Este lugar es una auténtica institución en la Butte Montmartre desde hace casi 30 años. A un paso del Sagrado Corazón, Envoltura L’Atelier, es uno de esos lugares que ha tenido varias vidas. Al frente de esta empresa familiar estaban primero los padres, Leyla y Metin Aygun, que abandonaron su Turquía natal a finales de los años 80 para establecerse en Francia y crear su propio restaurante, antes de que sus tres hijos decidieran unir fuerzas para tomarles el relevo. Después de crecer entre las cocinas, es hoy con sus dos hermanos donde Yeliz Aygun trabaja para perpetuar el patrimonio familiar sin distorsionar el alma de este lugar lleno de recuerdos.
Para darle nueva vida y modernizarlo sin perder su autenticidad, Yeliz simplemente decidió inspirarse en sus orígenes para ofrecer una cocina tradicional del extremo sureste de Turquía. Después de varios meses de trabajo, para dar una nueva identidad a este comedor acogedor y sencillo, el kebab de sus padres se convirtió en un auténtico templo del dürüm. Esta especialidad de la comida callejera kurda da prioridad a los ingredientes frescos, caseros y elaborados in situ con el mayor respeto por las tradiciones culinarias.
En L’Atelier Dürüm, sin patatas fritas ni salsas, ¡los dürüms se bastan por sí solos!
Los dürüms en versión L’Atelier Dürüm son sólo tres ingredientes clave : un delicioso pan que toma el aspecto de una crepe amasada a mano, al mismo tiempo suave, aireada y poco grasa, en la que se envuelve carne marinada durante varias horas y cocida al fuego de leña (pollo, cordero, carne molida , hígado de cordero o incluso albóndigas de bulgur, para vegetarianos), además de un surtido de verduras frescas y algunas especias secas… Nada más: ¡sin patatas fritas, sin salsas! Y los bocadillos ni siquiera necesitan, son suficientes por sí solos, ya que la carne es sabrosa, el pan rico en sabor y las verduras aportan un pequeño toque de frescura. Todo se prepara ante tus ojos en una cocina abierta a la entrada del restaurante que también da a la calle, permitiendo a los transeúntes admirar el espectáculo.
Si es sin duda el dürüm el que da fama a esta dirección siempre llena, a la que acuden tanto los habituales locales como los turistas bien informados, también se pueden degustar otras especialidades directamente del extremo sur de Turquía. Desde unos generosos böreks aderezados con espinacas y queso, hasta un tradicional lahmacun, una especie de pizza turca, o incluso una reconfortante sopa de lentejas coralinas, una receta familiar muy cuidada. En L’Atelier Dürüm no dejamos de lado los postres: el baklawa o el kunefe cocinados a fuego lento según las reglas del arte están en el programa de celebraciones. ¡Tantas delicias probadas y aprobadas que definitivamente valen la pena el viaje!
L’Atelier Dürüm, 41 Rue de Clignancourt, 75018 París
Fuente Traducida desde grazia.fr