que hay cierta cuestión de, no te digo tranquilidad, porque sigue habiendo ansiedad, pero de que no estaba tan agudo como en las primarias”, finaliza Yasuda.
De qué hablamos cuando hablamos de política
Por su lado, la licenciada Clara Casal se refiere a otro tema clave en este asunto, que es de qué se habla cuando se habla de política. “Uno busca que el paciente se escuche a sí mismo”, comienza Casal, en relación a esta inquietud. Para la especialista, la idea es que, de haber, el paciente pueda ver que se genera alguna “contradicción”.
“No se trata de imponer o convencer al paciente, sino de que pueda escuchar sus propias contradicciones y ver qué puede hacer con eso. Me suele pasar que asumen mi posición política. No me lo preguntan. Pero hasta ahora es más lo que expresan ellos o la posición que manifiestan que lo que me preguntan. El tema es la subjetividad y cómo vive cada uno de manera distinta esta problemática del contexto actual”, añade
Y finaliza: “Es necesario que el psicoanalista deje de lado su personalidad y su persona. Uno no la pone en juego con el paciente, bajo ningún punto de vista. Ni lo político ni la transmisión de ideales ni cuestiones morales: todo eso debe quedar por fuera. Y uno de los pilares fundamentales para que eso quede por fuera es el análisis propio que permita no contaminar el espacio del paciente con cuestiones propias”.