El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, llegó este sábado a Montevideo desde EE.UU. y fue directo a la residencia presidencial a reunirse con los socios de su coalición de gobierno para enfrentar el temporal político en el que está atrapado por la concesión exprés de un pasaporte al narco que estuvo preso en Dubái. A la salida de la reunión, anunció que aceptó las renuncias del ministro del Interior, Luis Alberto Heber; la de su subsecretario, Guillermo Maciel; y la del asesor del Presidente, Roberto Lafluf, quien había solicitado que la subsecretaria de la Cancillería –Mariana Ache– eliminara mensajes relacionados al narcotraficante.
En su monólogo de apertura en la conferencia, Lacalle Pou intentó mostrarse muy relajado y arrancó diciendo que tiene la “íntima convicción de que Guillermo Bustillo y Carolina Ache –ya renunciados de antemano— no tienen responsabilidad legal” sobre la acusación de beneficiar al narco. Dos veces aclaró que estaba muy cansado y se escudó por posibles inexactitudes en la información.
Luego reconstruyó de memoria algunos diálogos suyos con Ache –los había rescatado de su celular— y dijo que a fines de octubre, él le había pedido a su asesor de imagen Lafluf –a quien desligó especialmente de toda responsabilidad por no ser funcionario— que se juntara con Ache y el subsecretario de Interior, Heber. En dicha reunión, Ache había planteado que había que presentar ante la Justicia los documentos que la misma reclamaba. Según Lacalle Pou, su instrucción había sido “que se presente todo”.
El argumento más singular expresado por el presidente fue sobre su participación en dicha reunión, donde se habría tratado la repercusión y el reclamo legal del trámite por el pasaporte exprés: “sí, estuve en la reunión, dos minutos, saludé”. Aclaró que acostumbra hacer esas cosas porque la oficina le queda cerca: “pedí que se convoque. Estuve, pero no participé”.
Sobre la anterior renuncia del Ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, dijo que se la aceptó porque el sospechado “quería dejar liberado al gobierno”. Y en concreto, dijo que ahora “se abre una causa, sabrán defender su honor”.
Las preguntas incómodas
En la rueda de prensa, un periodista preguntó si había una crisis institucional, a lo que Lacalle Pou respondió que se trababa más bien de un problema político “que tiene una solución política”. Para él, una crisis política sería otra cosa, como lo fue en el pasado la renuncia de un vicepresidente. Aunque dijo que las comparaciones eran odiosas y que todo era una cuestión semántica, sin mucha importancia. También aclaró que su gobierno nunca ocultó información sobre el caso y que el “gran problema fue la falta de comunicación entre ministerios”.
Sobre el hecho concreto de la emisión del polémico pasaporte, Lacalle Pou fue enfático: el mismo “debió haber sido dado sí o sí, según la ley”. Y es en este punto donde las contradicciones salen a la luz porque en la interpelación que hizo el Frente Amplio en el parlamento, funcionarios del gobierno habían declarado que no sabían quién era el narco Marset.
El mismo Bustillo dijo que no sabía quién era Marset. Ante la pregunta de un periodista sobre si al presidente le constaba que se ocultó información en el parlamento, este respondió que “sabiendo quien era (Marset), había que darlo. Nunca dije que se ocultó información. Eso lo dice el Frente Amplio y lo dirá la Justicia”.
La última pregunta de la rueda de prensa volvió a insistir sobre el tema de que si Bustillo, Ache y Maciel no tienen responsabilidad alguna, entonces quién la tendría. Pues el presidente recurrió a su argumento circular: “no había otra chance, fuese narco u otra cosa, según el reglamento”, había que otorgar el pasaporte. Y terminó su exposición remarcando que en Uruguay existen una institucionalidad y una justicia activa con un proceso abierto y “en breve habrá una decisión; tengo la tranquilidad de que actuarán en el marco de la ley, aunque no me guste que Marset tenga un pasaporte”.
Las críticas del senador
El senador del Frente Amplio, Alejandro Pacha Sánchez, criticó el discurso del presidente con dureza: “Lacalle Pou comunicó que aceptó cuatro renuncias de altos jerarcas públicos donde se dice que no cometieron nada ilícito, ni ninguna falta de gestión. Hay una enorme incongruencia al aceptar las renuncias y decir ´acá no pasó nada´. Lacalle Pou se perdió la oportunidad de ser honesto con el pueblo uruguayo, esperábamos una investigación a fondo para llegar al hueso, no solo renuncias; está demostrado que hubo reuniones para ocultar pruebas, para mentir al parlamento, que hubo comunicaciones entre ellos donde se demuestra claramente que había conocimiento de que Marset era un narco pesado y peligroso. Fiel a su estilo campechano, habló de hechos secundarios, pero no se refirió a los temas de fondo, como que él mismo encomendó hacer una reunión a su asesor Lafluf –quien no tendría poder, pero podía convocar a dos subsecretarios a una reunión en la Torre Ejecutiva–, a dónde el presidente solo pasó a saludar. Ache dijo que en esa reunión se estaba solicitando borrar la prueba (los chats). Y nada dice el presidente sobre que Lafluf consiguió el expediente de Cancillería y eliminó la entrega de esos chat que ya había realizado Ache. Y tampoco emitió opinión sobre el proceder de esos funcionarios que se reunieron para mentirle al parlamento, que se organizaron para hacer que desaparezca un celular (“hacé que se te perdió”, le dijeron a Ache). También dijo que cualquier uruguayo en el mundo puede pedir un pasaporte, aun siendo narco. Pero no dice por qué fue exprés y estuvieron tan apurados en hacerlo y entregarlo”.
La opinión de la diputada
En diálogo con Página/12, la diputada por el Frente Amplio, Cristina Lustemberg, declaró que “estamos en una situación extremadamente compleja, una situación atípica para nuestro país. Es un escenario de profunda crisis política que nos debe poner en alerta a todos y todas, requiere una acción inmediata del Gobierno en coordinación con la oposición, efectiva y radical. Si no llegamos a una situación de crisis institucional, se debe a la fortaleza de las instituciones y la calidad democrática de nuestro país, y porque la oposición ha tenido un comportamiento extremadamente responsable para preservar las instituciones y la gobernabilidad. Sin embargo la información conocida de estos últimos días donde ministros, subsecretarios, policías y asesores tomaron la decisión de mentirle al parlamento respecto a la información que manejaban del narcotraficante Marset, es gravísima. A ello se deben agregar además las recomendaciones de un ministro a su subsecretaría para que pierda un celular que contenía información que ponía en evidencia que se le había mentido al parlamento. Es decir, hubo una decisión de engañar al parlamento y de mentirle a la ciudadanía. El presidente va a tener que aclarar ante la ciudadanía su responsabilidad, no solo por elegir a sus asesores, ministros, subsecretarios y demás cargos políticos, sino de permitir un comportamiento que hoy es claramente sistemático de desorden de corrupción y de mal manejo de la cosa pública”.
Consultada sobre la curiosa declaración del presidente sobre la reunión –“estuve pero no participé”–, Lustemberg dijo: “no tenemos por qué no creer lo que dice el presidente, pero preocupa que si pidió (como dijo él) que se convocara la reunión, luego de la misma no recibiera la información de los temas y cuestiones que se trataron allí”.