El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó una ampliación del 50 por ciento en el monto de las cuotas que le corresponden a cada país miembro. La propuesta aún tiene que ser validada por la Junta de gobernadores antes del 15 de diciembre de este año. Desde el organismo aseguran que la medida mejorará “los recursos permanentes del FMI”. Como el aumento de las cuotas viene acompañado, en general, con la elevación del piso a partir del cual se pagan intereses por sobrecargos, el impacto sería nulo para Argentina.

Como cada quinquenio, el FMI revisará su política de cuotas. Será la número 16 desde que se creó el organismo. Por la forma que se propuso, el destino es pura y exclusivamente a aumentar el financiamiento del Fondo. A pesar del persistente pedido de China no se cambiará – por ahora- la estructura y el poder de voto de los países miembros y Estados Unidos conservará el mayor poder.

Las cuotas son los componentes fundamentales de la estructura financiera y de gobierno del organismo. Su importancia radica en que determinan la cantidad máxima de recursos financieros que un país está obligado a proporcionar al Fondo; son un factor clave que determina el poder de votos en las decisiones del FMI; el monto máximo de préstamos que puede obtener del FMI un país miembro en condiciones de acceso normal; y la participación de cada país en una asignación general de DEG.

La cuota de cada país miembro refleja en términos generales su posición económica relativa en la economía mundial. Se denominan en derechos especiales de giro (DEG), que es la unidad de cuenta del FMI. La fórmula actual se acordó en 2008, y le da particular relevancia al Producto Bruto Interno (PIB) de cada economía. De acuerdo a la estructura actual, Estados Unidos es el país que más aporta, y por lo tanto mayor poder de voto (16,05 por ciento) tiene en el FMI. Le sigue Japón (6,14 por ciento), China con 6,08 por ciento, Alemania (5,31 por ciento), Gran Bretaña (4,03 por ciento) y Francia (4 por ciento). Argentina tiene un 0,66 por ciento de poder de voto. 

Ceteris paribus

La aprobación propuesta queda en manos ahora de la Junta de Gobernadores, que suelen ser ministros de Hacienda u otras autoridades económicas de los países miembros de la institución. Las dos cuestiones principales que se abordan en una revisión general de cuotas son la magnitud del aumento global y la distribución del incremento entre los países miembros.

“Primero, una revisión general de cuotas permite al FMI evaluar la idoneidad de las cuotas en función de las necesidades de financiamiento de la balanza de pagos de los países miembros y de la propia capacidad del FMI para ayudar a atender esas necesidades”, explica el organismo en su página oficial y continúa: “Segundo, una revisión general permite incrementar las cuotas de los países miembros en función de los cambios de su posición relativa en la economía mundial”. Además, un país miembro puede solicitar un ajuste ad hoc de las cuotas en cualquier momento distinto de la revisión general.

En este caso en particular, “el aumento que proponen es pura y exclusivamente para aumentar el financiamiento. El mismo FMI explica que la estructura la revisarán recién en 2025″, asegura en diálogo con PáginaI12 la doctora en economía y autora del libro “Historia de la deuda externa argentina. De la dictadura hasta nuestros días” Noemí Brenta. Este dato no es menor, dado que China reclama una revisión de la estructura (y, por lo tanto, del poder de voto en el directorio), teniendo en cuenta el crecimiento de su PIB en los últimos años. 

Esa tarea quedará para 2025. El FMI reconoció “la urgencia y la importancia de un reajuste de las cuotas para reflejar mejor las posiciones relativas de los miembros en la economía mundial, protegiendo al mismo tiempo las cuotas de los miembros más pobres”. Por lo tanto, llamaron a que el Consejo Ejecutivo trabaje en el desarrollo, antes de junio de 2025, de “posibles enfoques que sirvan de guía para un mayor reajuste de las cuotas, incluso mediante una nueva fórmula de cuotas”.

La Junta de Gobernadores del FMI realiza revisiones generales de cuotas, por lo menos, cada cinco años. La más reciente (decimoquinta revisión general de cuotas) concluyó en 2020 sin un aumento de las cuotas. El último aumento se acordó en el marco de la decimocuarta revisión, que concluyó en diciembre de 2010 y entró en vigor en enero de 2016. La revisión del 2010 incluyó reformas en la estructura de gobierno del FMI. La decimosexta revisión “está en curso y se prevé que concluya a mediados de diciembre de 2023”, explica la página del FMI.

El impacto en Argentina

Si la Junta de Gobernadores considera que se precisa un aumento, deberá determinar el monto general (la junta directiva recomienda un 50 por ciento). La aplicación puede tardar varios años, teniendo en cuenta que toda modificación de las cuotas tiene que ser aprobada por un 85 por ciento del total de los votos, y la cuota de un país miembro no puede ser modificada sin su consentimiento. 

En el caso de Estados Unidos y Argentina, esta aprobación tiene que pasar por el Congreso y luego el presupuesto debe asignarle los fondos. Es que, una vez aprobada por la Junta, cada país debe cancelar la diferencia de la cuota. Si fuera del 50 por ciento, Argentina debería pasar de los 3187,3 DEG iniciales a 4780,5. Al valor actual del DEG, debería aportar 2095 millones de dólares. Como referencia, la aprobación del 2010 tardó más de cinco años en aprobarse porque el Congreso de Estados Unidos, país que tiene un 16 por ciento de los votos, se negaba a aprobarlo. 

Para el caso argentino, la modificación podría impactar reduciendo la cantidad de sobrecargos de interés que paga por el crédito vigente, ya que al aumentar la cuota se reduciría el cupo en infracción. Sin embargo, el historial no acompaña: es que el aumento de las cuotas viene acompañado, en general, con la elevación del piso a partir del cual se pagan intereses por sobrecargos. Por lo tanto el impacto sería nulo para Argentina.



Fuente-Página/12