Cuarto episodio de El significado del estilo. Columna quincenal de Federico Sargentone para GQ. Hablaremos de crítica cultural, estilo, imagen, masculinidad, entre el hipernicho y la cultura de masas.

En el tercer trimestre de 2023, Kering, el megagrupo internacional de lujo, registró pérdidas del 13% en ingresos. “Más allá de las difíciles condiciones macroeconómicas y el debilitamiento de la demanda en el sector del lujo, el cambio en los ingresos en el tercer trimestre refleja el impacto de las decisiones de elevar aún más nuestras marcas y su distribución”, afirmó François-Henri Pinault, presidente y director ejecutivo del grupo.

2023 fue el año de Lujo tranquilo, lujo silencioso, y a menudo hemos oído hablar de elegancia sencilla, prendas atemporales, estilos, formas y paletas refinadas. Para ser honesto, sin embargo, opinión personal, la mayoría de las veces los looks resultantes de esta tendencia no son nada atractivos. El lujo silencioso, en mi opinión, debe considerarse un comportamiento de consumo y no un estilo. La declaración de Pinault lo subraya perfectamente: la desaceleración de la economía nos empuja a hacer compras más racionales y no es una cuestión de estilo. El estilo no es racional, las compras sí lo son. Lo que impulsa la moda, ante todo, es la emoción.

Cuando el pensamiento racional se apodera de las emociones, la ropa pierde su encanto. Hoy en día, muchos ya no disfrutan vistiéndose ni gastando en ropa. El lujo se está transformando y pronto podría volver a ser un privilegio de una pequeña élite de clientes: el 1%. Pasamos por alto las sudaderas con el logo y nos convencemos de que un abrigo camel de alpaca y cashmere de tres mil euros es un buen negocio. Preferimos camisetas blancas de doscientos euros, sencillas pero refinadas, a blusas con estampados llamativos y escritos. lo hacemos para aparecer silencioso. Pero me pregunto: “¿Por qué alguien querría ser silenciado hoy?”. ¡El mundo en el que vivimos está lleno de contrastes, tensiones, conflictos! El silencio no es lo que deseamos. Y tampoco queremos que nos silencien ni los gobiernos, ni otras personas, ni siquiera la ropa.

¡No existe ninguna marca que pueda hacerme callar o, peor aún, silenciarme! Esto no significa que fuera del llamado “lujo silencioso” sólo haya ropa vulgar, llamativa y desagradable. Pensar así sería un gran error. La moda se transforma en estilo cuando la originalidad se fusiona con la personalidad. Y aunque los jóvenes están cansados ​​de gastar una fortuna en prendas sencillas que dentro de dos temporadas serán vistas como prendas banales, no dejan de gastar. No renuncian a comprar por encima de sus posibilidades.



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