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La presencia del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen en una marcha contra el antisemitismo en Francia convocada para el próximo domingo dividió a la clase política, en pleno recrudecimiento de la tensión por el conflicto en Medio Oriente en el marco de la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas.

El presidente Emmanuel Macron apuntó contra quienes “pretenden apoyar a nuestros compatriotas de confesión judía confundiendo el rechazo a los musulmanes con el apoyo a los judíos“, en una alusión a la extrema derecha, sin indicar si participará en la marcha, al dar un discurso ante el Gran Oriente de Francia, la principal orden masónica de Francia.

Asimismo, señaló que el antisemitismo estaba “resurgiendo en las palabras y en las paredes sin miedo ni vergüenza“.

“La República no transige y no transigirá. Y seremos implacables frente a los que promueven el odio“, advirtió, citado en el diario francés Le Figaro.

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“RN no tiene cabida en esta manifestación”, indicó este miércoles el vocero del Gobierno, Olivier Véran, que confirmó la presencia el domingo de la primera ministra centrista, Élisabeth Borne.

El portavoz dijo que se trata de “una manifestación en la que todo el mundo tiene derecho a participar“, pero se opuso a la presencia del partido ultraderechista, informó la agencia de noticias AFP.

La fuerza oficialista Renacimiento, así como la oposición de izquierda, habían expresado su malestar por tener que marchar junto al partido heredero del Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen, condenado por la justicia en más de 20 oportunidades por sus comentarios antisemitas.

Ese dirigente llegó a decir, por ejemplo, que las cámaras de gas del nazismo eran sólo un “detalle” dentro de la historia, lo que le valió una condena en los tribunales.

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Ahora, tanto su hija, la excandidata presidencial Marine Le Pen, como el líder de RN, convocaron a sus seguidores a manifestarse para expresar el “rechazo absolutamente total” al antisemitismo.

“El apoyo a nuestros compatriotas de confesión judía no debe dar lugar a ambigüedades”, dijo Marine Le Pen en la radio RTL, donde aseguró que su partido “se separó” del pasado de su padre y llamó a militantes y simpatizantes a manifestarse.

Desde que en 2011 tomó las riendas del FN, rebautizado RN, la líder ultraderechista se esfuerza por borrar la imagen extremista del partido. Presente en el balotaje en las elecciones presidenciales de 2017 y 2022, los sondeos la ubican de nuevamente en un hipotética segunda vuelta en 2027.

Tanto el partido del presidente Macron como los ecologistas, comunistas y socialistas indicaron que participarán, pero no al lado de RN. La Francia Insumisa, formación del líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, no acudirá a la cita.

Los presidentes de la Asamblea Nacional (Diputados) , Yaël Braun-Pivet, aliada del presidente francés, y del Senado, Gérard Larcher, de Los Republicanos, convocaron a esta marcha y dijeron que confían en “unir a la nación contra los portadores del odio”, después de que en las últimas semanas se hayan registrado “más de 1.000” actos antisemitas en Francia.

El impacto de la guerra en Gaza

El 7 de octubre, comandos del grupo islamista palestino Hamas ingresaron a Israel y mataron a más de 1.400 personas.

Israel respondió con mortíferos bombardeos e incursiones terrestres sobre la Franja de Gaza que mataron a más de 10.500 personas, además de sostener desde el 9 de octubre un constante asedio sobre el enclave palestino donde viven más de dos millones de personas.

Desde entonces, el ambiente es tenso en Francia, donde viven las comunidades judía y árabe-musulmana más importantes de Europa y que, en el pasado, ya se ha visto sacudida por las repercusiones del conflicto en Medio Oriente.

El partido de Mélenchon, que rechaza manifestar por la presencia de la ultraderecha, es objeto especialmente de críticas por su negativa a calificar a Hamas como grupo “terrorista”, aunque denuncia su ataque como crímenes de guerra.

Desde el recrudecimiento de la violencia se organizaron varias protestas en distintas ciudades de Europa para marchar a favor de Israel, en algunos casos, y de Palestina en otros.

En ese contexto, el primer ministro británico, Rishi Sunak, calificó este miércoles de “provocación y falta de respeto” una manifestación propalestina prevista para el sábado en Londres, día de conmemoración del armisticio de la Primera Guerra Mundial, aumentando la presión sobre la Policía, que se niega a prohibirla.

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A pesar del llamamiento de las autoridades a cancelar esta manifestación, los organizadores han mantenido la convocatoria de la marcha, en la que se espera que participen miles de personas, para exigir un alto el fuego en la Franja de Gaza, bombardeada por el ejército israelí desde el ataque del 7 de octubre.

Sunak dijo que responsabilizaría al jefe de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, de cualquier exceso.

El martes por la tarde, el jefe de la Policía afirmó que la marcha no podía anularse en este momento porque “las informaciones sobre posibles disturbios graves este fin de semana no alcanzan el umbral necesario para solicitar una prohibición“.

Mientras tanto, “haremos todo lo posible para que (los eventos previstos para este fin de semana) se desarrollen sin perturbaciones”, insistió el jefe policial en un mensaje en X (antes Twitter).

La Policía ha llevado a cabo decenas de detenciones en las anteriores manifestaciones propalestinas, que congregaron a miles de personas, en general pacíficamente.

La ministra del Interior, Suella Braverman, calificó estas manifestaciones de “marchas del odio”.





Fuente Telam