El faltante de combustibles reunió este viernes a la secretaria de Energía, Flavia Royon, con representantes de las empresas refinadoras: YPF, Shell, Axion y Puma Energy. Con el objetivo último de evitar un aumento de precios, al menos, antes del balotaje del 19 de noviembre, acordaron la importación de diez barcos y aumentar la capacidad de refinamiento para garantizar el abastecimiento.

“En los próximos días se solucionarán las faltantes. Tranquilidad a la población de que no habrá desabastecimiento y vamos a desalentar maniobras especulativas”, explicaron en Energía tras la reunión de la que participaron Pablo González (YPF), Martín Urdapilleta (Trafigura), Marcos Bulgheroni (PAE) y Andrés Cavallari (Raízen). 

Desabastecimiento

El comunicado de la reunión llega horas depués del pronunciamiento de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha) alertando sobre el “agravamiento en la provisión de combustibles” en todo el país. En su segundo comunicado en menos de tres semanas, Cecha informó que los problemas de abastecimiento en las redes de estaciones de servicio de todas las petroleras “se están profundizando. Lo que se inició con quiebres dispersos de stock en regiones o zonas puntuales, se ha ido generalizando rápidamente con mayor intensidad a todos los productos, a lo largo y lo ancho del país, generando zozobra en nuestra actividad y complicaciones a los consumidores”.

Además, aseguraron que las estaciones de servicio no tienen injerencia en la falta de una adecuada provisión de combustibles. ” Nuestra actividad consiste en poner a disposición de los clientes, la totalidad del volumen en nuestros establecimientos, viéndonos ahora imposibilitados de disponer de las cantidades necesarias por factores totalmente ajenos a nosotros. Ello pone en jaque la supervivencia de nuestros negocios y hace que los consumidores deban trasladarse entre distintas estaciones de servicio para lograr abastecerse del combustible necesario”, sentenciaron. 

Finalmente, solicitaron al gobierno nacional “arbitrar las medidas conducentes a regularizar la situación planteada, adoptando todos los medios a su alcance, que permitan a las petroleras regularizar el abastecimiento de las estaciones de servicio. Todos necesitamos combustible y en estos momentos no hay el suficiente para atender a la demanda”.  

Por qué hay faltantes

De acuerdo a la Secretaría de Energía, las razones del desabastecimiento se deben al aumento reciente de la demanda de combustible, con incrementos de hasta el 15 por ciento respecto al 2022; que el fin de semana largo, que marcó un récord de turismo en el país, aumentó la actividad y el consumo; y por las elecciones del fin de semana del 22/10, cuando hubo consumos inusuales, alentado por la expectativa de una devaluación en algunas provincias.

Sin embargo, desde el sector complejizan el panorama. Las dos razones fundamentales del desabastecimiento tienen que ver con el congelamiento de precios desde fines de agosto y las distintas brechas que se generan. 

En términos de precios, los combustibles tuvieron aumentos muy marginales desde el 12 por ciento que autorizó el gobierno post-paso. En efecto, solo YPF – la petrolera con mayoría estatal- logró mantener prácticamente sin cambios sus valores en surtidor, a excepción del incremento de 3 por ciento del lunes de esta semana que trasladó al consumidor final el aumento de los biocombustibles. El resto de las refinadoras aplicó al menos tres aumentos de 2,5 por ciento, lo que hizo crecer la brecha de precios entre YPF y su competencia. Solo en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), en algunas estaciones hay más de 30 pesos de diferencia por litro de nafta. En el interior, la brecha es mayor y eso hace que haya menos producto en la petrolera con mayoría estatal. 

El congelamiento de precios también genera un brecha entre las estaciones y el mercado mayorista, donde las petroleras venden la nafta y gasoil a los grandes consumidores, entre los que se encuentran las empresas transportistas (camiones) y los productores agrícolas (para sus maquinarias), entre otras. Como los acuerdos de precios no rigen en ese mercado, las refinadoras trasladan el aumento de sus costos allí, y genera que haya un corrimiento de los clientes mayoristas, que buscan cargar gasoil y nafta en las estaciones de servicio, donde el precio está más barato

Finalmente, la brecha de precios con el exterior también genera un incentivo para que ciudadanos extranjeros crucen la frontera para cargar sus tanques. El precio actual del litro de nafta súper está en su valor más bajo en por lo menos los últimos 10 años. El promedio nacional cuesta 0,86 dólares al tipo de cambio oficial, cuando su precio histórico siempre fue mayor a un dólar. Cuando se compara el valor del litro de nafta con otros países de la región, se observa que en Paraguay cuesta  0,93 dólares ; Brasil, 1,14 dólares ; México, 1,36 dólares ; Chile, 1,47 dólares , y Uruguay, 1,95 dólares , según la consultora Economía y Energía (E&E).



Fuente-Página/12