La plaza financiera volvió a vivir una semana sumamente agitada, la segunda consecutiva de violentos cambios de cotizaciones y composición de activos en las carteras de los inversores. Y como en los movimientos de capitales especulativos tuvo mucho que ver el factor político, sucedió que los saltos en esta semana fueron exactamente en sentido contrario a los ocurridos la semana anterior. Si hasta el viernes 20 de octubre hubo una migración de los capitales hacia los activos en dólares, esperando que un eventual triunfo de Javier Milei en las urnas el 22 propiciara un salto a la estratósfera del valor de la divisa, esta semana la diferencia de casi siete puntos en los votos a favor de Sergio Massa tuvo el efecto exactamente contrario: una búsqueda desesperada por “desarmar las posiciones en dólares” y salir del casillero de las apuestas muy altas a una megadevaluación.
Lo concreto es que los inversores y especuladores que jugaron mucha plata a la alternativa Milei antes del 20 de octubre, esta última semana deben haber contabilizado fuertes pérdidas. Sólo en el mercado del “dólar futuro”, el Rofex en la jerga bursátil, una estimación hecha por el especialista en mercados y políticas financieras Alejandro López Mieres, calcula en alrededor de 238 mil millones de pesos la pérdida de los que apostaron en la semana anterior a un salto del dólar oficial.
El 20 de octubre, la cotización del dólar a término para fines de diciembre llegó a 812 pesos. Esto es, que alguien del sector privado, compraba contratos apostando a ese valor para el 31 de diciembre. Si el dólar oficial mayorista (el que hoy está congelado en 350 pesos), superaba ese valor a esa fecha, ganarían la diferencia. Si llegaba a un valor menor, perderían pagando la diferencia. La contrapartida en estas apuestas de mercado abierto es, normalmente, el Banco Central.
Es decir, que hubo quienes apostaron a una megadevaluación del dólar oficial del 130 por ciento como mínimo, ya que la expectativa era ganar con una dedvaluación aun mayor. Una decisión política posible de imaginar si se esperaba que el 10 de diciembre asumiera Javier Milei la presidencia. A eso apostaron.
Pero los resultados de las elecciones del domingo deben haber desalentado esas expectativas, al punto que muchos vendieron apuradamente esos contratos y el precio del dólar futuro se derrumbó. El Este viernes 27, la cotización del dólar al cierre de diciembre, que una semana antes estaba a 812, cayó a 608. El dólar futuro a junio de 2024, que el viernes 20 llegó a 1530, este último viernes bajó a 1105,30. Y seguían bajando.
Quienes en la semana anterior habían comprado esos contratos o apuestas a futuro, ahora los revendían pagando la pérdida parcial, para no pagar una pérdida mayor mientras sigan cayendo. La contraparte, nuevamente, es el Banco Central, que a través de sus intervenciones de mercado abierto le permite estimar a López Mieres una pérdida de estos sectores, por las operaciones realizadas entre lunes y jueves, de 238 mil millones de dólares. Y una ganancia, en contrapartida, del Banco Central del mismo valor. En tan solo una semana.
Pulseada ganada
López Mieres, investigador del IPyPP, instituto especializado en el seguimiento de políticas públicas, ya había advertido antes de las elecciones por los movimientos especulativos y la búsqueda de dolarización de carteras de importantes inversores en la plaza local, inclusive entidades financieras.
“No había otra explicación que no fuera la especulación con un escenario de devaluación brutal. Se veía claramente en el mercado del dólar futuro, y ahí el Banco Central jugó bien sus cartas, aunque limitadas porque quedó muy cerca del tope de intervención que le fijó el FMI. Pero era la única contrapartida contra quienes apostaban a la suba del dólar, sobre todo con grandes volúmenes en plazos cortos. y terminó ganando la pulseada”.
Otros resultados similares, aunque difíciles de cuantificar, seguramente se dieron en el mercado de acciones o de bonos, o el de divisas (blue, dólar MEP y contado con liqui) donde hubo otras apuestas con similar grado de audacia y costo, para pasarse a “activos en dólares” abandonando, “a precio de remate”, los activos en pesos, para esperar las elecciones del domingo último viendo sus carteras de inversiones teñidas de verde. Semejante demanda hizo subir mucho los precios de esos activos demandados por los especuladores hasta el día 20, que se desinflaron aceleradamente esta semana cuando esos mismos inversores salieron a venderlos.
Megadevaluación sí, pymes no
En ese marco, resulta curioso que este sábado Emilio Ocampo, elegido por Milei como su presidente del Banco Central con la misión de dinamitarlo, haya expresado justamente una durísima crítica a la autoridad monetaria, por haber asumido una decisión a favor de las empresas pymes, a su criterio, demasiado riesgosa y, eventualmente, muy costosa frente a “una potencial futura devaluación”.
La medida que cuestiona Ocampo es que el Banco Central, para que los importadores pymes de insumos o productos no se perjudiquen con las demoras de la propia entidad en liquidar los dólares a valor oficial, les permitirá constituir un depósito a la vista remunerado por la viariación del dólar oficial (dolar linked) desde el momento de despacho a plaza de la importación hasta la fecha de efectiva liquidación. De este modo, las pymes tendrán cobertura ante cualquier variación cambiaria entre dicha fechas.
¿Qué es lo que critica Ocampo? “Esta decisión debilitará aun más la ya frágil situación patrimonial del BCRA y condicionará el margen de acción de las autoridades que asuman el 10 de diciembre de 2023. Además, se trata de un privilegio para unos pocos que se financiará con mayor emisión monetaria y, consecuentemente, con mayor inflación”, dijo el economista convocado por Milei.
En realidad, la decisión en favor de las pymes no debería preocupar tanto a Ocampo, teniendo en cuenta los extraordinarios beneficios que obtuvo el Banco Central en la última semana gracias a la desafortunada decisión de especuladores que, siguiendo las recomendaciones de La Libertad Avanza, se desprendieron antes de las elecciones de sus tenencias en pesos y esperaron confiados la llegada al poder de los mentores de la brutal megadevaluación, como paso previo a la dolarización.
En definitiva, el mal consejo de LLA a la que los capitales especulativos respondieron, dotaron al Banco Central de fondos suficientes si hicieran falta para garantizarle a las pymes el pago de sus importaciones. Quizás no haga falta, mientras la amenaza de una megadevaluación se vaya disipando.