Desde Santiago de Chile

Paredes escritas, calendarios tachados y una carga de energía muy fuerte se siente al ingresar por la escotilla 8 del Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago. El primer centro deportivo de Chile fue el primer centro de detención y tortura en el cual hubo entre 30000 y 40000 prisioneros. Este escenario, que durante quince días fue protagonista de los Juegos Panamericanos, funcionó como lugar de detención y tortura desde el día siguiente al golpe de las fuerzas armadas al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Si bien solo fueron dos meses en los que funcionó como centro de detención, en el imaginario colectivo quedó la sensación de que fueron años.

¿Por qué sólo se utilizó dos meses? Debido a una decisión de la FIFA. Chile y la Unión Soviética debían jugar el repechaje para clasificarse al Mundial de fútbol de Alemania ’74. La ida fue 0-0 en Moscú. El vuelo de la selección chilena había sido el primero autorizado por la dictadura militar. La vuelta debía jugarse el 21 de noviembre de 1973, la FIFA sabía lo que ocurría en el país del sur y días antes había realizado un reconocimiento del estadio que fue aprobado con una condición: que no hubiera prisioneros al momento de jugarse el partido. Este motivo derivó el traslado de los detenidos a otros centros el 9 de noviembre de aquel año. Con conocimiento de lo que ocurría en el país trasandino los soviéticos se negaron a jugar el partido en la ciudad chilena, por lo que quedaron afuera de la cita mundialista. El partido se jugó igual con público, pero sin rival. Chile comenzó el partido y Francisco Valdez marcó el famoso “gol de la vergüenza” y se clasificó al Mundial por el “abandono” de la Unión Soviética.

Los hermanos Tormen

Sergio, Richard y Peter Tormen eran tres ciclistas chilenos. Sergio había representado al país en los Juegos Panamericanos de Cali 1971, Richard fue campeón panamericano en San Juan 1979 y Peter fue el ganador de la Vuelta Ciclista de Chile en 1987, en plena dictadura. El 20 de julio de 1974 Sergio y Peter fueron detenidos por la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) en el taller de bicicletas donde trabajaban y fueron trasladados al centro Londres 38. Peter, de 15 años, fue liberado en pocos días, Sergio nunca apareció. Los organismos represores borraron su partida de nacimiento para simular que nunca había sido detenido, pero la familia Tormen enseguida refutó esa información. 

Erasmo López Avila es un periodista que estuvo presente el día que Peter ganó la Vuelta Ciclista: “Cuando los periodistas le preguntaron en la televisión a quién dedicaba su triunfo él dijo a su hermano desaparecido”. Lo más curioso según López Ávila fue que tanto en la televisión como los diarios publicaron la noticia al día siguiente, en ese contexto dictatorial. En abril de este año el velódromo, que funcionó como centro de tortura específico dentro del Estadio Nacional, fue rebautizado como “Sergio Tormen Méndez”.

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro

Desde el espacio Sitio de Memoria del Estadio Nacional se planteó la necesidad de marcar un hito en los Juegos Panamericanos, a 50 años del golpe de Estado. Ese hito fue en el momento más importante de la ceremonia de apertura cuando apareció la llama panamericana a cargo de la nadadora Kristel Köbrich desde el único sector del estadio que quedó original de aquella época: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro” se lee en las únicas gradas que quedaron originales después de su refacción en 2009.

Desde el espacio Sitio de memoria de Estadio Nacional se realizan dos recorridos diarios dentro del recinto a los lugares que fueron recuperados y que funcionaron como prisión para los detenidos por la dictadura chilena: el coliseo central, la piscina en la que dormían las mujeres y la escotilla 8 donde ingresaban a los prisioneros.

De los 1132 centros de tortura y exterminio que han funcionado en Chile, esta corporación ha recuperado 57. En el 2009 se recuperó la escotilla 8 con el decapado mural, donde se pueden ver los escritos de los prisioneros de aquel entonces y en 2014 se creó la corporación del Sitio de Memoria del Estadio Nacional que se encarga de recuperar los lugares donde ocurrieron las mayores atrocidades de la dictadura chilena. El Estadio Nacional se declaró monumento histórico para que no se pudieran hacer modificaciones estructurales en los espacios de memoria. En la piscina, donde estaban cautivas las mujeres, ahora está lleno de escritos de las prisioneras. También hay carteles actuales de todas las nacionalidades y uno en la entrada a los vestuarios que dice “NUNCA MÁS”.



Fuente-Página/12