Cinco horas duró la inspección ocular en la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu realizada en el marco del juicio oral y público contra cinco miembros de la Prefectura Naval acusados del asesinato de Rafael Nahuel, ocurrido el 25 de noviembre de 2017. Según pudo reconstruir Página/12, fue “muy positivo” para la fiscalía y los jueces del Tribunal Oral Federal de General Roca, quienes junto a testigos, abogados querellantes y defensores subieron los 1200 metros del boscoso cerro. A través del operativo el tribunal pudo reconocer dónde se produjo cada disparo, la secuencia y cómo se fueron moviendo los tiradores. Se utilizó un georreferenciador -sistema con GPS- para ubicar los sitios donde se encontraron durante la trepada. “Fue muy movilizante, pudimos darles vida a los relatos que coinciden con exactitud sobre dónde aparecieron las vainas servidas recuperadas, las 31 de las 150 balas que usaron los prefectos” dijo a este diario Ezequiel Palavecino, abogado de la querella de la familia Nahuel, en el final de una larga jornada que implicó el dificultoso ascenso y el descenso del cerro, en un terreno muy empinado, ubicado a 35 kilómetros al sur de Bariloche.
El único lugar plano que encontró la comitiva fue “arriba de todo, donde lo matan a Rafa por la espalda, y ahí Johana Colhuan -que llevaba anteojos en su cabeza una pañoleta floreada color púrpura- pudo contar lo que pasó, le afectó hacerlo y fue asistida por las psicólogas del Centro Ulloa, que habían subido para contenerla”, según relató el letrado. “Los tres testigos que vinieron pudieron ubicar con precisión dónde fue fusilado y cayó Rafita, y contarnos en qué lugar ocurrió cada una de las cosas que declararon en el debate, cómo la hieren a ella y a Rafa, desde dónde les disparaban”, dijo Palavecino, tras haber participado del procedimiento judicial. Además de Colhuan estuvieron presentes los testigos Fausto Jones Huala, Lautaro González Curruhuinca -de gorra negra y boina del mismo color, respectivamente- quienes ubicaron enseguida el sitio, a diferencia de los imputados que se contradijeron. Incluso hubo algunos cruces entre ellos que generaron tensión, pero no pasó a mayores.
“Se pudo ver que en los lugares en donde los emboscaron estaban muy a resguardo y no ameritaban la respuesta que dieron los prefectos al usar las armas letales, y quedó claro cómo se habían apostado cada uno, la comunidad y los prefectos, hasta se pudieron marcar los árboles que usaron para ocultarse los integrantes de la comunidad mientras buscaban refugio, y se vio sin dudas que las distancias hacían imposible que las piedras y las cañas con pompones ornamentales llegaran a lastimar a los prefectos, no había manera de que eso fuera siquiera una agresión”, describió Palavecino. Con la ayuda de los geolocalizadores fue verificado lo que marcaban los testigos y además pudieron decir desde dónde empezaron a recibir los disparos en aquella incursión del grupo Albatros al territorio que había sido desalojado dos días antes a partir de la denuncia por usurpación de Parques Nacionales.
Una de las conclusiones que dejó la jornada consiste en que resulta inverosímil el relato de los agentes del Grupo Albatros, de modo tal que queda muy cuestionada la imputación con que llegaron a juicio, homicidio en legítima defensa, solicitada por el fiscal federal Rafael Ruiz Velhis.
Las autoridades judiciales habían llegado con una fuerte custodia de Gendarmería, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria, y el tránsito sobre la ruta 40 estuvo interrumpido. Acudieron los prefectos imputados Sergio García y Juan Obregón, con sus defensoras Anabella Schmidt y Alejandra Bussetti. La primera no pudo llegar hasta el sitio del hecho porque le bajó la presión por el efecto del ascenso a la montaña.
Los cinco prefectos imputados podrán declarar nuevamente el 1 de noviembre, mientras que los días 7 y 8 será el turno de los alegatos de las tres querellas. El 15 de noviembre lo harán las defensas, y para el 22 de noviembre se espera el veredicto del tribunal integrado por los jueces Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Diaz Lacava.