¿La primera eyaculación del hombre puede producir un embarazo? ¿La sífilis se puede prevenir? ¿Qué es una persona trans? Las preguntas son parte de La Carrera de la Sexualidad, un juego de mesa que hicieron estudiantes de la escuela secundaria Nº 33 de Los Polvorines, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas, y lo exhiben, con orgullo, en la primera Muestra Interregional de ESI y Juventudes, organizada por la provincia de Buenos Aires. El encuentro es en un polideportivo de ese distrito, con la participación de medio millar de pibes y pibas, en 94 stands y acompañados por más de un centenar de docentes de 70 colegios, de gestión pública y privada, de varios partidos de la zona oeste del conurbano. Un recorrido por los distintos stands confirma lo revolucionaria que es la ESI.

–¿Para qué te sirvió hacer y jugar a La Carrera de la Sexualidad? –le pregunta esta cronista a Lucía Gómez, de 18 años.

–Aprendimos mucho. Una piensa que sabe pero no es así. Jugando nos fuimos informando –dice la adolesente.

La muestra permite espiar, de alguna forma, lo que está sucediendo en las aulas con la ESI en la provincia de Buenos Aires, la única que cuenta con una Dirección de Educación Sexual Integral –se creó el año pasado–  y a cuyo frente está Mirta Marina, la misma funcionaria que condujo el Programa Nacional de ESI hasta 2021, creado a partir de la sanción de la Ley de ESI –a Nº 26.150–en 2006. Marina estuvo en la trinchera durante el gobierno de Mauricio Macri, que deliberadamente desfinanció el Programa, y entre otras medidas dejó de capacitar docentes.

“Los logros de estos dos últimos años se expresan en acciones concretas: se han designado más de 400 personas en las 25 regiones educativas para el fortalecimiento territorial de la ESI en una provincia de 307 mil kilómetros cuadrados; capacitación a más de 60.000 docentes de 12.000 escuelas tanto presencial como virtual; compra de libros para garantizar la presencia de la ESI en las bibliotecas y las aulas de las escuelas bonaerenses, y a la brevedad haremos el lanzamiento de una biblioteca específica destinada a todos los niveles y modalidades del sistema educativo bonaerense”, contó a Página 12 el ministro Alberto Sileoni, titular de la Dirección General de Cultura y Educación. Sileoni jugó un rol clave para implementar la ESI desde Nación durante los gobiernos kirchneristas.

El encuentro, organizado por las direcciones de ESI y Educación Secundaria de la provincia, se hizo el miércoles 25 de octubre en el Polideportivo Braian Toledo, de Los Polvorines, frente a la Plaza Mujeres Latinoamericanas. En la apertura, el jefe de Gabinete de la DGCE, Pablo Urquiza, enfatizó que la ESI es una “política pública” del gobierno bonaerense.

“Estamos contentas porque han venido muchas escuelas privadas que trabajan la ESI. Aunque falta todavía mucho, es bueno mostrar lo que está bien. Es importante el nivel de participación juvenil. Sus voces se hacen escuchar cada vez más”, dijo a este diario Marina.

En una ronda, integrantes de centros de estudiantes se van pasando el micrófono para contar sus experiencias. Entre chicos y chicas está el jefe de Gabinete de la DGCE. Un alumno toma la palabra. Es de una Escuela Técnica Javier Tapie, de General Rodríguez. Cuenta que organizaron el Departamento de Género y Sexualidad a partir de que un chico “se sentía discriminado por su orientación de género”. “Antes no se hablaba del tema. Ahora él se está por graduar”, destaca. Le pasa el micrófono a una compañera, encargada del Departamento de Género y Sexualidad del Centro de Estudiantes: “Descubrimos que hay mucho machismo en las familias, que no les permite hablar de ciertos temas. Te cruzás con chicos de 16 o 17 años que no saben de métodos anticonceptivos porque no lo hablan en sus casas”, dice y cuenta que todavía en las escuelas técnicas hay apenas 4 o 5 mujeres por curso, como en el de ella, y algunas, revela, ni siquiera tienen baño para ellas. “Hay mucho acoso sexual en las escuelas técnicas. Es algo que hay que trabajar”, agrega. Tiene 17 años. Un adolescente de otra escuela cuenta que organizan charlas de prevención del bullying y del suicidio, entre otros temas, y una profesora le comentó que en ese espacio le había escuchado la voz a uno de sus alumnos por primera vez.

Joel González, de 12 años, está en el stand de la secundaria Nº 6 Leopoldo Marechal, de Hurlingham: cuenta que trabajaron sobre los estereotipos sociales, de belleza, de género y que él hizo el juego “Derribando estereotipos”, con los cilindros que quedan cuando se acaba un rollo de papel higiénico. En cada uno puso distintas palabras o frases que se suelen usar para descalificar a otra persona: fea, gorda, bruto, no podés, tonta… Joel toma una pelotita de plástico, y la arroja, contra los cilindros. y los va volteando. “No se trata de ser todos iguales sino de aprender a respetar las diferencias”, dice uno de los carteles del stand.

–¿Por qué te enganchaste con este tema? –le pregunta esta cronista.

–Por el sentimiento que sentís cuando te tratan mal.

Alumnas y alumnos de la Escuela La Salle del partido de San Martín presentan un podcast sobre los distintos tipos y modalidades de violencia de género. “Hablamos del tema en distintas materias”, cuenta Jade, de 15 años. En teatro, por ejemplo, hicieron caracterización de personajes, de víctimas y victimarios. En el stand muestran las fotos donde se los ve maquillados, con ojos morados, con heridas sangrantes. También cuenta que trabajaron con fotografías, que ellxs mismos sacaron, los distintos sentimientos, “si estás feliz, si estás enojado, si estás sorprendido…”, cuenta.

Los temas en los distintos stands son diversos: el uso del celular y las redes, la prevención del grooming y el resguardo de la intimidad, las diferencias entre sexo, género e identidad, la ley de cupo trans, los métodos anticonceptivos, la violencia machista, la menstruación, el bullying, son algunos de los que más se repiten. Hay juegos de mesa, ilustraciones, carteles. Uno dice: “El machismo no va más”. Otro, “Mi discapacidad no quita mi sexualidad”. Hay afiches con preguntas y respuestas: “Mi pareja quiere que hagamos algo que no me gusta y creo que no me siento bien ¿Qué hago?”, dice uno y luego enumera acciones frente a esa situación. “¿Cómo funcionan las pastillas anticonceptivas? ¿Cuáles son los plazos de sus efectos”, dice otro afiche. Algunos explican qué es el sexting o cómo prevenir el bullying. También se ven violentómetros o escalas de violencia, para identificar si se está en una relación de pareja violenta.

En el stand del Instituto San Nicolás, de Polvorines, Alexia, de 16, muestra varias cajas, cada una tiene un cartel: “cuerpo”, “derechos”, “diversidad”, “género”,”afectividad”. Ofrece sacar un papelito de alguna. “El amor no debe doler. Si no estás cómodo en una relación no debés quedarte”, dice una de las frases que esta cronista encuentra en la que se identifica como “afectividad”.

“La ESI es un derecho y te abre la cabeza. Contanos en qué te gustaría que nos guíe para la vida cotidiana dentro y fuera de la escuela”, propone otro cartel colgado de una cabeza de telgopor con una bandana, en el stand de la EESN 13 Rodolfo Walsh, de José C. Paz. Brisa, de 17, cuenta que en el Taller de Producción de Lenguaje escribieron microrrelatos. “Me gustó porque te podés expresar de forma anónima y pude contar lo que me pasaba”, dice. Estudiantes del Instituto Evangélico Luis Siegel llevaron una mochila que se observa llena y cargada para “poner el peso que querés soltar” y ofrecen papelitos para pegarle encima: “No me siento cómodo con mi género”, “No me siento conforme con mi cuerpo”, “Dejar de querer tener un cuerpo distinto”, “Que me jodan por con quién me relacionaba”, “Mi inseguridad”, son frases que le fueron pegando.

Mientras chicas y chicos exhiben sus trabajos, en un salón del piso superior del polideportivo, una veintena de docentes participan de un taller con Mariela Jungberg y Victoria Pombo, autoras del libro Sexualidades y géneros a través de dinámicas participativas, que propone 30 juegos y actividades para la ESI con adolescentes, jóvenes y adultxs (Ediciones Novedades Educativas), publicado en 2022. La provincia compró ejemplares para referentes regionales y distritales de ESI. En varios stand se reconocen algunos de los juegos que propone el libro. Jumberg es gestora cultural, psicóloga social y psicodramatista. Pombo es socióloga, diplomada en ESI.

“Nos basamos en un libro de técnicas participativas para una educación popular, de la década del ‘70. Nos dimos cuenta de que había mucha teoría sobre la ESI pero pocas propuestas lúdicas para trabajarla en las aulas. Las docentes no juegan”, cuenta Jungberg. Y explican que el juego aliviana temas que pueden incomodar, permite bajar barreras y aprender de otra manera. “Es una metodología que involucra al cuerpo y a las emociones”, dice Jungberg. “Con Milei y en un contexto de una derecha posible gobernando, se está poniendo en riesgo la ley conquistada”, advierte Pombo.

En la muestra participaron escuelas de Hurlingham, San Martín, Tres de Febrero, Ituzaingó, Morón, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Moreno, San Miguel, General Rodríguez, Luján, Marcos Paz, Navarro, Mercedes, Giles, Suipacha, Las Heras y Cañuelas. Como decía uno de los carteles, ubicado a la entrada del polideportivo, con letras blancas y fondo verde “Con la democracia hay derechos. Con los derechos hay ESI”. 



Fuente-Página/12